El Gobierno reparte mascarillas en un centenar de puntos de la región

Un goteo constante, pero sin gente agolpada ni mucho menos que iba especialmente a recoger mascarillas. El reparto que se hizo ayer en la plaza de la Libertad de Badajoz, en la sede central de los autobuses urbanos, fue muy tranquilo. Y esa fue la tónica general de la distribución de las 238.000 protecciones llegadas a la región este fin de semana.

En realidad, son mascarillas de un solo uso, que pierden su efectividad en cuatro horas, no se deben lavar porque se deshacen y tampoco impiden que uno se contagie. Lo que evitan es que un contagiado pueda transmitir el virus a otra persona.

En cualquier caso, ayer se hizo un reparto masivo en 96 puntos distribuidos por Extremadura y continuará hoy. Si este lunes hubo una especial atención a los polígonos industriales de los grandes municipios (Badajoz, Cáceres o Villafranca), hoy intentarán llegar a más industrias agroalimentarias y a pueblos pequeños. El 60% se entregará en las ciudades, mientras que el 40% será para el medio rural. 63 puntos se ubicaron ayer en la provincia de Badajoz y 33 en la de Cáceres.

El objetivo es que todo aquel que tenga que trabajar pueda llevar una mascarilla, que es una de las recomendaciones que hacen las autoridades sanitarias. Guardar una distancia de dos metros entre empleados, extremar la higiene y escalonar los horarios en los centros con mayor número de trabajadores son otras medidas para evitar contagios. Es importante, también, seguir las recomendaciones para ponerse y quitarse las mascarillas y los guantes. Como se ha indicado antes, la mascarilla es un instrumento más, casi como recordatorio de que hay que ser cautos ante el virus.

La Delegación del Gobierno organizó un despliegue con agentes de la Policía Nacional y Local, la Guardia Civil, la Brigada Extremadura XI Protección Civil y Cruz Roja. Estos cuentan ya con 150.000 protecciones para la provincia de Badajoz y otras 88.000 para la de Cáceres.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, apuntó ayer que el primer reparto es para quienes «se incorporan al trabajo después de unos días de permiso retribuido y pensando que poco a poco todos nos iremos incorporando a la normalidad». Las autoridades siguen aconsejando el teletrabajo.

En la teoría, las mascarillas están dirigidas a aquellas personas que tengan que desplazarse para trabajar y que en sus empleos sea más complejo mantener la distancia de seguridad. Pero si alguien paseaba ayer por el punto ubicado en el centro de Badajoz se llevaba una sin que se le preguntara dónde se dirigía. Lo habitual es que se entregue una por persona.

Adolfo Nicolás es funcionario de Protección Civil y una de las personas que a las seis y media de la mañana estaba en el parque de bomberos de la ciudad para organizar el dispositivo. «Hay de sobra», decía por su experiencia y el contacto con los compañeros que estaban en otras zonas de la ciudad.

No existe un perfil determinado de personas que se acercaron ayer al centro de Badajoz. Había taxistas, empleados de supermercados, trabajadores públicos que mantienen los servicios mínimos y personal de limpieza. El detalle estaba en que había personas que preferían coger ellos directamente la mascarilla de la bolsa con sus propios guantes en lugar de que nadie se la entregara.

Estas mascarillas también se ofrecían a conductores de autobuses urbanos en Badajoz con el objetivo de que pudieran dárselas a las personas que se subían a su vehículo. Es lo que hizo Francisco Javier Crespo, que dirigía un vehículo de Tubasa, sobre las ocho y cuarto de la mañana de ayer. Aún era pronto, pero ya había notado un leve incremento de viajeros respecto a la pasada semana. De todas formas, las autoridades desaconsejan el transporte público.

La avenida de Ricardo Carapeto, que es una de las más populosas de la ciudad, tuvo ayer otro punto de entrega, al igual que el polígono industrial de El Nevero.

En Mérida, la mayor parte de la asignación se hizo en los polígonos industriales del Prado, Cepansa, Reina Sofía y Albarregas para que los trabajadores accedieran a las naves con las mascarillas puestas.

La distribución también se realizó en el cruce de Valdivia con Zurbarán, un lugar clave para el acceso a industrias agroalimentarias, y en las entradas a las explotaciones de frutales de las Vegas del Guadiana.

En la provincia de Cáceres, la distribución principal se llevó a cabo en el Polígono Las Capellanías de la capital cacereña, en la estación de autobuses de la ciudad y en la parada de autobús ubicada junto al edificio Múltiples, mientras que en Plasencia el reparto comenzó en el polígono industrial, en la parada de autobuses y en la estación de autobús junto al hospital. Navalmoral de la Mata, Coria y la venta 'El Caldero', en la A-66, fueron otros puntos.