Viruela del mono: ¿Cuál es el protocolo de Sanidad?
El Ministerio recomienda aislamiento, mascarilla y rastreo de contactos
Extremadura ha registrado este viernes su primer caso de viruela del mono. El Ministerio de Sanidad, que alertó de varios casos sospechosos esta misma semana, ha acordado con las comunidades un protocolo inicial con los pasos a seguir cuando se identifica un caso y las medidas de control y seguimiento. El documento propone aislamiento y mascarilla quirúrgica como recomendaciones principales, además del rastreo de contactos estrechos.
Los casos en investigación o confirmados de viruela del mono deben permanecer aislados y bajo vigilancia. El Ministerio recomienda no abandonar el domicilio y permanecer en una habitación o en un área separada de otros convivientes hasta que todas las lesiones hayan desaparecido, así como evitar el contacto físico y las relaciones sexuales. En caso de necesitar atención médica de seguimiento, aconseja llevar mascarilla y no utilizar el transporte público.
Asimismo, se recomienda el uso de mascarilla quirúrgica, especialmente para aquellas personas que presenten síntomas respiratorios. Si no es posible, se aconseja que el resto de convivientes lleve el cubrebocas. Por otra parte, también se recomienda evitar el contacto con animales silvestres o domésticos.
Ante un caso en investigación, se enviarán diferentes muestras al Centro Nacional de Microbiología para su confirmación por PCR y secuenciación.
Contactos estrechos, sin aislamiento
Ya sea un caso en investigación o confirmado de viruela del mono, el protocolo establece que se comenzará a buscar e identificar a los contactos estrechos. Se valorará a convivientes, contactos en el trabajo, en actividades sociales y también al personal sanitario que haya atendido al paciente. El texto recoge que se hará especial hincapié en recabar información sobre las personas que hayan podido mantener relaciones sexuales en contextos de riesgo con el caso. El rastreo de contactos se interrumpirá si los resultados de laboratorio descartan el positivo.
Los contactos estrechos no tienen que realizar cuarentena, aunque deben extremar las precauciones y reducir todo lo posible las interacciones sociales, utilizando de una manera constante la mascarilla, según recoge el documento. Se clasificarán en alto o bajo riesgo en función del riesgo de infección, lo que determinará las actuaciones a seguir.
Habrá un periodo de seguimiento. Un responsable contactará con los contactos de alto riesgo una vez al día para preguntar por la presencia de síntomas y tomar la temperatura, mientras que a los contactos de bajo riesgo se les indicará autocontrol de temperatura.
No obstante, si presentan fiebre o cualquier otro síntoma compatible con la enfermedad deberán hacer aislamiento domiciliario y comunicarlo al responsable del seguimiento. En este caso, se considerará que el contacto es un caso en investigación hasta que se conozca el resultado de la prueba de laboratorio.
El protocolo también indica algunas medidas de control medioambiental y recomienda que la ropa se lave a máquina, en agua caliente (60 grados) y detergente. Hay que prestar especial cuidado con las prendas sucias, ya que no deben sacudirse ni manipularse de manera que las partículas infecciosas puedan dispersarse.
También señala que los utensilios para comer no deben compartirse y que deben lavarse con agua caliente y jabón. En cuanto a las superficies y objetos, se recomienda desinfectar con un producto de uso hospitalario o con lejía de uso doméstico.
El documento, titulado 'Protocolo para la detección precoz de casos de Monkeypox ante las agrupaciones de casos en población HSH con exposiciones de riesgo', está acordado por la Ponencia de Alertas y tiene fecha del 18 de mayo.
Como ya se ha contado, el cuadro clínico inicial suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre 1 y 5 días después de la aparición de fiebre se desarrollan las erupciones. La mayoría de las personas se recuperan en varias semanas; sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.
