El Papa León XIV proclama santo al 'influencer de Dios' ante 70.000 personas en Roma
La ceremonia se ha celebrado en la plaza de San Pedro del Vaticano y en ella también se ha canonizado a Pier Giorgio Frassati
Al ser una institución con una historia bimilenaria, formada hoy por 1.400 millones de personas y con una influencia planetaria, la Iglesia católica necesita ... cada cierto tiempo actualizar sus símbolos sin romper con el pasado para volver así a conectar con los fieles más jóvenes. Un significativo paso para alcanzar ese objetivo es lo que ha ofrecido la canonización este domingo de Carlo Acutis, un muchacho italiano fallecido en 2006 a los 15 años de edad debido a una leucemia fulminante. Proclamado santo por el Papa León XIV ante unos 70.000 fieles en una ceremonia celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano junto a Pier Giorgio Frassati, un estudiante y alpinista italiano fallecido hace un siglo a los 25 años, Acutis está considerado el 'patrón de Internet' o el 'influencer de Dios' por su capacidad para evangelizar por medio de la informática.
El nuevo santo suscita una enorme atracción entre los jóvenes católicos por ser el primero de la generación milenial, como prueba el aumento de visitantes que se ha registrado estos últimos años en Asís, la ciudad de San Francisco y en cuyo pequeño santuario de la Spogliazione (Despojo) se expone el cuerpo sin vida de Acutis en una urna de cristal y vestido como cualquier chaval de su edad, con una sudadera, unos pantalones vaqueros y unas zapatillas de deporte. Si en 2022 y 2023 fueron más de 500.000 los visitantes anuales a la tumba del entonces beato, en 2024 se rozó el millón y en lo que llevamos de 2025 son ya 630.000 las personas que han acudido a Asís para contemplar los restos mortales de Acutis. Se espera que la cifra se dispare tras la canonización, que iba a ser celebrada inicialmente el pasado 27 de abril por el Papa Francisco, pero su fallecimiento el día 21 de aquel mes propició que finalmente le tocara presidirla a su sucesor, Robert Prevost.
Muchas de las personas que viajaron a Roma para participar en la ceremonia de este domingo o que acuden al santuario de la Spogliazione de Asís provienen de América Latina, ya que es en Brasil y Costa Rica donde se habrían producido según la Iglesia católica las curaciones inexplicables para la ciencia gracias a la intercesión ante Dios de Acutis. El primer milagro fue lugar en Brasil y tuvo como protagonista a un niño de siete años que sufría una grave enfermedad y se curó tras entrar en contacto con un trozo de camiseta que perteneció al joven.
Este hecho ha propiciado un enorme interés por las reliquias del nuevo santo, que incluso han llegado a ser vendidas a través de Internet. De su segundo milagro, confirmado por el Papa Francisco y que ha acabado propiciando su ascenso a la gloria de los altares, se benefició una joven costarricense de 21 años afectada de un trauma cerebral tras caer de una bicicleta. Después de que su madre peregrinara y rezara ante la tumba de Acutis en Asís, la muchacha se recuperó de una manera inexplicable para los médicos.
Antes de la ceremonia de canonización, León XIV ha dirigido unas improvisadas palabras a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, algo poco habitual en él, al preferir siempre leer sus discursos, en las que ha dicho que la de este domingo era «una fiesta bellísima para Italia, para toda la Iglesia y para todo el mundo». Ha advertido a los presentes que la celebración iba a ser «muy solemne», pero no por ello dejaba de ser un «momento de alegría» y ha aprovechado para saludar a los muchos jóvenes que se habían congregado. «Todos estamos llamados a ser santos», ha dicho León XIV, prometiendo que tras la ceremonia iba a recorrer la plaza de San Pedro y sus alrededores con el papamóvil para dejarse ver de cerca por todos los fieles.
Durante la homilía, el Pontífice ha destacado que «el riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del proyecto de Dios» y ha animado a los jóvenes a seguir el ejemplo de Frassati y Acutis para «responder 'sí' a Dios» pues ambos estaban «enamorados de Jesús». Estos nuevos santos deben ser para los católicos, según ha subrayado el Papa peruanoestadounidense, «una invitación» para todos, y en especial los jóvenes, «a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra». Entre quienes han escuchado sus palabras directamente desde la plaza de San Pedro del Vaticano estaba el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, el más alto cargo institucional del país, que no ha querido perderse la ceremonia en la que los nombres de dos de sus compatriotas han sido inscritos en el libro de los santos.
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