David Lynch
Ha pasado los últimos veinte años de su vida planeando proyectos, participando de otras iniciativas, dejando que las huellas de dinosaurio que fueron sus obras cuajasen sobre la memoria del cine
César Muñoz Guerrero
Martes, 21 de enero 2025, 07:37
Desde el sillón donde estoy sentado veo el atardecer mientras pienso en los otros muchos atardeceres que hemos visto en las películas de David Lynch.
Ha muerto a los 75 años, una edad que hoy podríamos considerar temprana. Y lo ha hecho en Los Ángeles mientras la ciudad arde, circunstancia que algunos han aprovechado para glosar en la necrológica, igual que he hecho yo con el atardecer.
Son algunos de los recuerdos que nos ha dejado este director personalísimo, particular, que no ha dejado tanta obra. Apenas diez películas, algún que otro corto y series, una de ellas de éxito masivo. Luego particulares incursiones en la pintura, la música, el diseño y hasta la escritura.
Toda esta diversificación da una talla del creador que fue, inmenso en sus ambiciones, que no siempre alcanzaba, y de poca prédica en sus actividades.
Grabó sus diez películas en las tres décadas que van de 1977 a 2006 y ahí se frenó su creación en formato largo. Después de 'El Imperio' ya no volvimos a saber de él en las salas de cine, al menos las comerciales, aunque de ninguna manera pudiera considerarse 'comercial' lo que él hacía.
Ha pasado los últimos veinte años de su vida planeando proyectos, participando de otras iniciativas, dejando que las huellas de dinosaurio que fueron sus obras cuajasen sobre la memoria del cine. A partir de ahora empieza el plazo para valorar si perduran. No hay mucho donde elegir, pero a cambio nada de lo que hay tiene desperdicio.
Hay que pararse a pensar para llegar a alguna conclusión de lo que podía significar ver a finales de los 70, principios de los 80 en España los estrenos de películas como 'Cabeza borradora' o 'El hombre elefante'. Por supuesto que por entonces había en España artistas a la altura, de eso no hay duda, los ha habido siempre, en qué disciplina no ha habido en cada época un paisano capaz de dar la cara en el panorama internacional, pero la cosa va más de personalidades. Por las propias condiciones de los Estados Unidos, probablemente David Lynch había tenido más facilidades. De hecho 'El hombre elefante' es una de las películas que más se mencionan en las despedidas como ejemplo de que no todo en este director era alternativo.
Por aquí conocemos todos a gente genial con inquietudes que les llevaban a la obra de este hombre cuando no había acceso tan fácil a las plataformas, ni siquiera a canales de televisión a la carta. Siempre había un ciclo de cine europeo o de autor o de género determinado que acababa situando en las programaciones alguna de sus historias, aunque no fuese de manera tan habitual como a muchos nos hubiera venido bien o hubiéramos querido.
Lo de europeo lo digo por las similitudes que muchos ven en David Lynch con la tradición de este continente.
Ahora ahí quedan las diez películas, imagino que al alcance de todos. No tengo plataformas y por eso no puedo saberlo, pero quiero pensar que así es.
Algunos colgados cercanos sugieren la idoneidad de recuperar el viejo VHS y ver en él 'Mulholland Drive'. Y pensándolo bien no les falta razón.
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