El sueño extremeño con América (Latinoamérica)
La realidad es tozuda. Ojalá se logre establecer los cimientos para aumentar el puente entre Extremadura y América. Con el permiso y aquiescencia de sus poblaciones. Con los pies pegados al suelo y a las actuales circunstancias
Luis Ángel Ruiz de Gopegui Santoyo
Periodista
Lunes, 16 de septiembre 2024, 08:13
Una de las constantes de la Extremadura eterna es la referente a los países más allá de los océanos que registraron, en unas determinadas etapas ... históricas, una destacada presencia de personajes extremeños que partieron de esta región del suroeste peninsular tras el descubrimiento del Nuevo Continente por Colón. Los libros de texto hacen referencia a los numerosos conquistadores, evangelizadores, políticos, arquitectos, etc. Todo ello ha configurado un punto de unión intangible, diríamos que espiritual, con el mundo denominado hispánico de ultramar.
Si buscar polémica alguna, en primer lugar, me voy a referir a aquel continente como Latinoamérica; porque es así como lo denominan ellos mismos, en un 90%, sin retrotraernos a que el término fuera popularizado por un francés y un chileno a mediados del siglo XIX. Si usted quiere entablar una conversación con un señor, lo primero es hablar con los mismos términos para una mayor fluidez y comprensión. Por otro lado, no podemos excluir de un plumazo a Brasil –y Portugal– para buscar mayores entendimientos en el diálogo, siempre horizontal.
(Otra cuestión sería precisar sobre las letras hispanoamericanas, es decir, toda la literatura escrita en español).
Si repasamos un atlas toponímico extremeño-americano, de Mariano Cuesta Domingo y Manuel Muriel Hernández, del año 1985, la infinidad de nombres extremeños que aparecen en el continente americano, de norte a sur, es demostrativo de la presencia e influencia de aquellos personajes extremeños. Pero estamos en el año 2024, y el mundo ha evolucionado considerablemente, que diría Perogrullo. La geopolítica, las tensiones en el desarrollo de los pueblos, incluso las amenazas por la convivencia pacífica son de tal magnitud que, a la hora de establecer conversaciones para estrechar lazos de unión, de cooperación, de entendimiento pasa, forzosamente por utilizar términos actuales.
La proyección (espiritual) de Extremadura hacia América es –o debería ser– innegable. Los elementos culturales que nos pueden unir son ostensibles, empezando por la lengua. Y se nos ocurren numerosos proyectos para que dicha unión pase de la teoría, de la ensoñación, a la realidad. Cooperación e intercambios de todo tipo: educacionales, industriales, universitarios… Analizar qué nos pueden aportar y qué podemos desde aquí –y en estos momentos y con nuestras concretas fuerzas– llegar a establecer o aumentar el diálogo (siempre horizontal).
No hace mucho se ha celebrado el Quinto Centenario de la marcha de los 'Doce apóstoles de México', que partieron de Belvís de Monroy, sin que tuviese una resonancia acorde a la importancia que tuvieron esos frailes en la evangelización (y desarrollo cultural, protección de las lenguas indígenas, traslado de la utopía de Tomás Moro…). En México, en la actualidad es difícil iniciar un diálogo si mencionas a Hernán Cortés (la Malinche, fue la traidora), sin mencionar que, tras la revolución de Zapata y compañía, en los libros de texto se culpaba a los españoles (gachupines) de los atrasos de su tierra.
De todos es conocido el revisionismo en lo referente a las estatuas. Pueden ser modas, pero en muchos lugares de América Latina han derribado o atacado las ecuestres figuras de algunos de los prohombres de la Conquista (ya estaban más que 'descubiertos').
Conforme pasaron los años, en Perú, la estatua de Pizarro ha sido retirada de destacados lugares a un rincón, y en otros países, los movimientos indigenistas proclaman otra lectura de la historia.
Es alentador leer que desde Extremadura se intenta estrechar los lazos con Hispanoamérica y hacer de la región un «puente entre dos continentes». (Insisto: ¿Dejamos a un lado a Portugal y Brasil?). Y muchos latinoamericanos viven en la actualidad en Extremadura, y más que podrían venir a nuestra Universidad y a nuestras incipientes industrias.
En Trujillo estarán muy contentos con celebrar el primer viaje de su prohombre Francisco Pizarro a América. Mas, para iniciar un diálogo, no me parece que vaya a ser recibido de la misma forma en el Perú, considerado uno de los más crueles y sanguinarios conquistadores. (Con independencia de su hazaña, cuando uno está al pie de los Andes e imagina cómo un puñado de hombres, con sus pesadas armaduras, logaron superar aquellas alturas).
La realidad es tozuda. Ojalá se logre establecer los cimientos para aumentar el puente entre Extremadura y América. Con el permiso y aquiescencia de sus poblaciones. Con los pies pegados al suelo y a las actuales circunstancias.
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