Tres senderos extremeños optan al mejor del país según la Federación Española de Montaña

«En otras parcelas de la realidad estaremos en el furgón de cola nacional, pero en esta del senderismo no, y debemos sentirnos orgullosos de lo que nuestra región tiene para ofrecer, porque llevamos años haciendo las cosas bien». La reflexión es de Domingo Fernández, responsable del área de senderismo tanto en la Federación Extremeña de Deportes de Montaña y Escalada (Fexme) como en la Española. Las dos entidades explican en sus webs que el certamen se convoca para conocer la opinión de los usuarios de estos caminos, y anticipan también que nace con vocación de continuidad, ya que la idea es repetirlo cada año.

En esta primera edición, tres senderos de la comunidad autónoma forman parte de los diez propuestos por las federaciones territoriales y aprobados por la nacional. Son los siguientes: Algeciras-Tarifa (etapa 92 del sendero Mediterráneo por Andalucía), Gran senda de Málaga, Los hornos de cal (Santa Ana la Real, Huelva), Costa Naviega (Asturias), Hoz de Alarcón (Castilla La Mancha) y por último, dos en Galicia: el del Cañón del río Sil y la ruta do Xabriña.

Las votaciones se registran mediante la aplicación para teléfonos móviles 'Paso a paso' de la Fedme, comenzaron en abril, y la candidatura que ha recibido más apoyos hasta hoy es la de la ruta de Los hornos de cal, seguida de una de las extremeñas, la de Alfonso XII.

Esta ruta recuerda una parte del trayecto que el rey, bisabuelo de Felipe VI, siguió en el último día de su visita a la comarca en junio de 1922, es decir, hace un siglo. El monarca la hizo saliendo de Casares de Las Hurdes, donde había pasado la noche, y acabó el día en el monasterio de San José de Las Batuecas, ya en La Alberca (Salamanca).

En el caso de la ruta de Alfonso XIII, discurre íntegramente por suelo cacereño, ya que va de Casares de Las Hurdes a Las Mestas. «Se puede hacer en los dos sentidos, aunque la mayoría la hace saliendo de Casares», explica Domingo Fernández, que la define como «una ruta asumible pero exigente, por sus 1.500 de desnivel positivo (subida) y 1.700 de negativo (descenso)». Tiene la senda de Alfonso XIII (PR-CC 212) 22 kilómetros, se accede a ella por el kilómetro 17 de la carretera CC-55 y se tarda en hacerla unas siete horas y media.

Su recorrido incluye el mirador de las Carrascas –que ofrece unas vistas espectaculares–, tramos de bosque típico mediterráneo y el paso por las localidades de Riomalo de Arriba, Ladrillar, Cabezo y Las Mestas (el final está junto a su piscina natural). «Es una ruta que destaca por su orografía», subraya el responsable federativo de senderismo, que además, pone en valor un dato: Extremadura tiene más de tres mil kilómetros de senderos homologados, entre los de Gran Recorrido (GR), Pequeño Recorrido (PR) y los Senderos Locales (SL).

En esta última categoría está la ruta de la Garganta del Fraile (SL-CC 44), que sale y llega a Serradilla a lo largo de nueve kilómetros en los que se salva una pendiente de 156 metros (tanto de subida como de bajada). Se tardan unas dos horas y diez minutos, y su punto más destacado es la chorrera de la portilla en la garganta del Fraile, un lugar que recuerda al Salto del Gitano, el lugar más conocido del parque nacional extremeño.

El otro sendero homologado extremeño aspirante al título de mejor de España es el de Isabel La Católica (PR-CC 242), que une Cañamero con Guadalupe a lo largo de 13,7 kilómetros. La ruta, a la que se accede por el kilómetro 57 de la carretera EX-102, tiene un desnivel acumulado de 491 metros positivos y 451 negativos, y se tarda en cubrir unas cuatro horas. Destacan el tramo junto al embalse del Cancho del Fresno, el paso por los ríos Ruecas y Guadalupejo, las pinturas rupestres de la cueva de Álvarez, el castaño centenario del Abuelo, la pedrera del Melonar de los Frailes y la ermita de Santa Catalina.

Será en octubre cuando se conozca el nombre del sendero ganador. De resultar alguno de los extremeños, supondría un espaldarazo para la promoción de la comunidad como destino turístico senderista. «Extremadura está en una buena posición tanto en oferta de senderos señalizados como en número de personas que practican este deporte», afirma Domingo Fernández, que no obstante, cree que «para el espaldarazo definitivo nos falta avanzar en un par de puntos».

«Uno de ellos –amplía– es la falta de una imagen de marca regional potente y uniforme, de modo que todos los senderos extremeños estén señalizados del mismo modo, regulado mediante decreto que se cumpla, como ocurre en otras regiones». La comunidad tiene su propio manual desde hace tres años, pero que en la práctica, no se aplica sobre el terreno. «Y el otro punto a mejorar –añade Domingo Fernández– es que aumente el número de senderistas que se federan».