El calor de agosto rebaja la producción de una vendimia con uva de más calidad
UPA-UCE y Asaja prevén un 20% menos de cosecha y les preocupa el bajo precio que abonan las bodegas
Una vendimia con menos producción, pero más calidad en la uva. Es el resumen que hacen las organizaciones agrarias UPA-UCE y Asaja, cuyos presidentes ... achacan a las copiosas lluvias de esta primavera y al excesivo calor de este mes de agosto un resultado final que aún está por analizar pues en Extremadura la uva blanca, la más abundante, se recoge hasta casi finales de septiembre.
En estos momentos, ilustra Ignacio Huertas, presidente de UPA-UCE, ya se ha recogido la uva para cava, que es la primera que se vendimia, tarea que finalizó hace semana y media. Ahora se están terminando de recoger las variedades tintas y ha empezado la vendimia de las variedades blancas, las que más abundan en Extremadura.
«Las lluvias de la primavera hizo que mejorara la calidad porque el sector del viñedo llevaba años atravesando sequías, pero luego ha habido un problema, las olas de calor, que han reducido expectativas por deshidratación en la uva, que pesa menos porque tiene menos jugo y hay racimos que se han llegado a quemar. En cambio, ha salido una uva de más calidad al tener más grados», explica Huertas, que habla de una rebaja en la producción respecto al año pasado de entre el 18 y el 20%. En 2024 se cosecharon 3,14 millones de hectolitros; en 2023 fueron 2,6 millones y en 2022 la cifra fue de 3,45 millones de hectolitros, por lo que en este 2025 se espera una producción bastante por debajo de los 3 millones de hectolitros. Juan Metidieri, presidente de Asaja, estima que esta campaña se recogerán 2,5 millones de hectolitros. «Llovió en primavera pero la tierra tenía escasez hídrica de años anteriores, y ese agua la ha absorbido para fortalecerse para próximos años. Así que la producción ya venía mermada y con la ola de calor se ha acentuado», añade Metidieri. La mayoría de estas viñas están en la comarca de Tierra de Barros.
En este contexto, los representantes de UPA-UCE y Asaja apuntan a que el otro gran problema que han detectado son los precios, según dicen por debajo de los costes de producción en algunos casos, lo cual UPA-UCE pondrá en conocimiento de la Agencia de Información y Control Alimentario (Aica), que depende del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que vigila, entre otros aspectos, que se cumpla la conocida como Ley de la Cadena Alimentaria. Esta busca regular las relaciones comerciales en el sector agroalimentario para asegurar precios justos, transparencia y eliminación de prácticas desleales entre agricultores, ganaderos, distribuidores y consumidores.
Contratos privados
Aunque mucho vino de Extremadura se exporta a granel fuera de la comunidad, casi toda la uva va a bodegas de la región, que establecen contratos privados con sus proveedores, no como con el tomate que deben ser públicos y esto facilita un mayor control para evitar abusos.
Según denuncia Huertas, «muchos agricultores han entregado la uva para cava sin saber a qué precio se la pagaban. Ahora sí hay tablillas en algunas bodegas, pero a veces no se cubren los costes». Según explica, se paga entre 3,60 o 3,80 pesetas (sic) el kilogrado (en viticultura, el término se refiere a una medida que combina el peso de la uva –kilo– con su contenido de azúcar –grado–). Y Huertas afirma que la uva de grado medio (11,5) se está pagando a 25 céntimos el kilo de uva, «y eso es por debajo del coste de producción, que son 40 céntimos», denuncia.
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