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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Recreación en tres dimensiones de las instalaciones de la planta azucarera. :: hoy

La azucarera de Mérida ha reservado 36 hectáreas más para posibles empresas auxiliares

Más de 590.000 metros cuadrados se destinarían a la fábrica y el resto a empresas que quieran implantarse en la zona

JUAN SORIANO

MÉRIDA.

Lunes, 10 de julio 2017

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Los promotores de la planta azucarera que se proyecta construir en el parque industrial Expacio Mérida cuentan con una reserva de suelo de más de 950.000 metros cuadrados. La central ocuparía cerca de 600.000, mientras que más de 360.000 metros cuadrados serían adquiridos para destinarlos a empresas auxiliares o compañías interesadas en implantarse en la misma zona.

Tal como recoge la información presentada en la Consejería de Medio Ambiente y Rural de la Junta de Extremadura, la tramitación del proyecto se inició en el mes de mayo con la entrega de la documentación relativa al estudio de impacto ambiental y a la solicitud de autorización ambiental integrada junto con un proyecto básico. Pero la Administración regional solicitó más datos, por lo que la empresa entregó sendos anexos a finales de junio.

Según la información contenida en estos documentos, el proyecto tiene una magnitud aún mayor de lo anunciado. La actuación consiste en la construcción y puesta en funcionamiento de una instalación dedicada a la fabricación de azúcar a partir de procesado de remolacha. La promotora es Hassa Jamal Majid Al Ghurair, hija del fundador y director general del grupo Al-Khaleej Sugar, uno de los mayores productores mundiales de azúcar.

El acuerdo de reserva de suelo fija un precio de 19,04 euros por metro cuadrado Con la compra de los terrenos la inversión se situaría en 424 millones de euros

La compañía proyecta una gran inversión en Europa y plantea dos emplazamientos: Harrogate, en el norte de Inglaterra, y Mérida. En este caso, el lugar elegido es el parque empresarial Expacio Mérida, situado al sur de la capital autonómica y que cuenta con 207 hectáreas de superficie.

La planta ocuparía 593.000 metros cuadrados, pero la compañía además ha querido disponer de otros 361.000 metros cuadrados. En total, más de 954.000 metros cuadrados, cerca de cien hectáreas y casi la mitad del total del parque Expacio Mérida. Para evaluar la magnitud del proyecto, basta decir que la única empresa que ya está implantada en el recinto, una almazara, tiene asignada una parcela de 54.390 metros cuadrados. La azucarera sería diez veces mayor.

La intención de la compañía es contar con suelo disponible para ofrecerlo a empresas auxiliares o bien a otras firmas que quieran implantarse en la zona. Los promotores saben que una azucarera suele atraer a otras inversiones, por ejemplo plantas que necesitan azúcar para sus procesos productivos y que valoran especialmente situarse junto a grandes distribuidores de este producto para abaratar costes de transporte.

Para ello, los promotores ya han suscrito sendos acuerdos de reserva de suelo con Extremadura Avante, el organismo autonómico que gestiona estos terrenos. Por un lado, la firma mostró su intención de adquirir dos manzanas, que suman un total de 593.182 metros cuadrados, por casi 11,3 millones de euros. Por otro, suscribió la compra de otras dos parcelas, que suman 360.951 metros cuadrados y un coste de cerca de 6,9 millones de euros.

En total, 18,2 millones de euros. En ambos casos, el valor del metro cuadrado se fijó en 19,04 euros. Un precio más que competitivo, sobre todo si se tiene en cuenta que los primeros solares de Expacio Mérida salieron a la venta en el año 2012 entre 60 y 75 euros el metro cuadrado. Pero en ese momento la crisis parecía un fantasma pasajero y además no había sobre la mesa un gran proyecto industrial.

Según el escrito remitido por Extremadura Avante a los promotores de la planta el pasado mes de abril, la empresa disponía de un plazo de 90 días, prorrogable por otros 90, para abonar el 20% del precio de las parcelas y formalizar la reserva. De esa forma, la compañía debería abonar algo más de 3,6 millones de euros. Aún no se ha ejecutado esa opción, pero hay seis meses por delante, el periodo que estima la compañía para decidir si lleva a cabo su proyecto en Mérida.

200 operarios en tres turnos

Estas cifras suman números a una inversión ya de por sí descomunal. La fábrica podría llegar a procesar hasta 5,4 millones de toneladas de remolacha al año, con las que se producirían unas 864.000 toneladas de azúcar. De azúcar moreno podría obtener unas 882.000 toneladas al año, a lo que se sumarían otros productos, como melaza, azúcar en polvo, pulpa seca (para el ganado) y piedras y arenas (obtenidas de la limpieza de la materia prima).

La planta funcionaría 150 días al año, en función de las cosechas de remolacha. Contaría con tres turnos al día, con un centenar de trabajadores en horario diurno, cincuenta por la tarde y otros cincuenta por la noche. A estos 200 puestos directos se sumarían decenas de empleos indirectos, aunque en este caso el impacto no ha sido evaluado. Durante los periodos de parada de proceso se trabajaría en el envasado y envío de productos finales.

El proceso productivo se realizaría a la intemperie, pero se necesitarían varias construcciones, como un edificio administrativo, naves, control de acceso, puesto de pesaje, etc. Para almacenamiento, contaría con cuatro silos de 200.000 toneladas cada uno, con 81 metros de alto y 60 de diámetro. La torre de Caja Badajoz, el edificio más alto de la región, llega a 83 metros.

Las instalaciones incluyen su propia planta de cogeneración de energía eléctrica a partir de gas natural. Esto permitiría producir 196.000 megavatios hora al año para dar servicio a la planta. Una chimenea de 50 metros de altura evacuaría los humos generados.

La inversión asciende a 405,9 millones de euros, que con la adquisición de los terrenos pasaría de 424 millones. La mayor parte, 220,4 millones, se destinaría a maquinaria. Casi 136 millones serían para obra civil y 49,6 para instalaciones, lo que incluye 25 millones para la planta de cogeneración. El plazo que se maneja para llevar a cabo las obras es de 24 meses, por lo que los promotores estiman que podrían estar concluidas en junio de 2020. Eso implicaría iniciar los trabajos dentro de un año.

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