El «agravio» del CIIAE
Análisis ·
Que todo un consejero de Economía avive el enfrentamiento entre ciudades es lo último que necesita ExtremaduraPocas intervenciones más desafortunadas he visto en la Asamblea de Extremadura por parte de un miembro del Gobierno que la de todo un consejero de ... Economía recitando una lista de presuntos «agravios» cometidos contra una ciudad en concreto, en este caso Badajoz. El asombroso discurso se produjo en el pleno del jueves y no fue un calentón ni una ocurrencia en medio de un debate enardecido, como pasa a veces. Guillermo Santamaría traía la lista preparada de casa y metió en ella desde las ayudas a los mínimos vitales hasta el carnaval pacense y la fiesta de la tortilla de patatas, todo para decir que los gobiernos socialistas han despreciado a Badajoz y han beneficiado a otras ciudades como Cáceres o Villanueva de la Serena.
En esa lista de afrentas incluyó el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE), desempolvando el mismo argumento que ya usó hace dos años Ignacio Gragera cuando dijo que se lo habían «robado» a Badajoz para dárselo a Cáceres porque a la capital pacense le tenían prometido desde 2009 el llamado Centro Ibérico de Energías Renovables y de Eficiencia Energética (CIEREE). El Gobierno aclaró entonces que el CIEREE no prosperó y que lo de Cáceres es un proyecto distinto. La polémica parecía cerrada, hasta ahora.
Que Gragera reivindique para Badajoz lo que considere oportuno, aunque sea con palabras tan gruesas como «robar», entra dentro de lo comprensible porque es el alcalde de Badajoz y defiende los intereses de su ciudad. ¿Pero qué intereses defiende el consejero de Economía? Se supone que los de todos los extremeños, de modo que le debería dar lo mismo que el CIIAE se ubique en Cáceres, en Badajoz o en Valencia de Alcántara. Pero cuando en la lista de prioridades están por delante las siglas del partido que te ha nombrado para el cargo pasan cosas como esta, que todo vale para atacar la gestión del rival, incluso redactar listas de «agravios» que lo único que consiguen es promover el enfrentamiento entre ciudades. Es lo último que necesita una región tan débil como Extremadura, que o camina junta o no llegará a ninguna parte. Desafortunado, como decía, e irresponsable.
Por si fuera poco, las palabras de Guillermo Santamaría dejan a los pies de los caballos al alcalde de Cáceres, que ahora es del PP. Los periodistas le preguntaron el viernes sobre ello y Rafael Mateos aseguró que el mismo jueves contactó con el consejero para expresarle su malestar. También dijo que el consejero le había pedido perdón en privado y que tiene previsto hacerlo en público. No seré yo quien lo ponga en duda, estaremos atentos.
Mientras tanto, la obra del CIIAE en El Cuartillo, que se anunció para junio de este año, sigue sin empezar. Hasta esta semana no hemos sabido (no porque no hayamos preguntado, sino porque se había ocultado) que el problema estaba en la falta de definición de los accesos. Alguien tendrá que explicar por qué, con el contrato de obras firmado desde diciembre de 2022 y con las empresas adjudicatarias esperando desde junio para empezar a trabajar, no se ha abordado hasta ahora el asunto de los accesos, que va a demorar el inicio de las obras varios meses más. Ahí sí existe una responsabilidad evidente de los anteriores gobiernos municipal y regional del PSOE, de la que hablaremos otro día.
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