Extremadura dispara su deuda para pagar el gasto en sanidad y educación
Las cuentas regionales de 2021 suben en 417 millones respecto a las de este año por el impacto de la covid-19
Una de las enseñanzas que dejó la crisis económica de la que estábamos saliendo cuando llegó la covid-19 es que las políticas de ... austeridad no eran la mejor medicina. Ahora, con un terremoto de proporciones aún por estimar, la receta pasa por inyectar dinero en la sociedad para paliar los efectos de la paralización económica que han causado las medidas de prevención contra la pandemia. Así lo recoge el proyecto de presupuestos generales de la Junta de Extremadura para 2021, con un incremento de la partida de endeudamiento en más de 300 millones, con lo que se espera disponer de la liquidez suficiente para mantener el nivel de gasto actual.
A eso se suman otros 300 millones incluidos en el apartado de transferencias del Estado, que no son más que el traslado a las cuentas autonómicas de la gran operación de endeudamiento que llevará a cabo la Unión Europea para que los países miembros hagan frente a las consecuencias del coronavirus. Mientras que en la pasada década Bruselas (y Berlín) ordenaba apretarse el cinturón, ahora ha liderado una solución totalmente opuesta para que se pueda disponer de fondos con los que combatir la pandemia y reactivar la economía.
Como en realidad no hay recetas mágicas, no se puede saber qué hubiese pasado si en la pasada década se hubiese optado por políticas expansionistas en lugar de por los recortes. Quizá el daño hubiese sido aún mayor. Pero lo que parece evidente es que ahora no queda otra salida que endeudarse. Hay quien advierte de que las consecuencias de la covid-19 pueden ser mucho peores que las causadas por la última crisis. Pero también es cierto que las características de este frenazo son distintas, principalmente porque una vacuna podría dar una salida rápida. Aunque también puede empeorar, y en ese caso el incremento de la deuda podría ser insuficiente para hacer frente a una caída de la recaudación aún mayor, lo que obligaría a otras medidas y dejaría una factura para las generaciones futuras.
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