Cuatro años de una desaparición que conmocionó a Monesterio

Los habitantes de Monesterio quedaron consternados por la desaparición de Manuela Chavero hace cuatro años. Un tiempo en el que no han parado de preguntarse qué sucedió con su vecina tras perderle la pista en extrañas circunstancias. A pesar del paso de los años, no han dejado de mostrar su cariño y apoyo a la familia, como prueban las numerosas concentraciones celebradas en la plaza, siempre con el respaldo del Ayuntamiento y su alcalde Antonio Garrote a la cabeza. En este céntrico lugar, el más transitado del pueblo, sigue luciendo una gran pancarta con la fotografía de 'Manoli', como la conocían en su pueblo.

Ni batidas por la localidad de unos 4.000 habitantes y sus alrededores con ayuda de perros y voluntarios, ni búsquedas especializadas en grandes áreas, ni la toma de muestras de ADN en su vivienda, ni rastreos en el pantano de Tentudía... Nada había conseguido hasta ahora despejar el gran interrogante que esta población del sur de Extremadura, y sobre todo la familia de Manuela, no han podido quitarse de la cabeza en cuatro años.

Fue la mañana del 5 de julio de 2016 cuando un hermano y una amiga de la mujer fueron a su casa, ubicada a las afueras de Monesterio, y descubrieron que ella no estaba tras haberla llamado varias veces por teléfono y no recibir contestación.

Manuela desapareció sin dejar rastro. Su móvil y sus llaves descansaban sobre la mesa, la televisión y las luces estaban encendidas, y su casa intacta, con su ropa del día anterior sobre la cama. Tampoco se había llevado su documentación. Unas condiciones que siempre han hecho sospechar a su familia que alguien se la llevó. También ha sido la principal hipótesis de los investigadores. Entonces tenía 42 años, dos hijos que estaban con su exmarido y ningún problema destacable.

La última actuación de las numerosas realizadas por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en la localidad pacense, antes del arresto de Eugenio D.V. la pasada anoche, fue un nuevo reconocimiento de la vivienda de Chavero a finales de agosto. Los agentes recrearon cómo pudo ser la última noche de su moradora. La UCO ha realizado un trabajo incesante en este caso que ha desembocado en la confesión del presunto autor del crimen.