María Ángeles Durán: «Los extremeños tienen que innovar, ser todos funcionarios no es una opción»
La primera mujer en lograr una cátedra de Sociología en el país asegura que «en Extremadura se necesitan ganas de arriesgar» para salir del furgón de cola
Mujer investigadora con hijos. Así se define María Ángeles Durán (82 años), una forma sencilla de resumir lo mucho que esta catedrática de Sociología, ... Medalla de Extremadura y doctora en Ciencias Políticas y Económicas ha conseguido.
Ha sido la primera muchas veces. Por poner un ejemplo, en 1982 se hizo con una cátedra de Sociología en España. Nunca antes una mujer lo había logrado.
Luego no han parado de otorgarle reconocimientos y, entre tanto, ha escrito 360 publicaciones centradas en el trabajo, la economía, la sociedad española y la salud.
De origen extremeño (su padre era de Sierra de Gata), fue investigadora del CSIC y, en 2002, recibió el Premio Nacional de Investigación para las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas. En 2018 le concedieron el de Sociología.
Doctora honoris causa por las universidades de Valencia, Granada, La Rioja y Autónoma de Madrid, ha pasado por las instituciones universitarias de Michigan, Cambridge o Washington y actualmente asesora a organismos internacionales como la Unesco o la OMS e imparte conferencias. Esta semana ha dado la magistral del acto académico de la UEx con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino.
–Gran parte de sus investigaciones se centran en el trabajo no remunerado. ¿Hay un cambio real o el cuidado de padres e hijos sigue recayendo exclusivamente en la mujer?
–Es bastante difícil medirlo porque no todos los meses hay una estadística sobre ello, pero con los datos disponibles se observa que hay un aumento del trabajo no remunerado porque tenemos una proporción más amplia de personas mayores. Además, se ha notado mucho, pero no sé en qué medida es real o un cambio de opinión pública, la cantidad de hombres que dicen que dedican tiempo al cuidado de niños. Tienen permisos de paternidad y está bien que un padre diga que dedica tiempo a cuidar de sus hijos cuando antes les daba vergüenza. Así que creo que hay un cambio en la opinión pública y real sobre que los hombres jóvenes aportan mucho más al cuidado de los menores que antes.
–Aun así, ¿queda mucho por hacer para que se reconozca ese trabajo no remunerado?
–Tenemos que repensar las bases conceptuales en las que se ha asentado nuestra cultura. Tiene que haber una innovación en todos los campos, Medicina, Biología, Derecho, Filosofía, etc. Y en concreto, en Economía se están estudiando básicamente los productos que se convierten en mercancía, incluido el trabajo humano, porque se le pone un precio y pasan por el mercado, pero la realidad es que hay muchos recursos que nunca pasan por el mercado. Ahí hay dos grandes grupos, que son los recursos medioambientales y el trabajo en los hogares.
–¿En eso Extremadura es muy rica, no?
–Extremadura es rica justamente en los recursos medioambientales y en el trabajo no remunerado sobre todo de las mujeres, con una incorporación al mercado del 39% cuando para el conjunto del país está en torno al 60%. Queda muchísimo por hacer en ese sentido. Sin embargo, los datos no son tan catastróficos si Extremadura hace un análisis innovador que contemple toda la economía y no solo el mercado. En ese caso otras comunidades españolas aparentemente muchísimo mejores que Extremadura tienen mucha menos calidad. Por ejemplo, los mayores extremeños están mejor cuidados que los madrileños.
–¿Por qué?
–Porque les cuidan sus hijos. El trabajo de esa hija ni se paga ni se ve. Mientras que en otros sitios que están incorporadas al empleo se ve el dinero que producen las hijas en el mercado, pero la persona no está siendo cuidada por ellas. Además, las redes informales están mejor en Extremadura. No sé cómo se podría medir eso, pero en el pueblo extremeño con el que tengo conexión a los mayores le llevan la comida a casa una persona que conocen, no un empleado que cada día es distinto. Está claro que es malo que las hijas no tengan empleo, pero para un mayor es su lotería. Y eso es económico, pese a que solo se estudian los recursos monetarizados. Se dejan fuera los medioambientales y el trabajo no remunerado y con el envejecimiento tendremos cada vez más necesidad de ello.
«Con una visión real y total de la economía, Extremadura tiene más calidad que otras regiones»
«Los mayores en Extremadura están mejor cuidados que los madrileños porque les cuidan sus hijos»
«Hay mujeres que nunca se jubilan; si no fuera por ellas habría dependientes muriendo por la calle»
–Precisamente, Extremadura se caracteriza por tener una población cada vez más envejecida.
–En Extremadura me dicen muchas veces que no pueden ir a trabajar porque tienen que cuidar de su padre o de niños pequeños. Ya tenemos 9,5 millones de personas con más de 65 años, pero muchas, sobre todo las mujeres, no se jubilan nunca porque siguen cuidando a toda la familia. Y tenemos una deuda enorme con ellas. Si no fuera por ellas tendríamos que pagar muchos más impuestos o tendríamos a las personas dependientes muriendo por la calle. La transición de la economía española ha sido posible, en gran parte, a las mujeres que han hecho doble trabajo, el de dentro y el de fuera. Y no lo hacían solo por el dinero, sino por la independencia y por los valores de logro personal.
–Una gran parte del trabajo sí remunerado en Extremadura es de funcionarios. ¿Falta riesgo empresarial en esta región?
–Está claro que en Extremadura faltan ganas de emprender y de arriesgar. Hay un problema real de falta de cultura de empresa, de asumir responsabilidades individuales y arriesgarse por ello.
–¿Hay alguna razón tras esa falta de emprendimiento?
– Los extremeños son muy trabajadores e inteligentes, pero no sé por qué no son más empresarios. Lo que está claro es que si quieren salir del furgón de cola tienen que innovar, ser todos funcionarios no es una opción. Los sueldos son mejores y es lógico que la gente quiera, pero es que se deben desarrollar empresas que den nuevos empleos. Y no pueden ser trabajos de poner un café, que puede haberlos y muchos, pero eso nunca dejará margen suficiente como para que se le pueda cobrar un impuesto alto y con ello se pague la residencia del anciano o las becas para los estudiantes, las escuelas y una buena atención sanitaria.
–¿Y cómo se logra eso?
–Con mucha inversión en tecnología y formación de los jóvenes. Las empresas solo vendrán si hay espíritu empresarial y de riesgo.
–¿Cree que Extremadura acabará algún día con el tópico de tierra olvidada y abandonada?
–Ese tópico sigue injustamente vivo y me gustaría pensar que algún día acabará, que se darán cuenta de que esta región tiene más metros de costa dulce que ninguna y que es verdad que, aunque a veces hace calor, no hay lugar en España con la primavera más bonita. El campo necesita echar fuera toda la vida y cada arcén es un jardín como si estuviéramos en Versalles.
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