Extremadura pierde más de 13.000 empleados públicos en una década

Las administraciones están abriendo la puerta para que entren nuevos trabajadores tras años de restricciones. En una década se han perdido más de 13.000 empleos públicos. Según el Instituto Nacional de Estadística, en esta región había a finales de 2009 casi 107.000 trabajadores públicos y en el cuarto trimestre de 2019 la cifra se situó en 93.000.

El batacazo se produjo durante el punto álgido de la crisis económica. De 2010 a 2011, en solo un año, el descenso registrado fue de 8.900 empleados. A partir de ese año la cifra se ha movido entre los 89.000 y los 93.000.

Cuando se les pregunta a los directores de academias de formación por las plazas ofertadas, dicen que nunca son muchas, aunque reconocen que en los últimos años han notado un incremento. «Al menos ya se puede decir que con una buena preparación hay posibilidades de obtener resultados», comenta Roberto González, de la academia Cum Laude. Él está al frente de un centro de formación en el que se preparan medido millar de alumnos.

Dice que en los últimos años se ha empezado a notar un incremento en el número de plazas. «Entre 2007 y 2013, la crisis acabó con el empleo público. Además se ha notado el toque de atención que la Unión Europea dio a España por los elevados índices de temporalidad», añade.

Eso fue en 2017, cuando esa temporalidad se situaba en el 24%. Ahora persiguen reducirla a un tercio (8%) después de años en los que se ha optado por tirar de interinos para cubrir puestos. De hecho, actualmente a las plazas de turno libre se están sumando planes de estabilización y consolidación para los trabajadores que llevan décadas desempeñando sus funciones de forma temporal.

Además, en 2018 se dio otro momento importante. El Gobierno central eliminó el veto de reposición de personal a las administraciones. Hay que recordar que esa tasa estuvo congelada entre 2011 y 2015, cuando sólo se permitía el 10% para colectivos prioritarios como sanidad y educación.

Lo que por el momento no cambia es la incertidumbre con la que viven algunos opositores. Muchos se preparan sin saber cuándo se enfrentarán a su prueba. En algunos casos anuncian el número de plazas pero la fecha del examen no la saben hasta poco tiempo antes.