La llamada de Maltravieso
Análisis ·
Cinco privilegiados podrán acceder a la cueva cada semana durante los próximos seis meses, puede que por última vezVisitar la cueva de Maltravieso se ha convertido en un privilegio al alcance tan solo de unos cuantos afortunados: los cinco que podrán entrar ... cada semana desde el próximo viernes 27 y durante los seis meses siguientes, es decir, apenas 130 personas, es posible que las últimas en hacerlo sin ser científicos ni investigadores. Está demostrado que el incremento de los niveles de CO2 y las alteraciones de temperatura que provocan la presencia humana en el interior de la cavidad dañan los pigmentos de las famosas 'manos de Maltravieso', que se encuentran entre las pinturas rupestres más antiguas de Europa. La obligación de conservarlas, junto con el anuncio de la réplica exacta de la cueva que construirá el Ayuntamiento de Cáceres con tres millones de euros de fondos europeos, hacen pensar quien no entre ahora ya no podrá hacerlo nunca, o lo tendrá muy complicado.
Lo cierto es que la existencia de la cueva y de las pinturas se conocen desde los años cincuenta del pasado siglo, y durante décadas tan solo algunos estudiosos les prestaron atención mientras los restos arqueológicos que habían aparecido en el interior eran saqueados con impunidad. En los sesenta fue declarada Monumento Histórico Artístico, pero eso no tuvo ningún efecto ni para suscitar el interés de los cacereños ni para protegerla. Hubo que esperar hasta los años noventa para que la Junta de Extremadura tomara verdaderas medidas de conservación después de que se hubieran cometido todo tipo tropelías que dañaron tanto la cavidad en sí como las pinturas rupestres.
Ahora por fin Maltravieso recibe un trato adecuado a su relevancia y es conocida por los investigadores de todo el mundo, sobre todo después del revolucionario estudio publicado en enero de 2018 por la revista Science que fijaba la antigüedad de las pinturas en 66.700 años, 20.000 más de lo que se pensaba hasta entonces. La consecuencia es que todo el mundo quiere ver ahora las manos a las que hace medio siglo casi nadie daba importancia y experimentar en primera persona la sensación de sumergirse en el mismo ambiente en el que aquellos hombres del Paleolítico dejaron una huella que de manera casi milagrosa ha llegado hasta nosotros.
Hace unos días se presentó una réplica en 3D de Maltravieso de la que se puede disfrutar con gafas de realidad virtual en el centro de interpretación, y los promotores de la neocueva de tres millones prometen que la experiencia será tan similar que apenas se percibirá la diferencia con la original, pero por si acaso son muchos los cacereños, y también personas de otras ciudades, que se están apuntando para tratar de conseguir alguna de las ansiadas cinco plazas semanales que se sortean. Habrá quien lo haga por curiosidad genuina y quien solo quiera presumir en las redes sociales, pero el caso es que la llamada de Maltravieso está funcionado y que Cáceres tiene otros atractivos con tirón más allá de las piedras de la Ciudad Monumental.
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