La decisión sobre Almaraz urge para planificar la compra de uranio y formar a los operadores
Cuenta atrás de la central nuclear (II) ·
Una prórroga implicaría renovar la plantilla de la sala de control, 'el cerebro' de la planta, y cada nueva licencia de operador lleva dos años y medio de estudios y exámenesAntonio J. Armero
CÁCERES.
Sábado, 4 de enero 2025, 07:51
El tiempo requerido para formar al personal que maneja la central y el suministro del uranio enriquecido que alimenta a los dos reactores son dos ... de los motivos que explican por qué conviene conocer cuanto antes si la central nuclear de Almaraz cerrará en el año 2028 como prevé el plan del Gobierno o si este le concederá una prórroga.
Durante los últimos meses, desde los sectores partidarios de la continuidad se ha insistido en la necesidad de aclarar cuanto antes el futuro de la planta extremeña. Fuentes de la instalación han concretado que en un escenario ideal, la decisión debería conocerse antes de que termine el primer trimestre del año 2025. Pero entre el común de los ciudadanos surge la duda de por qué tanta anticipación, qué razones explican que haya que saberlo en el año 2025 si la central no bajará la persiana del todo en el último trimestre del año 2028.
Y la respuesta a esas dudas no es simple, porque en una instalación de este tipo, casi nada es sencillo. Pero hay dos motivos principales. Uno tiene que ver con la adquisición del uranio, elemento radiactivo básico en el proceso de generación de energía que desarrolla la planta. Desde la propia planta explican que «para una organización correcta de la posible continuidad más allá del año 2027 en el caso de la primera unidad y del año 2028 para la segunda, es necesario contar unos plazos suficientes para gestionar correctamente los contratos de fabricación y suministro de uranio».
«Si la prórroga se autorizara poco antes del cierre, nos veríamos obligados a parar», afirman desde la planta
Y un segundo motivo: la necesidad de renovar la plantilla de operadores de la sala de control, que es algo así como el cerebro de la planta, el lugar desde el que se controlan todos los procesos complejos que permiten generar el producto final, que es la energía que se incorpora al sistema nacional de abastecimiento.
«La explicación está en que nuestra plantilla de la sala de control, formada por 62 personas, está planificada de acuerdo con el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030), y una prórroga de la autorización de explotación llevaría asociada la necesidad de formar nuevo personal». Hay que recordar que el PNIEC es el documento que recoge el plan de cierre de las centrales nucleares en España, que acabará con la de Trillo en el año 2035.
El carné es para seis años
En el caso de Almaraz, sus dueños (Iberdrola en un 53%, Endesa en un 36% y Naturgy con un 11%) acordaron hace cinco años con Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, presidida por la extremeña Olga García) que el reactor uno dejaría de funcionar el 1 de noviembre de 2027 y el dos un año menos un día después.
«Se tarda –continúa explicado el departamento de comunicación de la nuclear– aproximadamente dos años y medio en el proceso de formación de una licencia de operador, por lo que si esa prórroga se produjera poco antes del cierre, nos veríamos obligados a parar la producción para esperar a que las nuevas licencias de operación estuvieran formadas».
Tal como explican desde la planta, cada operador de sala de control necesita obtener una licencia antes de ponerse a trabajar en una central nuclear. O sea, no basta con la titulación universitaria requerida, sino que además hay que completar un proceso formativo que algunos técnicos de la sala de control de Almaraz calificaban en una reciente visita de prensa a la instalación como más difícil que la ingeniería que habían cursado.
El «carné de operador», como suele denominarse a la licencia, se obtiene tras una formación de entre dos y tres años, y no se concede si antes no se aprueban los exámenes que convoca el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Son cinco exámenes, y hay que obtener al menos un siete de nota media en cada uno de ellos y una calificación mínima de ocho entre todos ellos. La formación es todavía más exigente, habitualmente dos años más, para el jefe de turno, que es quien está al mando de cada turno, en el que siempre hay al menos un operador de turbina, uno de reactor y un supervisor, además del jefe de turno, que es común a las dos salas, porque en Almaraz hay una por unidad.
Son tres exámenes, y se exige sacar al menos un 7 en cada uno y un 8 de media entre todos
Una vez obtenida la licencia, los operadores y supervisores son sometidos a programas continuos de actualización de su formación, supervisados por el CSN. Deben renovar su licencia cada seis años, acreditando ante el Consejo sus conocimientos, estado de salud y sus intervenciones en la operación de la central, según el propio organismo.
El CSN define la sala de control como el lugar «donde se centralizan todos los controles, se monitorizan los equipos, registros, cambios, protocolos y, en el caso de que fuera necesario, desde donde se gestionan las emergencias». Califica los trabajos que se desarrollan en ella como «de altísima responsabilidad», de ahí la necesidad de que los realicen , dirijan y supervisen «profesionales expresamente formados para cada puesto».
Requisitos exigentes
Para acceder a la formación específica de operador nuclear hay que ser ingeniero técnico o tener el grado de ingeniería en alguna de las siguientes ramas: industrial, de minas (especialidad energética), eléctrica, mecánica, naval o aeronáutica. No basta con haber aprobado la carrera. El Consejo de Seguridad Nuclear especifica que se exige haberlo hecho «en los años contemplados en el programa de estudios, y con nota elevada». Además, se valora haber cursado un posgrado en energía nuclear.
La formación para obtener la licencia de operador dura tres años. Quien acredite al menos tres años de experiencia como operador puede optar a la licencia de supervisor, que supone otros dos años de formación. Cada licencia es específica para cada una de las cinco centrales nucleares que hay en España, los exámenes duran cinco días, y en uno de ellos, el candidato ha de recorrer la planta e ir respondiendo a las preguntas que le hacen los técnicos del CSN.
«El equipo de operadores y sus auxiliares –explica el CSN– trabaja las veinticuatro horas al día y los siete días de la semana en turnos rotativos, velando por la seguridad física, la protección radiológica y la estabilidad del reactor. Los operadores operan las centrales nucleares. Mueven los mandos de control, arrancan y paran los equipos, monitorizan y ajustan los controles, y protocolizan los datos en los registros correspondientes. En caso de necesidad, aplican los procedimientos de fallo o de emergencia. Pueden actuar en respuesta a situaciones anormales, determinar su causa y tomar las acciones de recuperación».
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