«Ver nuestra montaña quemada nos rompe el corazón y el alma»
Desolación entre los primeros vecinos de Cabezo y Ladrillar que acceden a sus casas tras ser evacuados el pasado lunes
ANA B. HERNÁNDEZ
Miércoles, 13 de julio 2022, 21:07
Aunque los accesos siguen cerrados a las seis localidades de Las Hurdes que fueron evacuadas el lunes, durante este miércoles se ha permitido que, ... acompañados por la Guardia Civil, algunos vecinos de Ladrillar y Cabezo –donde se originó el fuego– pudieran volver a sus casas por un tiempo limitado para recoger ropa, dinero y medicamentos.
«Estoy muy emocionada y apenas puedo hablar porque lo que he visto es muy triste», señalaba María Jesús Domínguez, vecina de Cabezo sin poder contender las lágrimas después de estar durante una hora y media aproximadamente en su pueblo, en su casa.
«No hay agua, ni luz, todo está quemado, es una pena tremenda la que siento». Ella salió con lo puesto el lunes, como la inmensa mayoría de sus vecinos. «Tenemos paneles, estábamos recogiendo la miel y con el ruido de las máquinas no escuchamos nada; cuando nos quisimos dar cuenta la Guardia Civil nos pedía que saliéramos del pueblo». Porque en ese momento las llamas estaban ya cerca de su casa. «De nuestro hogar, donde tenemos nuestra vida entera».
Ese día llegaron en coche hasta Ciudad Rodrigo. Allí se encontraron después con una de sus hijas. «Mi hermana y yo regresábamos de Salamanca; ella se quedó a la entrada del pueblo y yo fui con el coche a ayudar en la evacuación, pero ya no pude volver con mi hermana, no era posible por el fuego», relata Mónica. Llegó hasta Ciudad Rodrigo y se encontró con sus padres. Su melliza, Marta, pasó la noche en Riomalo de Abajo, donde el martes se reencontró la familia y donde permanece alojada en una casa rural.
Está todo quemado, no se puede ni respirar, solo tienes ganas de llorar, esto es muy duro
María Jesús Domínguez
La casa está llena de cenizas, es muy triste ver el pueblo carbonizado
Julio Iglesias
«Estábamos desde el lunes con lo puesto y, por eso, esta mañana hemos venido al pueblo, cuando se nos ha dado permiso». Y los nervios y la tristeza con la que abandonaron su casa el lunes han regresado tras esa primera visita. «Era todo verde y ahora, ver nuestra montaña quemada, negra, nos parte el corazón, nos parte el alma», resume Marta, mientras consuela a su hermana Mónica.
«Todo está quemado, no se puede ni respirar, solo tienes ganas de llorar, esto es una experiencia muy dura», añade su madre María Jesús.
«Mi casa está llena de cenizas, como el resto imagino, pero no tienen más daño; ahora, el pueblo está carbonizado, todo alrededor», explicaba igualmente con tristeza Julio Iglesias, vecino del Ladrillar que como María Jesús y una veintena más de residentes en ambas localidades este miércoles han podido volver a sus casas.
No lo han podido hacer todos, porque hay que acceder acompañados por la Guardia Civil y esto ha generado también algunos momentos de tensión en el puente de Las Mestas, donde se corta el tráfico ya para impedir que se pueda llegar hasta Cabezo y Ladrillar puesto que, aunque este frente está más controlado, aún no es seguro el regreso. En cualquier caso, la directora general de Emergencias ha garantizado que, en la medida en que sea posible, los accesos controlados continuarán para que los vecinos puedan seguir recogiendo lo que necesiten y dando de comer y beber a sus animales. Durante la mañana del miércoles también lo han hecho vecinos de Aceitunilla.
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