«El cambio climático nos obliga a lidiar con nuevas enfermedades»
María Paz Sánchez-Seco Bióloga del Instituto Carlos III de Madrid ·
La responsable del laboratorio de arbovirus de referencia en España participa en el I Encuentro Científico que se clausura hoy en Losar de la VeraCristina Núñez
Cáceres
Sábado, 4 de septiembre 2021, 07:42
El bofetón que nos asesta el cambio climático tiene muchas caras, aunque en lo que más nos fijemos sea en los fenómenos meteorológicos extremos. Menos ... conocido pero relevante es el riesgo que el aumento de la temperatura global genera en la salud por la introducción de enfermedades como el virus del Nilo, transmitido por mosquitos y que el año pasado infectó a seis personas en Extremadura.
El I Congreso 'Malaria y enfermedades emergentes y reemergentes transmitidas por los vectores: un reto de salud' que arrancó ayer en el centro de interpretación del paludismo en Losar de la Vera cuenta hoy con María Paz Sánchez-Seco, bióloga del Instituto Carlos III de Madrid y responsable del laboratorio de arbovirus (virus que se transmiten a los humanos por artrópodos, principalmente por mosquitos), de referencia nacional, experta en virus como el dengue o el causante de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo.
Los virus exóticos son cada vez más comunes en zonas donde antes no se habían visto. «Se han convertido en algo más normal, se ha ido extendiendo, el año pasado vivimos en España un brote increíble de la enfermedad por virus del Nilo y este año estamos teniendo casos en Andalucía». ¿Nos va a tocar lidiar con nuevas enfermedades a causa del cambio climático? La respuesta de Sánchez-Seco es sí. «Hay enfermedades transmitidas por mosquitos, y los mosquitos dependen de la climatología, en las zonas tropicales y subtropicales del planeta es en donde más vectores de transmisión hay, y muchos de ellos se van adaptando a zonas templadas, si las zonas templadas cada vez son mayores los mosquitos se expanden y pueden expandirse las enfermedades que transmiten», ilustra. Hay un ejemplo muy claro: la primera vez que se detectó el llamado mosquito tigre en la Península fue en el año 2004, y desde entonces se ha multiplicado su detección, no ha sido un caso aislado. El mosquito tigre puede transmitir enfermedades como el dengue, el zika o la fiebre chikungunya. Aunque Sánchez-Seco rebaja la alarma y rechaza la idea de que puedan producirse situaciones tan graves como la actual pandemia, sí considera necesario establecer controles y vigilancia en la zona en la que se encuentren estos mosquitos. «No es una hecatombe, pero hay casos y hay que adaptarse a ello».
«No es una hecatombre, pero hay que estar alerta en determinadas zonas»
La detección de los primeros casos de dengue autóctono en 2018 supuso una sorpresa para la comunidad científica. «¿Cómo vas a pensar que unos señores que habían estado de vacaciones en Murcia y Cádiz y habían enfermado tuviesen un cuadro clínico que fuese un dengue sin salir de España?». La transmisión se produjo a través de un viajero que fue picado en zona endémica por un mosquito transmisor de esta enfermedad. A su regreso lo contagió a través de mosquitos.
Control y vigilancia
Esta científica insiste en que los sistemas de control de mosquitos y la vigilancia epidemiológica y veterinaria son «absolutamente esenciales en determinadas zonas». Indica que es necesario que haya una buena coordinación entre servicios para luchar contra este tipo de enfermedades. «A raíz del virus del Nilo se ha estado vigilando mucho tiempo, desde el Ministerio de Agricultura se ha controlado el canal equino», explica. En Extremadura se ha puesto en marcha un programa financiado por el colegio de Veterinarios de Badajoz para detectar mosquitos tigre y otros transmisores de virus en trampas ubicadas en parques urbanos de las ciudades de Cáceres y Badajoz. Según Sánchez-Seco a nivel nacional desde tiempo atrás se está intentando hacer un plan de vigilancia, pero es complejo por la multidisciplinariedad que se requiere.
Otro ejemplo de la importancia de una visión conjunta sobre estas enfermedades es el del virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo. En la zona de San Vicente de Alcántara se hallaron garrapatas infectadas con esta enfermedad. Este virus provocó la muerte a un hombre en 2016 que se infectó en Ávila y posteriormente ha provocado más casos, entre ellos uno en Badajoz. Un estudio coordinado a nivel nacional demostró que el virus está muy extendido por distintas zonas del país, aunque «no todos los casos han sido mortales ni graves».
Mari Paz Sánchez- Seco valora el esfuerzo científico hecho en este campo en las últimas décadas y que arrancó «cuando parecía una locura porque ciertas enfermedades no eran tan conocidas como ahora». Partir de cero le ha concedido una visión valiosa. «Una parte de mi carrera profesional se ha realizado durante este tiempo, ha sido una experiencia muy bonita ver cómo cada vez hay más gente implicada en el diagnóstico de todas estas enfermedades».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión