20 embalses del Tajo extremeño presentan un estado ecológico por debajo de bueno
La situación es mala en Almaraz, deficiente en Valdecañas o los saltos de Torrejón, y moderada en Alcántara, Portaje, Cedillo, Guadiloba o Plasencia
Veinte embalses de la cuenca del Tajo en Extremadura presentan un estado ecológico malo, deficiente o moderado, en una escala que incluye también bueno y ... muy bueno. Estas dos últimas calificaciones se las reparten entre otros 49 pantanos, la mayoría pequeños, ya que en la veintena con peores notas figuran algunos de los más grandes de la comunidad autónoma.
«El estado ecológico –explica la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT)– se define como una expresión de la calidad de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos asociados a las aguas superficiales, y se clasifica empleando una serie de indicadores biológicos, hidromorfológicos y físicoquímicos específicos». Se analizan, entre otros elementos y según el tipo de masa de agua superficial, los fosfatos y nitratos, el amonio, clorofila, cianobacterias, la oxigenación o la acidificación.
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Los cinco que reciben la peor calificación posible, la de malo, son los de Almaraz (Arrocampo), Valdesalor, Arroyo de la Luz y Aldea del Cano, según la información recogida en el plan hidrológico nacional para la demarcación española del Tajo 2022-2027, un documento aprobado el pasado enero pero que en las últimas semanas ha sido noticia por el anuncio de la presidenta de la Comunidad de Madrid de denunciarlo ante el Tribunal Supremo al entender que perjudica a sus intereses.
Un peldaño por debajo pero en situación igualmente negativa están aquellos a los que se le atribuye un estado deficiente, que son siete: Torrejón-Tajo, Torrejón-Tiétar, Valdecañas, Ahigal, Ayuela (Casas de don Antonio), Casar de Cáceres y Alcuéscar.
Y hay nueve cuyo estado es moderado, el tercer peldaño en esta escala de cinco. Son los de Alcántara (el más grande de la cuenca y el segundo de España por tamaño, solo superado por el pacense de La Serena), Cedillo, Portaje (estratégico por su ubicación en la frontera hispano-lusa y clave para el cumplimiento del Convenio de Albufeira), Guadiloba (abastece a la ciudad de Cáceres), Jerte-Plasencia (surte a Plasencia), Borbollón (junto a Santibáñez el Alto y Moraleja), El boquerón (Riolobos), Villar de Plasencia y Tres Torres-Jaripa (en Torrequemada).
Datos de cuatro y cinco años
«La serie de datos utilizada para la evaluación del estado ecológico de las masas de agua superficiales en este tercer ciclo de planificación –concreta la CHT– comprende el periodo 2015-2019 (y en algunos casos, datos correspondientes a 2020)». El tercer ciclo de planificación se refiere al plan hidrológico 2022-2027, ya que hay dos anteriores (el anterior fue 2015 a 2021).
El plan hidrológico incluye un capítulo en el que se compara la calidad de las masas de agua en el primer ciclo y el segundo. En este punto, hay diez embalses de la región que han empeorado. Son los de Jerte-Plasencia, Portaje, Aldea del Cano, Guadiloba, Alcuéscar, Ahigal, Valdecañas, Almaraz-Arrocampo, Valdesalor y Arroyo de la Luz. Por el contrario, han mejorado tres: Valdeobispo, Baños de Montemayor y Casar de Cáceres.
Los embalses extremeños no citados presentan un estado ecológico bueno o muy bueno. En este grupo están los de Navalmoral de la Mata, Malpartida de Plasencia, Gabriel y Galán, Rivera de Gata, Guijo de Granadilla, Piornal, Baños de Montemayor, Torrejoncillo, Serradilla, Arrocerezal y Majá-Robledo (en Las Hurdes los dos últimos), entre otros.
El plan hidrológico nacional también recoge los resultados del estado químico de cada pantano, un valor «determinado por el cumplimiento de las normas de calidad medioambiental», y que en todos los casos es bueno.
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