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La azucarera del grupo Al Khaleej Sugar no se construirá en el emplazamiento escogido en Expacio Mérida, en un suelo que finalmente ha sido ocupado ... por la empresa china Hunan Yuneng para implantar una fábrica de cátodos para baterías de litio. Pero los promotores siguen adelante con el proyecto, para lo que siguen trabajando de la mano de la Junta de Extremadura para buscar otros emplazamientos en la región.
Fuentes consultadas por HOY señalan que la actuación sigue adelante. Pero la pérdida del suelo asignado inicialmente para su desarrollo implica la necesidad de contar con una nueva ubicación y por tanto que la compañía promotora tenga que iniciar toda la tramitación ambiental de la planta. No se trata por tanto de un adiós definitivo, aunque da argumentos a quienes dudan de un proyecto que lleva casi ocho años en tramitación.
A mediados de 2017 la multinacional dubaití Al Khaleej Sugar, una de las grandes productoras mundiales de azúcar, inició los trámites para construir una planta de procesado de remolacha azucarera en el parque empresarial Expacio Mérida. La central ocuparía una superficie de más de 539.000 metros cuadrados, aunque la reserva de suelo fue de casi el doble con la vista puesta en el desarrollo de otros proyectos.
Sin embargo, esa opción de compra no se renovó y tampoco se formalizó la adquisición, por lo que la empresa perdió cualquier derecho sobre ese espacio en 2019, según indica la Consejería de Economía de la Junta de Extremadura.
Pero aún seguían en vigor los permisos ambientales, que no han caducado hasta ahora, lo que ha permitido que Hunan Yuneng pueda iniciar la tramitación para su fábrica de cátodos para baterías.
La autorización ambiental y la declaración de impacto fueron concedidos entre finales de 2017 y comienzos de 2018, lo que parecía un impulso definitivo a una inversión que en aquel momento se estimaba en 425 millones de euros. A finales de ese año la empresa firmó un acuerdo con la Junta para ejecutar las obras, pero nunca se dio ese paso.
En 2021, tras el parón de la pandemia, se rubricó una nueva declaración de intenciones a la que se sumó el Ministerio de Industria. Un año después el proyecto obtuvo 120 millones de financiación pública para una inversión que ya se elevaba a 500 millones.
En 2023 los permisos ambientales, de cinco años de vigencia, caducaron, pero la Junta concedió una prórroga de dos años. Ese plazo ha terminado este mes de abril, con lo que el proyecto de la azucarera ha perdido de forma definitiva su vinculación con la parcela de Expacio Mérida asignada para su construcción.
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