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Los coritos y coritas de Feria - pueblo de Badajoz de apenas 1.000 habitantes-viven muy especialmente el Viernes Santos con la representación del 'descendimiento'. En Feria hay una sensibilidad especial hacia la cruz, y ello se pone de manifiesto en el respeto y el cariño que se pone en esta representación. No en vano celebran una de las fiestas más hermosas de Extremadura, las cruces de mayo, en la que también se incluye la representación de 'la entrega de la santa Cruz' en la que los vecinos se vuelca.
Imbuidos por ese espíritu, el Viernes Santo tras los oficios, tiene lugar en la Iglesia de san Bartolomé una representación teatralizada del descendimiento de la cruz de un Cristo articulado. Sobre un texto elaborado en torno a las siete palabras por el recordado y ya desaparecido Pepe Muñoz, cronista oficial de la villa, unos actores y actrices muy bien caracterizados- soldados, apóstoles María y las santas mujeres- y la voz impecable de un narrador, llevan a cabo una creíble representación que levanta emociones en los asistentes.
Con una espectacular iluminación y unos movimientos escénicos que para nada son ajenos a los vecinos de Feria la obra de unos treinta minutos penetra muy hondo. Luego, tras la escenificación del descendimiento, el Cristo yacente es introducido en una urna de cristal, muy sencilla, que se saca en procesión acompañado por una dolorosa. Y como cada todo en Feria, la preparación de esta y alguna otra procesión en Semana Santa gira en torno a la Hermandad de la Cruz que las organiza con suma elegancia y maestría.
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