Italia renueva por tres años el polémico acuerdo migratorio con Libia
Las ONG denuncian las violaciones de los derechos humanos que se producen en los centros de internamiento del país norteafricano
De manera automática fue renovado este domingo el acuerdo suscrito entre Italia y las milicias armadas que controlan Libia para que traten de poner fin ... a la inmigración irregular en la ruta del Mediterráneo Central a cambio del dinero, el equipamiento y la formación que ofrece la UE. Las ONG que se dedican a realizar salvamentos en el Canal de Sicilia denuncian que este acuerdo, firmado por primera vez en 2017 y que se prolonga ahora por tres años, supone un enorme coste en violaciones de los derechos humanos, ya que los inmigrantes son recluidos en cárceles en condiciones terribles en el país norteafricano y sus embarcaciones a menudo son incluso tiroteadas por las milicias, que cuentan con barcos donados por las autoridades europeas.
«Adiestramos y financiamos a la Guardia Costera libia, que después de años de episodios violentos, en los últimos días disparó contra una nave en peligro hiriendo a 3 personas, entre ellas a un chico de 15 años de edad que está en coma. Entretanto el sistema de acogida en Italia cuenta cada vez con menos servicios y los derechos de asilo se han debilitado», lamentó Monica Minardi, presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el país transalpino. Se calcula que desde que entró en vigor el polémico acuerdo, más de 158.000 personas han sido interceptadas por la Guardia Costera libia en el Canal de Sicilia y llevadas a los centro de internamiento existentes en el territorio norteafricano, donde las torturas, las violaciones y las extorsiones son cotidianas y están documentadas por la ONU.
Pese a estas quejas de las organizaciones humanitarias y a la preocupación mostrada por las agencias dependientes de Naciones Unidas, el Gobierno de Italia dejó que acabara este domingo el tiempo previsto para revisar el acuerdo sin proponer a las autoridades libias cambio alguno en sus condiciones. De hecho, la renovación se ha producido sin que esta cuestión haya apenas ocupado espacio en el debate político, por no interesarle que se hable de ello al Ejecutivo liderado por la primera ministra, Giorgia Meloni.
El Gobierno de Roma incluso llegó a proteger a un comandante de la Policía Judicial libia acusado de crímenes contra la humanidad llamado Najeem Osama Almasri. Aunque el Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en La Haya, solicitó a principios de año a Italia la entrega de Almasri por supuestamente violar, torturar y asesinar a inmigrantes, incluidos menores de edad, en los centros de detención para extranjeros que gestiona en el país norteafricano, Meloni no tuvo problema en enviarlo de vuelta a Libia en un vuelo oficial. El caso provocó una denuncia al Ejecutivo transalpino ante el TPI, así como una agria polémica en el país.
En lo que llevamos de año y hasta el 31 de octubre, han desembarcado en las costas italianas cruzando el Mediterráneo Central cerca de 59.000 inmigrantes y refugiados, mientras que son más de 1.000 las personas que han perdido la vida o desaparecido en esa ruta, según los datos facilitados por la ONU. En el mismo período de 2024 fueron 55.000 los desplazados que llegaron, mientras que en 2023 la cifra superó los 144.000.
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