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Directo Directo | El Vía Crucis recorre el Cerro de Reyes de Badajoz
Barrios extremeños que se alejan de la política

Barrios extremeños que se alejan de la política

Hay zonas de las grandes ciudades de la región en las que la participación en las citas electores se desploma y está muy por debajo de la media

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Domingo, 3 de noviembre 2019, 08:44

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Es una pescadilla que se muerde la cola. Se sienten olvidados por la política y no acuden a las urnas, por lo que los políticos prestan menos atención a sus necesidades al no tener un rédito electoral. «Ya hace varios años que no se celebran actos de campaña aquí», dice un vecino del emeritense barrio de San Lázaro. «Antes por lo menos venían, aunque luego no cumplían lo que le prometían a los vecinos», añade. En este barrio, la participación en las últimas elecciones generales se movió entre el 51% y el 62%, lo que significan 22 y un 11 puntos menos, respectivamente, que la media de la ciudad de Mérida, que fue del 73,9%.

En un situación similar hay diferentes barriadas en la región. Ninguna de las secciones en las que se divide el distrito de Los Colorines de Badajoz alcanzaron el 60% de participación y la abstención superó el 64% en alguna de ellas. «La explicación es compleja, pero creo que la elevada abstención está muy vinculada al deterioro de las condiciones de la clase trabajadora y a a desafección en cuanto a las posibilidades de recuperación de esas condiciones», explica el sociólogo Marcelo Sánchez-Oro.

Lo mismo sucede en Las Moreras, el Casco Antiguo o en zonas de San Roque, Suerte de Saavedra y Cerro de Reyes, donde poco más del 50% de la población ejerció su derecho al voto. «La gente está cansada de los políticos; ahora vendrán los diferentes partidos en campaña y luego estarán cuatro años sin preocuparse por el barrio», se queja Miguel Flores, presidente de la Asociación de Vecinos de Cerro de Reyes.

Flores critica el estado en el que se encuentran los acerados . :: C.M.
Flores critica el estado en el que se encuentran los acerados . :: C.M.

«Vendrán los partidos en campaña y estarán cuatro años sin preocuparse»

MIGUEL FLORES, CERRO DE REYES, BADAJOZ

Los sentimientos son muy parecidos en el resto de barriadas de las grandes ciudades extremeñas que también presentan unos niveles más elevados de abstención en las diferentes citas electorales. «Estamos discriminados; el barrio tiene muchas necesidades y cuando vienen las elecciones nos prometen cosas, pero luego no se ven resueltas», comenta Ricardo Heredia, presidente de la asociación de vecinos unificada de Gabriel y Galán, en Plasencia. Aquí, la participación se quedó a más de diez puntos de la media local, que fue del 72,71%. «Entiendo perfectamente que la gente piense: si no me tienes en cuenta, luego no vengas a pedirme el voto», insiste Heredia.

El descontento con los gobernantes y la sensación de que sus demandas no se escuchan hacen crecer la abstención

Pero si hay un distrito en Plasencia en el que la abstención alcanza sus valores más altos, este es San Lázaro. Solo un 48,21% del censo votó en la cita del pasado mes de abril. «Ningún político, de ningún partido, se preocupa por el barrio, que está hecho polvo», en palabras de Juan Vázquez, representante vecinal.

En la capital cacereña, la participación en uno de los distritos de Aldea Moret, el de la parte alta, se quedó en un 57%, muy lejos del 78,64% de la media en la ciudad. «Nos sentimos abandonados por las administraciones local y regional, da igual quien gobierne», comenta Javier Moreno, presidente de la Asociación de Vecinos de Santa Lucía, que cree que esta situación prolongada en el tiempo ha hecho que el desencanto hacia la política crezca entre la ciudadanía. «Ni siquiera se hacen promesas electorales en relación al barrio, solo buenas palabras pero sin nada concreto», lamenta este representante vecinal.

Heredia en la zona donde piden un parque infantil. :: ANDY SOLÉ
Heredia en la zona donde piden un parque infantil. :: ANDY SOLÉ

«Entiendo a la gente: si no me tienes en cuenta, no vengas a pedirme el voto»

RICARDO HEREDIA, GABRIEL Y GALÁN, PLASENCIA

A la hora de mencionar las necesidades, hay muchas semejanzas en cualquiera de las zonas mencionadas. Dejadez es la palabra más repetida por los dirigentes de las asociaciones. «Hay que mejorar en limpieza; ni siquiera los barrenderos pasan por el barrio», afirma Vázquez. «Hemos pedido que arreglen las zonas verdes, porque las ramas de los árboles provocan accidentes cuando llueve o hace mucho aire», demanda Heredia, que incide en la falta de mobiliario urbano. «Se echan de menos espacios para el ocio de los más pequeños, pero también más mantenimiento de las infraestructuras que hay y una mayor vigilancia policial», en palabras de Moreno. «Las calles no se han arreglado en 25 años, están hechas una pena», certifica Flores.

Problema social

Los barrios mencionados tienen varios aspectos en común. Son zonas en las que el desempleo y la precariedad laboral se hace notar con mayor virulencia que en el resto de la región. Las cifras de absentismo escolar también son más elevadas porque los vecinos entienden que la formación académica tampoco les va a ayudar a salir de su situación actual o debido a que las familias necesitan ingresos y los jóvenes deben buscar un empleo desde edades tempranas. «Las desigualdades abocan a una parte de la población a vivir bajo el umbral de la pobreza con el riesgo de iniciar procesos de exclusión que los aparta de la vida social, pero también, por otro lado, afecta a la sociedad en su conjunto», se puede leer en el último informe publicado por Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España.

En definitiva, estos colectivos vecinales cuentan con unos elevados porcentajes de personas en riesgo de exclusión social y la desafección política es solo una consecuencia de lo anterior. No se sienten representados por la política y las desigualdades que observan respecto a sus conciudadanos provocan que se vean en los márgenes de la sociedad.

José Luis Vega es orientador laboral de la Fundación Secretariado Gitano. :: A. MÉNDEZ
José Luis Vega es orientador laboral de la Fundación Secretariado Gitano. :: A. MÉNDEZ

«Existe una despreocupación por lo ajeno, perono se detecta más entre los gitanos»

José luis vega, aldea moret, cáceres

Un ejemplo de esto lo pone el presidente de la asociación de vecinos de Cerro de Reyes. «El Ayuntamiento no cuida los jardines y los vecinos de la plaza José Martí se están encargando de regar las zonas verdes», informa Flores.

Varias de las barriadas mencionadas tienen un elevado porcentaje de población de etnia gitana. «En San Lázaro en Plasencia, el 95% somos gitanos», aporta Vázquez. El Casco Antiguo y Las Moreras de Badajoz, el emeritense San Lázaro o algunas calles de Aldea Moret en Cáceres también tienen vecinos de esta etnia en diferente grado.

Por su parte, José Luis Vega, orientador laboral de la Fundación Secretariado Gitano (FSG), no cree que en la menor participación en las citas electorales tenga especial incidencia la etnia. «En estos barrios existe una cierta despreocupación por lo ajeno, pero no se detecta en mayor grado en los gitanos», afirma Vega, que insiste en que es necesario que los políticos escuchen la voz de los barrios sobre cómo mejorar su entorno para actuar en los aspectos más acuciantes.

Participación por barriadas

Badajoz: 73,83% de media

Los Colorines: Ninguna de las secciones del barrio superó el 58% y una de ellas se quedó en el 38%.

Suerte de Saavedra: Las diferentes zonas estuvieron entre el 51 y el 55% y alguna alcanzó el 65%.

Las Moreras: La media fue del 52,07%.

Cáceres: 78,64%

Aldea Moret: La parte alta del barrio tuvo un 57% y la baja un 68%.

El Junquillo: Participó un 61,59%.

Mérida: 73,9%

San Lázaro: Una sección no superó el 52% y la otra rozó el 62%.

Plasencia: 72,71%

San Lázaro: Contó con un 48,21%.

Gabriel y Galán: Se movió entre el 60 y el 61%.

En esta línea, desde la asociación se ha estado trabajando en el cacereño barrio de Aldea Moret para explicar a los vecinos la importancia de participar en la sociedad como una vía de inclusión. «La política es un apartado más», aporta Vega, que añade que para poder avanzar en esos aspectos hace falta información, pero «primero hay que querer participar y la realidad es que no existe un alto interés en hacerlo».

Al respecto, los expertos creen que el aumento de la abstención es un proceso que se ha ido consolidando con el tiempo. «La gente no vota porque no cree en la eficacia del voto», detalla Sánchez-Oro, que apunta que hay cuatro motivos para votar y «ninguno tiene aliciente para estos grupos de los que estamos hablando», remarca este sociólogo.

Fundación Secretariado Gitano está desarrollando programas para favorecer la inclusión social

Entre esos motivos, cita la fidelidad del voto, algo que se ha perdido entre las clases populares; el programa, que suele dejar fuera a estos barrios y colectivos, por lo que tampoco favorece su participación; la imagen o el prestigio de los políticos, reputaciones que no pasan por su mejor momento, y el voto por el cambio, «que solo se produce en coyunturas excepcionales», certifica Sánchez-Oro.

Otro de los aspectos que definen a los barrios con una baja participación en las elecciones es el componente de la inmigración. «Igualmente se detectan muchas familias monoparentales en las que la madre es el principal sustento», puntualiza el sociólogo, que advierte que hay mucha población vulnerable y relativamente desprotegida que acaba en estos entornos residenciales. «Son nuevas capas sociales que forman la clase trabajadora, pero que tiene poco conciencia y que ve amenazado su escaso estatus por cierta presión de los inmigrantes; así, no encuentran en el estado del bienestar un soporte para asegurar sus mínimas condiciones de vida», para Sánchez-Oro

En este punto, el sociólogo es poco optimista al respecto. «Es un cóctel bastante desalentador y una forma de protesta es no votar», define, a la vez que cree que esto deja ver un problema social latente que lejos de estarse solucionando va en incremento.

En números: 76,31%

Es el porcentaje del censo extremeño que ejerció su derecho al voto en las últimas elecciones generales celebradas en el mes de abril; fue uno de los más elevados de las comunidades autónomas y estuvo más de cinco puntos por encima de la media del territorio nacional.

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