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Las hipotecas de los extremeños son las que tienen las cuotas más bajas de todo el país: superan ligeramente los 455 euros mensuales. Una cuantía que conlleva que, pese a que los reducidos salarios que se pagan en Extremadura, el esfuerzo que tienen que hacer los hipotecados de la región también esté entre los menores de entre todas las comunidades autónomas: se dedica al pago de las mensualidades de los préstamos hipotecarios menos del 25% de las nóminas, según los datos del anuario de estadística inmobiliaria del Colegio de Registradores de la Propiedad del año 2024.
Este indicador refleja que el problema de acceso a la vivienda en Extremadura, sobre todo entre los más jóvenes, se sitúa en el fuerte incremento de los precios –el año pasado repuntaron otro 7%– y en las dificultades de los ciudadanos para ahorrar el dinero necesario con el que hacer frente a los gastos de la compra que no cubren el préstamo hipotecario: la entrada o los trámites burocráticos, por ejemplo.
El último dato del barómetro de la vivienda, elaborado por el Grupo Mutua Propietarios, recoge que el 77% de los extremeños de entre 18 y 24 años se declara preocupado por su capacidad para acceder a una vivienda en el futuro. Los jóvenes sitúan su mayor complicación en llegar al momento de la concesión de la hipoteca. «Voy a pagar menos de cuota que de alquiler», reconoce una joven extremeña que está a punto de firmar un préstamo para su casa en la ciudad de Badajoz.
5,5 millones de euros
ha destinado hasta ahora la Junta de Extremadura al programa Aval Joven con el que ya ha concedido 462 avales en los menos de once meses que lleva la iniciativa en vigor
Esta realidad ha hecho que, en menos de un año, cerca de 900 jóvenes extremeños hayan recurrido a la línea de avales públicos para la compra de su primera vivienda. Una iniciativa puesta en marcha por la Consejería de Infraestructuras, Transporte y Vivienda en junio de 2024 y por la que ya se han formalizado 462 avales.
A raíz de la crisis económica de 2007 parece haberse establecido como norma que las entidades bancarias concedan las hipotecas por el 80% del importe de la vivienda. Es decir, los compradores deben disponer al menos de ese 20% restante. Nada fácil en el contexto actual.
El programa Aval Joven de la Junta de Extremadura garantiza el 15% del importe de la vivienda ante las entidades bancarias, con lo que las hipotecas se firman sobre el 95% del precio del inmueble. «La edad media de las personas solicitantes es de 30 años; el 93,1% son parejas, mientras que el resto son personas que compran de forma individual», detallan desde la Consejería de Vivienda, al tiempo que cifran en 5,5 millones de euros el importe de los avales concedidos.
En más de un centenar de localidades extremeñas se han formalizado compras de viviendas en las que las hipotecas han contado con el aval de la Junta de Extremadura. Sin embargo, más de una tercera parte de los avales se han firmado para la adquisición de inmuebles en alguna de las cuatro grandes ciudades extremeñas: Badajoz, sin contabilizar las operaciones en sus pedanías, Cáceres, Mérida y Plasencia. De hecho, únicamente la capital pacense suma cerca de un centenar de los avales.
El Ministerio de Vivienda tiene abierta otra línea similar, pero que alcanza el 20% del coste de la vivienda para cubrir la totalidad del precio de la misma con el crédito hipotecario. Además, la línea del Gobierno se abre también al colectivo de las familias con hijos a cargo.
Otra de las diferencias radica en el precio máximo de la vivienda. Mientras que la Junta permite firmar el aval –para lo que colabora con nueve entidades bancarias con presencia en la región– para inmuebles de hasta 210.000 euros e incluso incrementar ese precio en un 20% si el edificio cuenta con un grado alto de calificación energética; el plan nacional fija el límite para Extremadura en 200.000 euros.
Son cuantías elevadas, que evidencian el fuerte incremento en el precio de la vivienda en los últimos años. El mercado inmobiliario se ha encarecido a un ritmo mucho mayor del que han subido los salarios, principalmente en las grandes poblaciones. Ni siquiera los repetidos incrementos del salario mínimo (SMI) han logrado invertir esa evolución.
Las expectativas también apuntan a que la vivienda seguirá encareciéndose. Un 45% de los extremeños creen que el calentamiento del mercado inmobiliario a lo largo del presente año –tanto en compra como en alquiler– lastrará su capacidad de ahorro, según el barómetro de Mutua Propietarios. Una realidad que se une a los bajos sueldos que hay en Extremadura, principalmente entre los jóvenes, para complicar su acceso a la vivienda.
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