La mujer de 64 años que intentó atracar una sucursal pidió dinero antes en un despacho de loterías

Fuentes cercanas a la investigación señalan que, en esta ocasión, la mujer no llevaba un cuchillo ni ninguna otra arma ni amenazó a los empleados del despacho. Acudió a la administración con un folio que pegó a la mampara del local, detrás de la que se sitúan los vendedores, en el que explicaba que la habían secuestrado y que necesitaba dinero para pagar a los responsables y que no la mataran.

Los empleados de la administración de loterías, sin embargo, no la creyeron, la pidieron que se marchara y la mujer abandonó el local de manera pacífica y sin ningún dinero.

Fue días después cuando tuvo lugar el suceso en la sucursal bancaria de La Caixa. En esta ocasión, tal como informó la Guardia Civil, la mujer de 64 años de edad entró en la oficina y se aproximó a una de las empleadas. Bajo amenazas, con el cuchillo que llevaba y cubierta la cara con una mascarilla, exigió que se le entregara todo el dinero disponible.

La empleada logró desviar el cuchillo tras un «breve forcejeo», consiguiendo apartarse de la agresora, momento en el que fue rápidamente auxiliada por sus compañeros, quienes intentaron mediar con la mujer.

Ante la resistencia con la que se encontró por parte de los trabajadores de la sucursal bancaria, la atracadora huyó del lugar sin conseguir sustraer dinero ni ningún otro objeto de valor. Los empleados de la entidad la reconocieron como una clienta y esto facilitó la rápida activación de un operativo de búsqueda por parte de la Central 062 de la Comandancia de Cáceres.

Poco después, de hecho, la sospechosa fue localizada en Santa Cruz de Paniagua, pueblo a 20 kilómetros de Montehermoso en el que reside junto a su marido y donde lleva una vida de aparente normalidad, según los testimonios recabados. Tiene al menos un hijo.

Durante su detención, los agentes también incautaron el cuchillo utilizado en el intento de atraco, así como la ropa que la mujer vestía en el momento de la tentativa.

Dos días después la vecina de Santa Cruz pasó a disposición judicial. Tras tomarle declaración, en el marco de las diligencias abiertas por un presunto delito de robo con violencia e intimidación, en grado de tentativa, el titular del Juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Plasencia, de guardia el día en que tuvieron lugar los hechos, la ha dejado en libertad pero con la obligación de acudir los días 1 y 15 de cada mes ante el juzgado hasta que concluya la instrucción en marcha y se determine el archivo de la causa o la apertura de juicio.