Vivir en... Campanario
Maestro y mucho más. Cronista Oficial de Campanario y cofundador del Fondo Cultural Valeria, ha dedicado su vida a enseñar e indagar en la historia de la localidad
Hablar de Bartolomé Díaz Díaz es pensar en toda una vida dedicada a la historia y la enseñanza campanariense. Que no es lo mismo que ... enseñar historia en Campanario, sino hablar de un maestro que ama indagar en las fechas, personajes y sucesos que han construido su localidad. Bartolo para los vecinos y don Bartolo para sus antiguos alumnos, que aún le llaman así porque los profesores siempre llevarán el 'don' delante. Más aún esos profesores 'de toda la vida' que tenían que saber de todo porque enseñaban de todo.
Su labor como docente y como historiador local le dio la preparación idónea para ser nombrado Cronista Oficial de Campanario hace más de 20 años.
Cuenta que su afición por la historia, y especialmente por la local, comenzó desde pequeño, cuando ya devoraba libros de historia, prensa y noticias en la casa de sus tíos abuelos.
VOLUMEN PREFERIDO«El libro que más me ha costado es un facsímil del 'Códice Florentino' de Fray Bernardino de Sahagún»
Sin embargo, su especialidad en la enseñanza se centró en Matemáticas, llevándole a ejercer por primera vez en Villanueva de la Serena durante la campaña de alfabetización del año 1963 para, tres años después, conseguir plaza en Campanario.
Cofundador del Fondo Cultural Valeria, recuerda que un grupo de amigos se juntaban de vez en cuando para hablar de la localidad: «Hasta que ya fuimos tomando afición por esas tertulias que, dicho sea de paso, hacíamos en los bares tomando copas». Un día, en 1978, decidieron hacer un homenaje a Antonio Reyes Huertas, quien considera que «desde luego no pudo hacer más por Extremadura con sus escritos».
Y en esas estaban cuando el yerno de Reyes Huertas, José María Basanta, les animó a crear un fondo cultural, para el que decidieron dar el primer paso en 1980 y registrarlo oficialmente en el Gobierno Civil, denominándolo 'Fondo Cultural Valeria'.
Díaz, cuya memoria a sus 81 años sorprende cuando recuerda con extraordinario detalle nombres, fechas y datos exactos, explica que la intención de la fundación de este Fondo no era sino escribir apuntes de la historia de Campanario: «Basanta escribía fichas con datos e información y nos las mandaba. Sin embargo, llegó un momento en que él ya no se encontraba bien para seguir trabajando, y se incorporó al instituto un profesor de historia llamado Dionisio Ángel Martín Nieto». Con él fue con quien el campanariense escribiría los libros 'Iglesia y ermitas de La Coronada' o 'Los Priores de Magacela de la Orden de Alcántara. La mal llamada sexta dignidad de la Orden'.
Enciclopedia local
Tras ello, se produjo un gran parón cultural en el Fondo Cultural, por lo que se presentó candidato para encabezar su presidencia (cargo que ostentó hasta 2008). Un día se les ocurrió retomar la historia local, principal objetivo de su creación, para lo que contaron con la ayuda de varios profesores de historia. Así surgió la Enciclopedia de Campanario, formada por cinco volúmenes cuyos lomos juntos representan la Torre de las Monjas: 'El medio físico', 'Historia', 'Patrimonio Histórico', 'Personajes y otros aspectos culturales' y 'Apéndice documental'.
«Y entre col y col…», como él mismo dice entre risas, también entrenaba equipos de baloncesto en las edades de alevín, infantil, cadete y juvenil, tanto en categoría masculina como femenina, llegando a ser campeones de Extremadura durante varias temporadas y en distintas categorías. Y es que, además de Matemáticas, también impartía Educación Física en una academia privada extraescolar, e incluso llegó a enseñar Dibujo Técnico, puesto que los maestros de antes tenían que estar preparados para todo: «Me alegro infinito, porque enseñando se aprende».
Pero dentro de esta personalidad y profesionalidad polivalente, lo que realmente mueve su interior es el amor por los libros y la documentación, de una forma que no se puede definir, y tampoco cuantificar. Al ser preguntado por cuántos libros tiene en su colección, su respuesta es: «Yo te los muestro y tú calculas». Una contestación que se comprende al cruzar las puertas de su biblioteca y observar con asombro el océano de libros que se alza desde el suelo hasta el techo por todas las paredes de la estancia.
Para poder hacerse de ellos se sirve de librerías de antiguos y de ocasión, catálogos que recibe en casa, y no le es difícil encontrarlos. En el plano económico sí que puede haber algún ejemplar que se ha hecho más de rogar, como los tres volúmenes del 'Códice Florentino' del Manuscrito de Fray Bernardino de Sahagún, que le costó 150.000 pesetas en su día. En esta obra enciclopédica datada del siglo XVI el Padre Sahagún muestra la gente y la cultura del centro de México, cuenta con 1.800 ilustraciones a color en plumilla y está escrita a mano, con textos en náhuatl y español. Sin embargo, esta pieza de colección es un facsímil, ya que el original se encuentra en Florencia.
Su designación de Cronista Oficial de Campanario, que ganó a pulso con su incansable búsqueda de la historia, le condujo a recibir dos títulos. En 2017, la distinción de Bibliófilo de Oro de la Unión de Bibliófilos Extremeños. Y en mayo pasado, la mención de Hijo Predilecto de la localidad.
Campanario puede presumir de tener una gran historia que no se conocería sin don Bartolomé.
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