La densa niebla, la causa más probable del accidente múltiple de Galisteo
De los seis ingresados solo un hombre de 61 años, vecino de Coria, permanece en la UCI en estado muy grave
«Me salté el cruce que debía tomar, no me di cuenta, y perdí cinco minutos que quizás me han salvado la vida», dice José Manuel Requesón.
Este veterinario viajaba ayer desde Montehermoso hasta Galisteo y el tiempo que le llevó encontrar el camino correcto evitó que su vehículo fuera uno más de los 36 que ayer colisionaron en el kilómetro 62 de la EX-A1, la autovía autonómica que une Navalmoral de la Mata con Moraleja. Fue una de las muchas personas que se vieron involucradas en una colisión múltiple, a ambos lados de la autovía, en la que una persona perdió la vida y 26 más resultaron heridas de diversa consideración. La víctima mortal, Volodymyr Zhlukhovskyy, es un hombre de 42 años de nacionalidad portuguesa pero nacido en Rusia, que circulaba en dirección a Coria desde Plasencia y cuyo vehículo quedó empotrado en la mediana de la autovía y destrozado.
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Otras 26 personas resultaron heridas a ambos lados de la EX-A1, aunque por la tarde seis permanecían ingresadas en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia. El resto, 14 de este centro, y los otros seis heridos leves trasladados al Hospital de Coria tras el accidente, fueron dados de altas.
De los seis ingresados, según el SES, un hombre de 61 años era el único que estaba en la UCI dada la gravedad de su estado, tras sufrir la amputación de parte de la pierna izquierda y presentar fracturas abiertas en la derecha. Es un vecino de Coria que iba a Plasencia como cada mañana para trabajar. Su vehículo fue uno de los 13 que colisionaron en ese lado de la autovía. Los otros 23 se vieron implicados en la colisión producida en el sentido contrario, de Plasencia a Coria, donde supuestamente se produjo el primer accidente, en el que el coche del vecino portugués terminó en la mediana.
Una densa niebla
Sin embargo, se desconoce aún qué ocurrió con exactitud. Solo se sabe que el motivo del accidente estuvo en la densa niebla que había en ese punto de la autovía, a la que se sumó el humo procedente de una almazara ubicada allí.
«La fábrica genera humo y la niebla se vuelve más oscura en esta zona y la verdad es que apenas veía lo que me permitían las luces del coche», relata un placentino que, como otros muchos, ayer viajaba en dirección a Coria para trabajar y cuyo vehículo formó parte de la cadena iniciada tras el accidente del vecino portugués. «No te da tiempo casi a reaccionar, porque no hay visibilidad; cuando me aproximé vi un muro de coches empotrados unos con otros, como si fuera un tetris», explica. Y pisó a fondo el freno. «Pensé: si me da tiempo a frenar, bien; si no, me voy a matar». Pero le salvó que iba a poco más de 50 kilómetros por hora por la niebla. Aun así, colisionó. «No había espacio para echarse a un lado y evitar el choque; era un embudo, pero salí del coche corriendo y me tiré a la cuneta, detrás de mí venía un camión». Pero este vehículo sí pudo frenar. Porque en medio del caos, los nervios, la incertidumbre, los temblores y los lloros de los que vivieron la tragedia, también hubo quienes cogieron los triángulos de emergencia de sus vehículos y los colocaron en la calzada para avisar a los que llegaban y evitar que más coches, camiones y furgonetas siguieran colisionando en ambos sentidos de la autovía.
Aunque también se desconoce el motivo, tuvo lugar otro siniestro a escasos metros del primero en el sentido de Coria a Plasencia. Este accidente provocó la segunda colisión múltiple. Se supone que los primeros conductores implicados pararon o redujeron la velocidad para ver qué ocurría al otro lado o prestar auxilio.
Es también muy probablemente lo que hizo el vecino de Coria que permanece en estado crítico en la UCI de Plasencia. Aunque su coche colisionó, la hipótesis que se baraja es que se bajó del mismo para ayudar y un vehículo que venía detrás le segó parte de una pierna.
Será un equipo especializado del Subsector de Tráfico de Mérida el que se ocupará de la investigación, como ayer adelantó el subdelegado del Gobierno en Cáceres, José Carlos Bote. Ese equipo tratará de esclarecer el suceso y determinará si hubo relación o no entre los dos accidentes.
Bote se desplazó a la EX-A1. También lo hicieron la subdelegada de Tráfico, Cristina Redondo; el consejero de Fomento, José Luis Navarro; y el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que suspendió los actos que tenía previstos para acudir al kilómetro 62 y ver sobre el terreno «una tragedia» que convirtió el día de ayer en «triste y duro», en palabras del presidente.
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Un absoluto y desolador desastre en palabras de quienes lo vivieron y lo vieron. «Un amasijo de coches en el que no había escapatoria», dice quien lo ha vivido. «Una imagen tremenda y triste, un espectáculo dantesco», afirma quien lo vio.
Una situación angustiosa que se trasladó después hasta el Hospital de Plasencia, donde fueron llevados la mayoría de los heridos y donde también llegaron buena parte de sus familiares. Allí acudieron el consejero de Sanidad, José María Vergeles, y el alcalde de la ciudad, Fernando Pizarro, para interesarse por unos y otros.
Fue el consejero el que adelantó que a las 12.20 todos los implicados en la colisión múltiple habían sido evacuados. Gracias a la labor de las fuerzas de seguridad, bomberos, Cruz Roja y sanitarios que ayer trabajaron en el kilómetro 62 de la EX-A1, la autovía que algo más de ocho horas después del trágico siniestro recuperó la circulación en ambos sentidos.