La expedición polar de José Trejo avanza tras superar por aire el estrecho de Barrow
El primer contratiempo fue encontrarse el mítico paso descongelado, pero ya hace diez días que progresan con esquíes y han aguantado el primer temporal usando sus trineos como un muro
La expedición hacia el Gjoa Haven pasando por el Polo Norte, denominada Mar de Hielo 2025 y en la que está integrada el extremeño José ... Trejo, avanza de nuevo con paso constante hacia su objetivo pese a los primeros contratiempos que tanta mella hicieron en la moral de estos aventureros.
Las primeras dificultades aparecieron cuando aguardaban en una cabaña del pequeño pueblo de Resolute Bay, donde esperaban al guía inuit y el resto del avituallamiento para iniciar su travesía de 42 días. La persona y los víveres se retrasaron, cundió la incertidumbre y llegaron a pasar hambre antes de empezar su ruta con esquíes tirando cada uno de los tres integrantes de un trineo (pulka).
Tampoco esperaban el siguiente escollo al inicio de la ruta, cuando tocaba afrontar el mítico estrecho de Barrow, uno de los siete pasos que conectan los océanos Atlántico y Pacífico y donde el hielo se había deshecho, por lo que tuvieron que sortear ese mítico paso improvisando la contratación de una avioneta, por lo que avanzaron 137 kilómetros por aire de una travesía que tiene 800 kilómetros en total y que esperan culminar a mediados de mayo. Tras varias gestiones en Ottawa (Canadá) y actos protocolarios, volaron hacia la Isla de Cornwallis y, tras un segundo vuelo que no estaba en el guion el aterrizaje que definitivamente los puso en ruta fue el 5 de abril. «Ha sido la mejor elección porque el hielo está abierto en el estrecho de Barrow», fue uno de los audios enviados por Trejo, de 54 años de edad.
Sobre este episodio, en sus redes escribió hace ya más de diez días: «A veces, el Ártico nos obliga a cambiar de rumbo. El Estrecho de Barrow nos tenía emocionados, pero la realidad nos golpeó fuerte. Wayne, nuestro experto en clima de Resolute Bay (¡30 años aquí, sabe de lo que habla!), nos mostró un panorama difícil: Hielo imposible con un laberinto de bloques rotos y mar abierto que aparece y desaparece; sin guías, ya que buscamos guías experimentados, pero nadie se atreve a cruzar a pie».
Noticia relacionada
Unas vacaciones de pesadilla en el infierno blanco
Ante este panorama, «con el corazón en la mano, decidimos volar con Kenn Borek Air Ltd. ¡Y menos mal que está Fred! Un tipo genial, responsable de los vuelos charter aquí, que nos ha echado una mano enorme. Al aterrizar, ajustaremos el equipo y haremos pruebas para comenzar la travesía. La seguridad es lo primero, y aunque nos duele cambiar los planes, es lo más sensato. Gracias, Wayne, Fred y Kenn Borek Air Ltd», publicó en su perfil de redes el pasado 5 de abril.
A partir de entonces han conseguido progresar con los esquíes y el día dos de la ruta consiguieron avanzar diez kilómetros, si bien al día siguiente, en el que costearon por la Isla Príncipe de Gales nueve kilómetros más, ya vieron llegar un temporal que los detuvo por un día. Así, el 8 de abril se quedaron acampados y usaron sus pulkas como muros para protegerse de vientos de 65 kilómetros por hora, según ha contado a este diario la persona con la que consiguieron contactar vía satélite.
«Lo mejor del día, salami congelado»
El 9 de abril retomaron la ruta y caminaron once kilómetros más para luego elevar la media hasta 14 kilómetros diarios, mientras que el domingo y el lunes pasado consiguieron avanzar entre 11 y 15 kilómetros cada día, por lo que a principios de esta semana, tras los primeros diez días de ruta ya habían recorrido 239 kilómetros, de los que más de cien lo hicieron a pie.
Según ha explicado Trejo , aún no han conseguido aligerar el peso de las pulkas y esto les provoca mucho cansancio. Pero no es la única de las dificultades que están encontrando: «El viento es lo peor, baja la sensación térmica muchísimo y la nieve cuando esta blanda nos frena mucho».
Otro hándicap es la humedad que produce su propio sudor. «Cuando paramos estamos tan mojados como si salieras de la ducha. Entre el parka y la chaqueta el sudor es hielo sólido y sacamos un kilo de hielo a diario de la tienda», ha descrito el explorador pacense esta semana.
Los otros dos integrantes son el murciano Francisco 'Quitin' Mira y el gallego Sechu López. Sobre los roles de cada uno, explicó que «Al parar de todo el día, cada uno sabemos lo que tenemos que hacer, Sechu y Quitin van montando la tienda, hay que atornillarla al hielo marino, José recoge los esquís y bastones y los mete en una funda, luego José comienza a instalar la valla perimetral de seguridad. Una vez montada la tienda Sechu y Quitin van preparando el interior e inflando las colchonetas. Una vez terminadas estas tareas, José coge un saco de nieve de 10 kilos (para derretirla y conseguir agua) y enciende el infiernillo. Nos quitamos la ropa empapada y la secamos mientras tomamos unas lonchas de salami calentado. Esto último es lo mejor del día»
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión