Día de la colada en el barrio emeritense de San Bartolomé
A lo largo del día de ayer se restableció el servicio después de cuatro días sin aguaUn informe de Aqualia detalla que se han producido hasta nueve roturas de tuberías desde el pasado sábado
Un día sin agua en una casa es mucho tiempo. Más de cuatro, ya son demasiados. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de la barriada de San Bartolomé, popularmente conocida como Los Chinos, que ayer poco a poco fueron recuperando la normalidad en sus vidas al abrir el grifo de sus cocinas y aseos y hallar agua.
Agua con la que poder ducharse, cocinar, dar a la cisterna o poner una lavadora. Hábitos tan cotidianos que no han podido realizar desde el sábado debido a una sucesión de roturas en los ramales de tuberías que van por su zona.
A primera hora de la mañana, algunos vecinos se desesperaban al comprobar que todavía no había suministro de agua. María Blanco se quejaba amargamente que ya no sabía que hacer. Pensaba que quizás se tuviera que ir a casa de su hijo, que vive en otra zona de Mérida, a darse la ducha que ansía como el comer desde el sábado.
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A medida que levantaba la mañana el agua llegaba poco a poco a las casas. Una buena noticia que les animó a recuperar el tiempo perdido. Así que muchos de los vecinos, confiando en que no se cortara más el suministro, dedicaron parte de su tiempo a poner lavadoras. A lavar lo que tenían acumulado desde el sábado. En San Bartolomé, ayer fue el día de la colada.
Muchas fachadas de viviendas lucían cordeles llenos de sábanas, toallas, pijamas y demás prendas que no pudieron lavar hasta ayer.
También pudieron echar a remojo unas lentejas con agua del grifo. Lo hizo Antonia Benítez, que explicó también que los días sin agua ha echado mano de la solidaridad de sus vecinas que sí tenían en esos momentos. «Entre todos, cuando volvía el suministro a alguna de las casas, llenábamos garrafas para cubrir las principales necesidades».
Debido a la incidencia de este problema y a los días que ha durado, el alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, solicitó a la empresa concesionaria del servicio de agua, Aqualia, un informe pormenorizado sobre los cortes de suministro. También les solicitó celeridad en la subsanación de incidencias. Desde la empresa concesionaria aclaraban que a lo largo del día de ayer se restablecería el suministro, como así sucedió.
Aqualia informa que para el arreglo de estas averías ha puesto a trabajar dos máquinas retro excavadoras, dos camiones volquetes, equipos mecánicos, ocho operarios de red más encargados y técnicos. «Teniendo en cuenta que la carga de las tuberías debe hacerse de forma lenta y progresiva por el estado de la red, desde que se restablece el suministro hasta que llega a los hogares puede tardar un tiempo, siendo este breve en las zonas bajas y mayor en las zonas altas», explica.
Unas roturas tras otras
En el informe, la empresa Aqualia también indica detalladamente cuántas han sido las roturas de tubería qué se han producido desde el sábado, dónde han sido, a qué hora se han producido, cuánto han durado y cuándo se ha cortado el suministro, entre otros detalles. Leyéndolo detenidamente uno se da cuenta de que ha sido una sucesión de roturas lo que ha provocado esta caótica situación. En total, en cuatro días se han registrado nueve roturas.
Según explica el informe, el sábado 11 se produjeron dos roturas en la calle San Bartolomé, con las restricciones de agua sufridas, aunque por momentos se restableció el suministro. Al día siguiente, domingo, hubo rotura de tubería en la calle Pintor Velázquez y otra, de nuevo, en San Bartolomé.
«Ya no sé qué hacer. No sé si tendré que llamar a mi hijo, que vive en otra zona de la ciudad, para que venga a por mí y poder ducharme en su casa. Yo así ya no aguanto más»
MARÍA BLANCO, VECINA SIN AGUA
«Los días que hemos estado sin agua hemos echado mano de la solidaridad de vecinas que sí tenían agua en esos momentos. Aprovechamos para llenar garrafas y cubrir las principales necesidades»
ANTONIA BENÍTEZ, VECINA CON AGUA
El lunes 13 se comenzaron a reparar dichas roturas. Durante la realización de dichos trabajos se produjo una rotura en una tubería de la calle San Carlos. Es en esta calle donde precisamente se encuentra la tubería principal que abastece a la barriada, por lo que se cortó el agua en toda la zona.
Mientras se intentaba controlar la situación con la reparación de las tres tuberías, se sufre una nueva rotura en la calle Florencia Gil.
Ya el pasado 14 de enero se vuelve a romper una tubería en la calle San Carlos y otra en San Bartolomé. Y no bastante con eso, por la noche hay una nueva rotura en Pintor Velázquez. La última. O eso al menos esperan los vecinos.