El inspirador ejemplo de un grupo de enfermos oncológicos que dan color a la vida
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Hoy no voy a hacerte propuestas culturales, hoy quiero contarte ... historias, las de las personas que han participado en la exposición de pintura 'Pinceladas de calma' de la Asociación Oncológica Extremeña (AOEX), que ha sido inaugurada hoy jueves en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Badajoz, donde permanecerá hasta el 31 de enero.
Los integrantes del taller que han realizado las pinturas que se exponen en la muestra son personas con cáncer y familiares que se han adentrado en el mundo de la pintura y han participado en esta actividad creativa que, según los testimonios que acompañan a las pinturas, les ha permitido descubrir una nueva forma de expresión personal y compartir experiencias. El ejemplo que nos dan los participantes en 'Pinceladas de calma' es inspirador para todos y la AOEX, asegura que través de este taller han fomentado la resiliencia y han reducido el estrés y la ansiedad y que estas obras reflejan no solo su creatividad, sino también su fortaleza y el valor de enfrentar los retos de la vida desde una perspectiva transformadora.
Elena García-Baamonde, que muestra sus pinturas en esta exposición, asegura que «estamos en el taller como el casa, es un espacio seguro y de confianza. Entre todos sin querer vamos dando color a la vida. Aprendemos a dejar fluir la acuarela guiando solo su recorrido, igual que hacemos con las emociones hasta llegar a la calma».
Algo parecido le ocurre a Gema Hijano Comino, que asegura que «cuando empecé 'Pinceladas de calma' me descubrió un mundo lleno de colores, algo que me ayudó a sobrellevar uno de los momentos más difíciles de mi vida: el cáncer. Mis compañeros me ayudaron a superar el miedo y aprendí que el hoy es lo que importa, me ha enseñado que lo pequeño es grande. Lo importante son las vivencias, compartir, estar rodeada de amigos que saben cómo me siento y por qué. Siento volar mis manos y mi mente cuando estoy pintando unas mariposas, unos paisajes, árboles, mujeres sin cara, yo soy todo eso, soy la nueva Gema agradecida y viviendo el momento día a día».
Verónica Crespo Villarroya se animó a probar en este taller «y fue un gran descubrimiento, porque me ha ayudado a canalizar mis emociones y favorecer la psicomotricidad fina, además he aumentado mi creatividad y mi autoestima, todo ello haciendo grupo y divirtiéndonos, lo que me ayuda a desconectar de mis miedos y preocupaciones por mi enfermedad».
María Mercedes García García coincide en que participar en el taller ha sido una gran experiencia «puesto que, aunque soy una persona optimista, me sentía un poco sola llevando mi enfermedad. 'Pinceladas de calma' ha aportado esa calma a mi cabeza, me ha hecho sentir que no estoy sola, he encontrado a compañeros que sienten y comprenden, he perdido el miedo a dibujar, he sido capaz de soltarme y encontrar paz en el tiempo que pasaba en el taller».
José Manuel Cordero Paniagua también destaca que la experiencia ha sido positiva, y asegura que «me siento emocionalmente satisfecho, me aporta, me relaja, me tranquiliza, estoy a gusto con los compañeros, me engancha, me siento creativo pintando. En definitiva, me aporta una lección de vida y un buen chute de energía. He encontrado paz, equilibrio y libertad interior».
Piensa también lo mismo María Martín Alzas, que asegura que «la pintura me proporciona mucha paz, tranquilidad y me relaja muchísimo».
Dulce Pardo San José se siente también satisfecha de participar en 'Pinceladas de calma', «en este taller aprendo que el momento es ahora y que no es tan importante el resultado, sino lo que vivo y siento mientras pinto. Disfruto cada pincelada y siento que todo fluye, que estoy tranquila y que el tiempo se para».
Rosa María Sánchez Rivero considera que «'Pinceladas de calma' es un regalo. He aprendido que no importa si la pintura se te da mejor o peor, porque lo importante es atreverte a hacerla, y poco a poco vas sintiéndote más segura y vas encontrando tu estilo propio. Compartes tiempo con personas maravillosas, con gran fortaleza y amor por la vida y que, a pesar de lo duro que es asumir la enfermedad y afrontar los tratamientos, van al taller y disfrutan de un tiempo para ellos mismos. Pintamos, hablamos, reímos, y si hay que llorar, se llora y seguimos pintando. Se crea un ambiente muy bonito de compañerismo».
Yolanda Sánchez García está también agradecida y afirma que «este taller me ayudó mucho en el proceso de mi enfermedad, pues me aportó tranquilidad, distracción, alegría, nuevas amistades, risas y me ayudó a dejar de pensar en cosas negativas. Cuando pinto se me pasa el tiempo corriendo, disfruto de la compañía, del resultado de la obra... me llena un montón»
Todos ellos agradecen también la ayuda de Belén, la monitora del taller, y la iniciativa de la AOEX, que les ha aportado cuantiosos beneficios.
Te animo a que te acerques a ver la exposición y apreciar el trabajo que han desarrollado estos pacenses a los que la pintura les ha ayudado a sobrellevar la enfermedad y los efectos de su tratamiento.
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Espero que disfrutes del fin de semana y que vuelvas a leerme el jueves que viene.
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