La lluvia vacía el Anfiteatro de Mérida y desluce el viacrucis
El Cristo de la O acabó envuelto en plásticos y a resguardo en los arco del recinto romano para protegerlo
A. GIlgado
Sábado, 19 de abril 2025, 10:39
A las tres y veinte de la madrugada entró el Cristo de la O en la concatedral de Santa María. Envuelto en plástico lo posaron los portadores en el umbral y lo destaparon para entrarlo hasta el altar ya descubierto. Se cerró un viacrucis deslucido en Mérida por la lluvia y con muy poco fieles que resistieron bajo el agua y el frío.
Salió el paso a su hora desde la concatedral, subió por el Templo de Diana y asomó pasada la una de la mañana en el monumento. En silencio y arropado a esa hora por muchos fieles. Le esperaba un anfiteatro lleno de gente y una cruz de velas en la arena.
Empezó el rezo con el arzobispo presidiendo el oficio religioso con mucha expectación. Pero en la octava estación empezó a llover y tuvieron los hermanos que envolver en plástico a la imagen. Apretó más la borrasca y dos estaciones después decidieron resguardarlo en uno de los arcos de entrada a la arena. Muchos fieles se fueron ante la persistencia y hubo un momento en el que solo estuvo el arzobispo leyendo las estaciones bajo el paraguas sin imagen alguna en el círculo. El rezo no se detuvo en ningún momento. Al finalizar las catorce estaciones salió el Cristo de la O de nuevo del arco y rodeó del recinto. Enfiló el Templo de Diana y la plaza del Rastro hasta entrar de nuevo en su templo de la plaza de España.
Fue el de anoche un rezo emotivo y en el que se pidió por las desigualdades sociales, acabar con la precariedad laboral, el respeto de los derechos humanos o la violencia de género y, por supuesto, por la paz.