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Las casas colgadas de Cuenca.
Cuenca, una ciudad llena de color que desafía la ley de la gravedad

Cuenca, una ciudad llena de color que desafía la ley de la gravedad

Asomada al Júcar se levanta una de las urbes más bellas de Castilla-La Mancha, donde la naturaleza y la mano del hombre han dibujado un lugar único

Álvaro Romero

Jueves, 24 de agosto 2017, 12:13

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Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Cuenca se consolida como una de las urbes más destacadas de Castilla-La Mancha. Un lugar levantado a capricho a orillas del río Júcar, donde la naturaleza y la mano del hombre han dibujado su silueta hasta lo que es hoy en día, una ciudad con señas de identidad propia y características inconfundibles.

Por tierras conquenses pasaron, a lo largo de la historia, numerosos pueblos que han ido dejando sus vestigios en arquitectura, costumbres y gastronomía. Desde presencia romana, hasta pueblos bárbaros y musulmanes que invadieron la región en su afán por conquistar la península Ibérica. Posteriormente la ciudad crecería considerablemente a nivel económico, gracias a la ganadería a y la producción de textiles, superando guerras, sequías, plagas y epidemias.

Construcciones peculiares

Cuenca es una ciudad que se queda en la retina del visitante, sus peculiares edificios tienen la culpa de ello. La Plaza Mayor de Cuenca es uno de sus rincones más monumentales de la ciudad, pese a ser uno de sus centros neurálgicos se respira un ambiente de calma y sosiego. Las terrazas de bares y restaurantes decoran la explanada, encajonada entre edificios de colores. Allí se encuentran también el Ayuntamiento, de estilo barroco; la Catedral, del siglo XII; y el Convento de las Petras. Los amantes de la artesanía pueden adquirir en este lugar piezas únicas tradicionales y hechas a mano, además de productos gastronómicos de la región.

Varias iglesias y edificios religiosos se salpican por la urbe, destacan las iglesias de San Miguel, la de San Pedro y el bello santuario de Nuestra Señora de las Angustias. Además, en la calle Julián Romero aparece un pasadizo bajo la planta de una casa, en la pared aparece el Cristo del Pasadizo, enrejado, un bello rincón que guarda leyendas e historias de amor.

Calles, plazas y puentes representan la arquitectura popular de Cuenca, típica manchega. La plaza de la Merced, situada en la parte alta y en el casco antiguo está rodeada de fachadas barrocas. La calle de Alfonso VIII es una de las principales del centro histórico, cerca de ella está la calle de San Pedro, repleta de fachadas nobiliarias con escudos de armas, una de las más antiguas y bellas de Cuenca. Desde la zona alta se pueden divisar las vistas más espectaculares de la ciudad.

Otros atractivos turísticos son las ruinas del castillo y la torre de Mangana, esta última uno de los símbolos más representativos de la ciudad. Además, el subsuelo de Cuenca está repleto de túneles y pasadizos, el más famoso es el de Alfonso VIII, se utilizaban como almacén e incluso a modo de vivienda, durante la Guerra Civil sirvieron como refugio para la población.

Casas Colgadas y Ciudad Encantada

Sin duda los dos atractivos más importantes y conocidos de Cuenca. Las Casas Colgadas desafían la ley de la gravedad, mirando al vacío, hacia la hoz del río Huécar. Desde el otro lado del río, en la distancia, es donde mejor se aprecia la belleza de estas casas, una imagen de postal. Visitantes de todos los lugares del mundo se acercan hasta Cuenca para situarse sobre el abismo y maravillarse con este peculiar lugar. Historia y leyendas se forman alrededor de las Casas Colgadas, edificios de origen gótico popular en cuyo interior abundan los componentes de madera. Sobre la hoz del río aparece el puente de San Pablo, de color rojizo, que comunica el Parador con la zona antigua, lugar ideal para los amantes de la fotografía.

A tan solo 30 minutos en coche de la capital de provincia, se encuentra la curiosa Ciudad Encantada. Uno de los puntos de mayor interés de la región, declarada Sitio Natural de Interés Nacional. La erosión ha dado forma a caprichosas esculturas naturales que millones de años atrás formaron parte del fondo del Mar de Thetis. Un entorno mágico rodeado de pinares enclavado en la localidad de Valdecabras.

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