El campo y la hostelería afrontan un verano con falta de mano de obra
Las empresas van a tener dificultades para completar sus plantillas en las campañas de recogida de la fruta y con el aumento del turismo
Las peticiones del sector agrario se acumulan sobre la mesa de las empresas de selección de personal. Iman Temporing es un ejemplo. «El flujo de ... los estudiantes que querían sacarse un dinero en verano cada vez existe menos», asegura Cecilio del Cid, director de la delegación de Extremadura de esta compañía.
Tradicionalmente, esos jóvenes buscaban un empleo para sus vacaciones y solían fijar la vista en el campo y en la hostelería, que así conseguían completar sus plantillas en una de las épocas del año en las que más mano de obra necesitan.
«Hay negocios que no están ampliando porque no encuentran personal»
cecilio del cid
Director regional de Iman Temporing
«Hay negocios que no están ampliando porque no encuentran personal»
Manuel Moreno
Presidente de Cetex
Sin embargo, como confirma Del Cid, son cada vez menos los estudiantes que buscan un empleo temporal. Nunca fueron un volumen demasiado grande de trabajadores, pero ayudaban a cubrir la oferta y ahora, en una coyuntura en la que se nota la falta de mano de obra en un gran número de sectores, se echa de menos su aportación.
En el campo extremeño, en el que algunos cultivos ya han iniciado la recolección, las organizaciones agrarias llevan tiempo advirtiendo de las dificultades de los dueños de las explotaciones para contratar trabajadores. La recolección de la fruta, que ya ha comenzado, es una actividad muy intensiva en mano de obra. «Durante años ha habido un flujo de personas de otros países, pero en gran parte han dejado de venir», expone el director regional de Iman Temporing.
Al norte de la región, para la recogida de la cereza, suelen llegar en primavera muchos temporeros. En la última década la población rumana ha tenido mucha presencia, pero se está notando un importante descenso que los jornaleros latinoamericanos no cubren del todo. «La cada vez mayor despoblación de los entornos rurales hace tampoco se encuentren trabajadores locales», manifiesta Del Cid.
Aunque esa no es la única explicación para que desde hace años los trabajos temporales en el campo tengan mucha mano de obra extranjera. Se trata de empleos duros y con salarios reducidos.
Hostelería
Por otro lado, la hostelería también lleva avisando, por lo menos desde el final de las restricciones provocadas por la pandemia, de las dificultades que tienen los empresarios para completar todos los turnos. «Hay negocios que no se están ampliando por la falta de mano de obra», reconoce Manuel Moreno, presidente de Cetex (la patronal extremeña del sector).
Preocupa, sobre todo, la ausencia de profesionales cualificados. La exigencia de los clientes es cada vez más alta y la hostelería, que se ha ido adaptando al mercado actual y mejorando su servicio, necesita trabajadores formados que no encuentra. Ni en cocina ni en sala. «Ni profesionales ni sin cualificar», apostilla Moreno.
La construcción también nota la escasez de trabajadores y detecta una falta de formación en los desempleados
El verano es temporada alta, sobre todo en los puntos más turísticos de la región, como pueden ser las ciudades de Cáceres y de Mérida o el norte de la provincia cacereña. Son fechas en las que los negocios necesitan ampliar sus plantillas para atender al aumento de demanda y los empresarios detectan que no podrán hacerlo.
El principal motivo para esta situación, según los expertos en recursos humanos, es la pandemia. «Todos los eventuales se quedaron sin ingresos cuando se prohibió la actividad y muchos se han reconvertido y ahora trabajan en otros sectores», declara el director regional de Iman Temporing, que cree que el convenio del sector es bajo. «A las empresas no les va a quedar más remedio que ofrecer pluses para que a la gente le interese trabajar», considera Del Cid.
Un convenio mucho más atractivo tiene la construcción. Aunque eso no impide que, no es nuevo, falten trabajadores en el sector. Incluso los empresarios ya están pensando en recurrir a iniciativas como la formación de trabajadores extranjeros en origen y que lleguen a Extremadura ya con un contrato de trabajo.
Desde la patronal confirman que va a tener problemas para desarrollar todas las inversiones que van a llegar a la región. Los fondos Next Generation van a suponer un aumento de los proyectos que se deben acometer. Además, el dinero que llega de Europa está destinado a la mejora de la eficiencia energética, entre otras prioridades. «Ya no es como antes, ahora hace falta gente muy preparada», dice Del Cid, que se pregunta cuántas de las personas que buscan trabajo en la construcción están preparada para incorporarse ahora mismo al sector actual.
Es, por tanto, una complicación añadida para la construcción. No solo hay falta de demandantes de empleo, también hay un déficit en la formación de quienes quieren trabajar.
El despegue de la construcción, que ya se notaba antes de la pandemia, ha venido a poner de manifiesto el abandono que, para los empresarios, ha sufrido el sector desde la crisis de 2008. Como ha sucedido recientemente con la hostelería, muchos trabajadores abandonaron la construcción ante las reducidas perspectivas laborales. Tampoco se ha invertido en formación, por lo que el relevo generacional no se ha producido y ahora la mano de obra es escasa y está envejecida: más del 40% supera los 50 años.
Contratos de menos de 90 días
La reforma laboral ha modificado los tipos de contratos y reducido los eventuales a situaciones muy concretas. Sin embargo, los clásicos contratos temporales –pese a que cada vez son menos– que los estudiantes firman en verano no han sufrido modificaciones. Se permite que, por circunstancias de la producción, se hagan contratos temporales siempre que no superen los 90 días de trabajo al año. Es un límite que los trabajos veraniegos no suelen superar.
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