En cuestas
Mané Montes
Jueves, 4 de diciembre 2025, 01:00
La otra tarde, mientras 'reflexionaba' tan ricamente tumbado en el sofá, ese ratito, no pagado con dinero, en el que después de comer, puede pasar ... cualquier cosa a mi alrededor pues no estoy para nada, justo en ese idílico instante en que los párpados se vuelven tan pesados que ni con un gato hidráulico consigues abrirlos, me suena el móvil. Pensé dejarlo sonar pero vi que era un número fijo de Madrid y, de mala gana, descolgué.
Una voz femenina, madura aunque neutra, se identificó de manera rutinaria y sin énfasis alguno, como una empleada del Centro de Investigaciones Sociológicas. A punto estuve de decirle que estaba ocupadísimo, pero consiguió despertar mi atención cuando me pidió consentimiento para realizarme una encuesta sobre mi intención de voto en las próximas elecciones a la Asamblea de Extremadura.
Ni más ni menos… ¡cómo si yo lo supiera!
Recuerdo que mis primeras palabras fueron ¿el CIS? ¿cuánto tiempo dura la encuesta? a lo que me respondió con un sí y doce minutos, respectivamente.
Tenía mucha curiosidad por ver el proceso y la cantidad-calidad-contenido de las preguntas y acepté.
Primero me sacó un perfil sociológico y demográfico a base de preguntas muy concretas y precisas para después poder encasillarme en nichos de edad, sexo, profesión, estudios académicos, situación laboral, religiosidad y nivel económico para después, entrar a saco en las votaciones anteriores y mi opinión político-electoral: me indicó que era optativo responder (debe de ser por lo secreto del voto) aunque yo no tuve inconveniente en reconocer lo votado. Hasta ahí bien, pero las preguntas, aparentemente sencillas, me hicieron reflexionar, como nunca lo había hecho hasta ahora, sobre a quién votaré, cuándo (situándome en el calendario) decidiré mi voto, y sobre todo, por qué.
Llegó el turno de valorar a los líderes políticos del 1 al 10. Esto me resultó fácil y certero, después tocaba encasillarme yo políticamente por un sistema muy curioso: del 1 al 10 de izquierda a derecha, siendo el 1 ultraizquierda y el 10 ultraderecha. Fácil también, por consiguiente rápido y eficaz, pero ahora es cuando llega la hora de lo complicado. En primer lugar, me pregunta cuándo suelo decidir mi voto, cosa que, hasta ahora, estaba muy decidido. Esta vez no.
Mientras contestaba, iba pensando en segundo plano que acababa de engrosar el deleznable grupo de los 'nosabenocontesta', eso no lo podía consentir y respondí, mintiendo, que lo haría en la última semana.
Suelo ser muy sincero y esto me incomodaba, pero más aún lo hizo la siguiente pregunta: ¿a quién piensa votar usted en las próximas elecciones del 21 de diciembre? Mentalmente repasé a los tres candidatos que identifico y a cuyas formaciones soy capaz de identificar. Volví a mentir y dije una de ellas. Terminé la encuesta. La voz me agradeció gentilmente mi disposición y colgué. Nunca una encuesta se me hizo tan cuesta arriba, nunca quizás había deliberado tanto un voto de desilusión, pero ojalá pudieran hacernos esta encuesta a todos para reflexionar. Como yo lo he hecho.
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