Gigafactoría y desconcierto
Análisis ·
El rechazo provisional al PERTE de Envision y Acciona sorprende porque procede del mismo gobierno que ha buscado y avalado la creación de la planta de bateríasUn escalofrío recorrió la tórrida Extremadura de principios de agosto cuando el pasado martes se anunció de sopetón que el Ministerio de Industria había desestimado provisionalmente ... el PERTE impulsado por Envision y Acciona para la gigafactoría de Navalmoral de la Mata. ¿Qué estaba pasando? ¿No se iba a hacer la planta? ¿Nos habían vuelto a engañar con la promesa de un macroproyecto que no eran más que castillos en el aire? La resolución ministerial es confusa y con argumentos muy técnicos –difíciles de entender para cualquiera que no sea un experto– sobre los motivos por los que la solicitud no cumplía varios de los requisitos imprescindibles para acceder a las ayudas. En las horas siguientes tanto la empresa promotora como la Junta de Extremadura salieron al paso en mitad del desconcierto para lanzar un mensaje de tranquilidad, restar importancia a lo que parecía un frenazo y garantizar que la gigafactoría se hará con o sin PERTE porque se trata de una inversión estratégica para Envision, y que en todo caso se presentarán alegaciones contra la resolución de Industria.
Enseguida se me vino a la cabeza el siguiente párrafo de la información publicada por este diario el pasado 4 de junio, el día que Envision anunció oficialmente la gigafactoría: «La posibilidad de que el proyecto pudiera caerse por no ser aprobado en el PERTE es algo que ni siquiera se contempla ya que, como indica el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ha sido el propio Gobierno central el que ha realizado gran parte de las gestiones para traer a España esta importante inversión del gigante chino». Esa confianza en la solidez del plan se reforzó cuando a mediados de julio el mismísimo Pedro Sánchez asistió a la presentación oficial que se llevó a cabo en Navalmoral de la Mata junto a las principales autoridades extremeñas y representantes de las empresas promotoras. Entre medias, la ministra de Industria había venido hablando en varias ocasiones de la importancia que tendrá la gigafábrica morala, dándola por hecha, para el desarrollo en España del sector de la automoción eléctrica, y por supuesto para la economía extremeña.
Por eso la sorpresa tras la resolución de esta semana ha sido mayúscula, ya que es el mismo gobierno que fue a buscar a la multinacional china para que trajera la gigafactoría a Extremadura y le animó a presentarse al PERTE el que ha desestimado el proyecto, aunque sea de manera provisional. ¿Es posible que, no ya el presidente Sánchez, sino la propia ministra de Industria, desconocieran las deficiencias detectadas por los técnicos encargados de evaluarlo? ¿Las conocían y no les han dado importancia porque saben que aun así la planta de baterías saldrá adelante? Son preguntas de momento sin respuesta y que hacen pensar que no se está siendo del todo transparente en un asunto tan trascendental para el desarrollo de la región.
Mientras tanto, publicaciones especializadas en energía han resaltado que cuesta entender algunos de los argumentos para dejar fuera de las ayudas la gigafactoría de Navalmoral, como los relativos a la inversión mínima o a la estructura empresarial del PERTE presentado por Acciona y Envision con el asesoramiento de la consultora Deloitte. Algo se nos escapa o no se ha explicado bien. Ya veremos lo que pasa con las alegaciones de la empresa y en qué queda la resolución definitiva de Industria, pero mientras tanto será difícil sacudirse de encima esta desagradable sensación de incertidumbre.
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