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A. B. Hernández
Viernes, 2 de mayo 2025, 13:38
22 cartuchos de marca 'zz pigeon' del calibre 12, un cartucho de postas de la marca 'bp' del calibre 12 y dos balas semi-brindadas ... de la marca 'S&' con la inscripción 9x19 23 del calibre 9 milímetros.
Es la nueva munición que la Policía Nacional ha encontrado en una ventana de la vivienda de San Lázaro que es propiedad de uno de los encarcelados por el tiroteo ocurrido el 30 de marzo en Plasencia, en el que murió Camelia Montaño, la niña de dos años que recibió un impacto de bala que le atravesó la cabeza.
El nuevo hallazgo tuvo lugar antes de Semana Santa. En torno a las 12 horas del pasado 10 de abril dos agentes acudieron a una dirección de San Lázaro tras recibirse una llamada en la sala 091 en la que se indicaba dónde estaban las balas, según consta en el informe que la Policía Nacional ha elaborado respecto a esta intervención y que se adjunta a la documentación que conforma el expediente por el caso San Lázaro.
Los agentes encuentran una caja de cartón con cartuchos en una ventana de la parte exterior de la vivienda, encima de una repisa. Contactan con la Policía Judicial que revisa y detalla la munición encontrada, que se ha puesto a disposición ya de la instrucción en marcha.
Pero los policías también dejan constar en su informe que la puerta del domicilio donde hallan los cartuchos estaba abierta y que desde el exterior observan que todo en el interior estaba revuelto, «por lo que puede ser que dicha munición haya sido puesta por las personas que hayan accedido al interior».
De hecho, los agentes encuadran el hallazgo en las represalias que en San Lázaro se han venido sucediendo después de que el titular del juzgado número 1 de Plasencia, que instruye la causa, decidiera enviar a prisión a los seis vecinos de los Loletes implicados en el tiroteo.
Cabe recordar que fueron miembros de este clan los que la madrugada del 30 de marzo se enfrentan a otros cinco de los Hilarios que acuden a San Lázaro supuestamente para zanjar el conflicto entre ambos que se había producido dos días antes por una pelea en un club de alterne.
Ese encuentro acabó con el tiroteo y según el juez solo los Loletes dispararon, motivo por el que dejó en libertad provisional a los cinco de los Hilarios. Respecto a los disparos, en el atestado policial se indica que «siguen una trayectoria de arriba abajo y provendrían desde los domicilios de donde se inicia la reyerta (la casa de los Loletes) hasta donde las víctimas reciben los impactos de bala», entre los que «habría aproximadamente unos 25 metros, siendo compatible todo ello tanto con armas cortas como con armas largas».
En cuanto a las armas, el único de los seis detenidos de San Lázaro con licencia para usarlas entregó cinco a la Policía Nacional tras el tiroteo: cuatro escopetas y un subfusil. Pero las 200 balas de calibre 9 mm Parabellum que adquirió el día antes en una armería de Plasencia, compra que recogen las cámaras del local, solo son compatibles con el subfusil.
El abuelo de Camelia, por su parte, ha asegurado que fue una bala de 9mm la que atravesó la cabeza de su nieta, y que no fue disparada por ninguna de las armas entregadas a la policía, sino por una pistola Colt que no se ha encontrado.
La instrucción del caso San Lázaro aún está pendiente del informe de balística que aclare qué armas se dispararon y de cual salió la bala que acabó con la vida de la niña.
Por otro lado, las defensas de los seis encarcelados por el tiroteo de San Lázaro, todos miembros del clan de los Loletes, han recurrido el auto por el que el juez decide transformar las diligencias previas en un procedimiento del jurado. Precisamente, el acto previsto este viernes en el juzgado, que finalmente se ha suspendido, era una comparecencia para llevar a cabo esta transformación. Los abogados de los detenidos de San Lázaro consideran que la instrucción se encuentra en una fase embrionaria para determinar los presuntos delitos de los que se les acusa a sus defendidos y por eso han presentado recursos al auto judicial.
Frente a estos recursos, las defensas de la familia de Camelia Montaño, la niña de dos años que falleció a consecuencia de una bala perdida en el tiroteo, y la de la joven de 25 años que resultó herida en un pie también la madrugada del 30 de marzo, han presentado las correspondientes impugnaciones.
La defensa de la familia, en manos del bufete del conocido abogado Marcos García-Montes, y la de la joven, defendida por el abogado placentino Miguel Cantero, consideran que el auto emitido por el titular del juzgado número 1 de Plasencia, que instruye el caso San Lázaro, es ajustado a derecho y que, por tanto, debe ser juzgado por un jurado popular, porque los seis encarcelados están siendo investigados por un presunto delito de homicilio doloso, que corresponde al tribunal del jurado.
La abogada del despacho de García-Montes que se ha personado ya en la causa abierta por el tiroteo, Ana Moraza, solicitará también al juez que asuma el procedimiento que se abra por la denuncia presentada por el padre de Camelia, Iván Montaño, con motivo de las amenazas que habría sufrido por parte de los Loletes tras los incendios ocurridos en viviendas de su propiedad. «Entendemos que las amenazas es un delito conexo al de homicidio doloso», ha explicado la abogada tras personarse en la causa del tiroteo. «Por eso pediremos que se enjuicie todo por el tribunal del jurado».
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