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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Pablo Casado, líder del PP. Reuters

Casado reprocha a Sánchez que hable con «el desequilibrado» de Torra

El presidente catalán aprieta a su vez al presidente del Gobierno para que no se deje «arrastrar por la extrema derecha» con el 155

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Domingo, 16 de diciembre 2018

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Para Pablo Casado, el presidente de la Generalitat de Cataluña es «un desequilibrado» con el que Pedro Sánchez no puede dialogar. Con Quim Torra, subrayó el líder del PP, no hay nada que hablar, «hay que cesarlo ya» con el artículo 155 de la Constitución en la mano. El presidente catalán no respondió, pero emplazó al presidente del Gobierno a que resista y no se deje arrastrar por las presiones de «la derecha y la extrema derecha» para intervenir Cataluña.

La brocha gorda siempre ha estado presente en el debate sobre el desafío independentista, pero lleva camino de ser el argumento principal. El presidente catalán ha cultivado las palabras gruesas con la reivindicación de la vía eslovena hacia la independencia o al jactarse en algunos momentos de la pasividad de los Mossos por su compromiso con la secesión. El líder del Partido Popular (PP) alimentó este domingo a esa deriva al afirmar que Torra tiene alteradas sus facultades mentales. Explicó que su apreciación no es «un insulto», es la descripción del comportamiento de alguien que define a «los españoles como carroñeros, hienas y víboras»; de alguien que «desea que el Gobierno mande los tanques» a Cataluña; de alguien que «ansía» para su tierra «la vía eslovena, una guerra civil que costó 63 muertos y cientos de heridos».

Casado se ha liberado de las ataduras de lo políticamente correcto y ha lanzado una ofensiva total contra los independentistas. El sábado pidió ilegalizar los CDR por promover «el terrorismo urbano» y cortar la financiación pública para Esquerra y el PDeCAT porque tienen dirigentes en prisión acusados de rebelión y sedición. Hoy subió un peldaño más y exigió la destitución del presidente de la Generalitat porque sufre, a su juicio, un desequilibrio mental, y en esas condiciones «no puede estar al frente de los Mossos d'Esquadra», un cuerpo policial con 16.000 hombres armados. La vía hacia la independencia de Torra, subrayó, es la de «la confrontación civil, el derramamiento de sangre».

Pero el presidente catalán no fue el único destinatario de sus palabras, también tuvo un capítulo para Pedro Sánchez, al que, además de reprochar que dialogue con Torra, recriminó que intente reeditar la operación de José Luis Rodríguez Zapatero en 2003, cuando se comprometió a aceptar la reforma del Estatut que aprobara el Parlamento de Cataluña. Sánchez dijo el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados que dialogaría sobre una propuesta de autogobierno que tuviera el apoyo del 75% de los diputados de la Cámara catalana. Casado considera que el presidente del Gobierno «está dispuesto a cargarse la soberanía nacional» con esa propuesta porque está dispuesto a trocearla.

El líder del PP señaló que si no llega a ser por su partido, con su campaña de recogida de firmas contra la reforma del Estatut y el recurso interpuesto ante el Constitucional, «Cataluña sería independiente y habría naciones en el mundo que la habrían reconocido». Ahora, subrayó, se vuelve a repetir la historia.

Coraje y derecho

El líder del PP lanzó su andanada contra Torra en la presentación del candidato de su partido a la alcaldía de Barcelona, Josep Bou. El presidente catalán no estaba al tanto de sus palabras mientras recorría la feria navideña Santa Lucía, en Prats de Lluçanes, y no hizo ninguna mención a Casado. Sí se dirigió al presidente del Gobierno para emplazarle a que sea «valiente» y «no se deje arrastrar por la derecha y la extrema derecha» para cortar las vías de diálogo abiertas y aplicar el 155. «Tenga coraje», reclamó el presidente de la Generalitat, que negocia el formato y el contenido de la reunión con Sánchez en Barcelona del próximo viernes con motivo de la reunión ese día del Consejo de Ministros en la Llotja del Mar.

Torra insistió en que en ese encuentro, si se celebra, tiene que estar sobre la mesa «el derecho» de los catalanes a «votar nuestro futuro en un referéndum». Un planteamiento que Sánchez se niega a tener en cuenta. El presidente del Gobierno quiere que la agenda se centre en los problemas cotidianos de los ciudadanos y en los Presupuestos.

La Moncloa, por otra parte y ante la profusión de anuncios de movilizaciones, exige que el Ejecutivo catalán garantice la seguridad del Consejo de Ministros. Torra dio por descontado que así será y que los Mossos velarán por ella, así como por «la libertad de expresión y de concentración». Una coletilla que inquieta en el Gobierno porque no es descartable una actitud pasiva de la policía catalana, como ocurrió en el referéndum ilegal del 1 de octubre del año pasado, y que la reunión del gabinete del próximo viernes se convierta en una encerrona. El Ministerio del Interior tiene previsto trasladar a un millar de agentes antidisturbios de la Policía y la Guardia Civil.

Guerra de encuestas sobre el referéndum y la aplicación del 155

El 80% de los catalanes quiere un referéndum acordado con el Gobierno central en el que se pueda votar sobre la independencia. Así lo recoge una encuesta publicada hoy por el diario Ara. En sentido contrario, un sondeo publicado por el diario ABC constata que el 47,7% de los españoles defiende la aplicación del articulo 155 para intervenir la Generalitat de en Cataluña por un 40,6% que lo ve innecesario, y el 11,7% no sabe qué hacer.

El referéndum de autodeterminaciónpactado, de acuerdo al estudio del diario ARA, es apoyado por casi la totalidad de los votantes de la CUP, Esquerra y Junst per Catalunya, pero también por el 84% de los En Comú Podem, el 71% del PSC, el 34% de Ciudadanos y el 24% del PP. Votarían a favor de la independencia el 47,7%, y en contra el 36%. El porcentaje de secesionistas ni sube ni baja, se mantiene encallado desde hace tres años, según reconoce el diario soberanista.

El estudio de ABC recoge, por su parte, que el 77% de los ciudadanos está en desacuerdo con la estrategia dialogante del Gobierno socialista hacia Cataluña, casi nueve puntos más de los que la desaprobaban hace tres meses. Apenas el 13,5% comparte la política de distensión de Pedro Sánchez con la Generalitat.

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