Diez medallas de Extremadura, una de ellas al pueblo portugués de Barrancos
Colegio de Abogados de Badajoz, dos escritores (Adalid y Murillo), tres periodistas, una socióloga, una soprano y un investigador son el resto
J. L. A.
Sábado, 1 de agosto 2009, 12:34
El Gobierno regional concede este año más distinciones que nunca. El Ejecutivo conoció ayer la decisión de su presidente, Guillermo Fernández Vara, de asignar 10 galardones, de los cuales dos van destinados a comportamientos solidarios colectivos, y el resto a dos autores literarios, tres periodistas, una socióloga, una cantante lírica y un investigador.
Como es habitual serán entregadas el 7 de septiembre en el teatro romano de Mérida, en la víspera de la festividad regional.
Las medallas colectivas son al pueblo portugués de Barrancos (30 kilómetros al oeste de Higuera la Real, el último pueblo extremeño lindando con la sierra de Huelva), que históricamente se ha distinguido pegado a la frontera española por acoger a refugiados extremeños que huían de conflictos y persecuciones, y la otra al observatorio de los derechos humanos que mantiene activo el Colegio Oficial Provincial de Abogados de Badajoz, que preside José Rubio.
Dos escritores
Los autores literarios premiados este año con la Medalla son Jesús Sánchez Adalid, escritor de 'best seller' históricos que ejerce también como párroco de Alange, y Miguel Murillo, dramaturgo y director del teatro López de Ayala de Badajoz.
Tres periodistas se suman en este 2009 a la lista de premiados, Pepa Bueno, de Televisión Española, que a pesar de su éxito según Vara «nunca se ha olvidado de que es extremeña»; Tomás Pérez Durán, voz radiofónica del deporte cacereño durante muchos años, y a título póstumo Fernando Hernández Pelayo, también cacereño, fallecido hace un año y que será recordado, como presidente de la asociación Andeni, por haber promovido la adopción de más de 200 niños chinos por familias extremeñas.
María Ángeles Durán Heras, socióloga empeñada en los derechos de la mujer; María Coronada Herrera, soprano y profesora en el Conservartorio de Badajoz, y Pablo Campos Palacín, investigador que ha hecho trabajos sobre el sostenimiento de la dehesa extremeña, completan la relación de las diez medallas de este año.
Con los brazos abiertos
Es muy llamativa la presencia de una localidad portuguesa entre los reconocimientos al trabajo por Extremadura. De cierto carácter español -prefieren lidiar los toros como a este lado de la frontera, con muerte-, recibe el premio en consideración a los lazos culturales, sociales e históricos que lo unen con la región.
En numerosas ocasiones, sigue alegando el decreto firmado por Fernández Vara, Barrancos se ha convertido en refugio de extremeños que, por una u otra causa, se veían obligados a huir de España. Lo fue a principios del siglo XIX para los liberales que escapaban de los Cien Mil Hijos de San Luis y, poco antes de la Guerra Civil, también para los propietarios de tierras que huían de las revueltas agrarias.
A título póstumo será la medalla que a principios de septiembre recoja la familia de Fernando Hernández Pelayo, nacido en Cáceres en 1959, periodista de profesión, que desarrolló su labor profesional como redactor de RTVE, en el Centro Territorial de Extremadura, donde ocupó el puesto de redactor jefe y jefe de los servicios informativos.
Promotor de la sección extremeña de Andeni (Asociación Nacional en Defensa del Niño) la medalla quiere reconocer y agradecer «una vida de lucha incansable para que el camino de la adopción sea menos difícil, así como su tarea continua por mejorar las condiciones de vida de los miles de menores de los orfanatos de la República Popular China».
Murió en agosto de 2008 en su ciudad natal, víctima de una enfermedad.