De la abuela colchonera al bebé Mateo: Cáceres se vuelca con el encuentro del año
Miles de incondicionales disfrutaron de la previa del partido entre el Cacereño y el Atlético en los alrededores del Príncipe Felipe
La pasión por el fútbol no entiende de edad. Y si no que se lo digan a Julia Brillo, cacereña de 86 años que este ... jueves no dudó en ponerse su bufanda del Atlético de Madrid y montarse en el autobús que el Ayuntamiento había habilitado, a partir de las cuatro de la tarde, para desplazarse al partido del año. Con su bastón y una sonrisa casi más grande que la de un niño cuando recibe los juguetes de los Reyes Magos, ella ya tenía su particular regalo de Navidad: ver a su equipo del alma, el Atleti, jugar en su ciudad.
Y así fue. La abuela más colchonera de Cáceres disfrutó de un día inolvidable. «Soy del Atleti desde que era 'chiquinina'. Me gustan muchos jugadores, pero sobre todo El Cholo. Soy cacereña y hoy tengo el corazón dividido, pero si gana el Atleti mejor», decía esta mujer que fue una de las primeras en subirse a uno de los autobuses que partían desde la avenida Ruta de la Plata al Príncipe Felipe.
Lo hacía con antelación porque era consciente de que en la zona del estadio iba a haber aglomeraciones, atascos y un ambiente propio de un partido histórico. A las dos de la tarde, cinco horas antes del encuentro de la Copa del Rey, el restaurante Montebola, el más próximo al Príncipe Felipe (el bar del camping no abrió) y lugar habitual de celebraciones de los aficionados locales, era una auténtica fiesta.
Paella, cánticos, cerveza y emoción. La tarde se avecinaba larga para los aficionados del Cacereño. Su peña oficial, con 50 integrantes, no paró de celebrar la visita de un equipo de Primera.
«Es una ilusión muy grande que nos haya tocado jugar con el Atlético después de que el año pasado fuera con el Real Madrid. Va a ser un día increíble y mucho más para un aficionado como yo, que llevo en la peña del Cacereño 15 años», decía Carlos Artigas desde la terraza del Montebola.
Era difícil escucharle porque los vatios de la música estaban a toda potencia. Ellos también se arrancaban a cantar. El himno del Cacereño no faltó.
En el interior del bar, ya con un poco menos de exaltación y algo más de calma, estaban algunos aficionados llegados desde distintos puntos de Extremadura. «Es bonito ver al Atleti tan cerca de casa, aunque los precios de las entradas han sido excesivos. Yo he venido porque soy un forofo. Para mí es un día especial. Así que a disfrutar», comentaba Cristian Moreno, de la Peña Atlética Placentina.
Precisamente, peñistas del equipo colchonero en Extremadura mantuvieron un encuentro con los jugadores del Atleti Javi Galán y Giuliano el miércoles por la noche, tras la llegada de la delegación rojiblanca en autobús al hotel Barceló V Centenario de la capital cacereña, a eso de las 21.00 horas.
Gran expectación
Ya allí se percibió la expectación y lo mucho que mueve el Atlético de Madrid. Un centenar de cacereños esperaron a las puertas para intentar ver a sus ídolos, del mismo modo que muchos futboleros de la ciudad hicieron guardia en la mañana del jueves para ver a sus ídolos.
Durante las primeras horas de la jornada el ambiente copero estuvo en los alrededores del hotel, aunque solo salió a saludar a los aficionados el central del Atleti José María Giménez y el portero suplente Juan Musso.
En torno a la una fue la recepción a los dos clubes celebrada en el Ayuntamiento. 'Manolo' Sánchez, el exfutbolista nacido en Cáceres y que vistió la camiseta de los dos equipos que se enfrentaron este jueves participó en ese encuentro y estuvo acompañado por Antonio Alonso, vicepresidente de los colchoneros. En principio, estaba previsto que también estuviera Tomás Reñones, portavoz de los rojiblancos.
Finalmente no acudió Reñones a ese acto, en el que el Consistorio estuvo representado por el alcalde, Rafael Mateos, y varios concejales, y el CP Cacereño por su presidente, el vicepresidente y un directivo.
Unos y otros se intercambiaron regalos. El regidor le entregó al vicepresidente del Atlético de Madrid una acuarela de la Plaza Mayor de Cáceres, mientras que la ciudad recibió como recuerdo del partido un banderín conmemorativo. Además, 'Manolo' le entregó al alcalde una camiseta del Atlético de Madrid personalizada, con su nombre a la espalda y el número diez, el que históricamente en el fútbol se asocia a la figura del equipo.
A partir de mediodía, ya se podían ver a algunos grupos en el centro de la ciudad que querían aprovechar la jornada desde bien temprano. «Esto es un sentimiento que va por dentro aunque juegue el equipo de tu ciudad», decían David Jiménez y Juan Carlos Vega, dos atléticos hasta la médula, desde la terraza de un bar de la calle San Pedro de Alcántara. «Es un día muy especial aunque estamos un poco decepcionados porque no ha venido mucha gente de fuera de Cáceres por el precio de las entradas. Aún así, lo disfrutaremos mucho. A las cuatro cogeremos el autobús directos al estadio», contaban.
En el Vetoniia, el bar que ya se ha convertido en el cuartel general de los aficionados del Cacereño también había pequeños grupos desde las dos de la tarde.
«Que haya un partido así en Cáceres es bueno para toda la ciudad», aseguraba Fidel Amado, dueño de esta cafetería que suele llenar cuando hay partido. «Ya han venido algunas peñas, aunque es verdad que hay menos ambiente que en otros partidos con equipos de Primera». La hora del encuentro, que fue día laborable, principio de puente y el precio de las entradas son los factores a los que aludían los aficionados para que hubiera menos ambiente en el centro de la ciudad.
Sin embargo, la imagen en los alrededores del Príncipe Felipe era otra totalmente distinta. Puestos de bocadillos y bebidas, música, puntos de venta de bufandas y gorras, largas colas para acceder a las puertas del campo y pasión. Mucha pasión. Familias con niños con la camiseta rojiblanca del Atleti y la verde del Cacereño, seguidores fieles del equipo local, mayores, jóvenes y hasta bebés como Mateo.
En brazos de su madre, apareció este niño de 18 meses, rubio, con su chupete y la equipación verdiblanca para ver en el campo a su padre, Javi Barrio, jugador del Cacereño.
Llegaba en torno a las cinco de la tarde. A esa hora, el recinto del estadio Príncipe Felipe ya estaba lleno de aficionados y era casi misión imposible encontrar aparcamiento en los alrededores. Solo se registraron pequeños atascos en los accesos, que estuvieron controlados por la Policía Local. A ellos se sumaron agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y seguridad privada. En total 170 efectivos que velaron para que no se produjeran incidentes.
De hecho, tanto el parque de El Rodeo como la Fuente Luminosa amanecieron con vallas para impedir que la fiebre copera pudiera provocar desperfectos.
«Esto no nos lo podíamos perder», decía la aficionada Lola Cerezo, que se había desplazado a Cáceres desde la localidad pacense de La Garrovilla y, como miles de aficionados, vivieron este jueves un día para recordar. Seguro que muchos aún no se quitan de la cabeza la melodía de 'Maneras de vivir', todo un himno colchonero con el que el Príncipe Felipe recibió al autobús del Atlético.
A la caza del selfi con los ídolos atléticos desde primera hora de la mañana
Desde primera hora de la mañana, los alrededores del hotel Barceló V Centenario de Cáceres, donde se han alojado los jugadores del Atlético de Madrid, se llenaron de aficionados en busca de un selfi, un autógrafo o, aunque fuera, una imagen borrosa y de lejos con sus ídolos colchoneros.
Tras las vallas de seguridad y con dos autobuses que tapaban el ángulo de visión de la puerta de entrada del hotel, los cacereños intentaron todo lo posible para ver a sus jugadores, aunque se tuvieron que conformar solo con dos de ellos.
El defensa José María Giménez y el portero suplente Juan Musso fueron los únicos que salieron por la mañana a saludar y fotografiarse con los aficionados.
«Es tu año Josema», le decían unos jóvenes mientras se hacían selfis con él. «Con esta foto ya puedo dormir tranquilo», comentaba un cacereño a las puertas del hotel tras captar una imagen con Giménez.
Mientras tanto, la espera para ver a más futbolistas continuaba. Y, a falta de más jugadores, los camareros del hotel sacaron café y bombones para los aficionados cacereños que querían ver a sus ídolos del Atlético.
Los cacereños esperaban ver a Julián Álvarez, Koke o Pablo Barrios, entre otros, pero no fue posible. La gran estrella, el delantero Griezmann, ni siquiera vino a Cáceres. «Si sale Julián ya tenemos el día hecho y habrá merecido la pena la espera», contaban los aficionados.
Pero no, no pudo ser. «Esperábamos ver al Cholo Simeone y a Julián Álvarez, somos muy fans del Atlético, pero también muy cacereños», comentaban Juanjo Candela y Ricardo Cavas, dos de los jóvenes que estuvieron esperando desde primera hora de la mañana para ver a algunos de los jugadores.
César Balsera, de 19 años y de Córdoba pero que estudia en Cáceres, también intentó ver a alguno. «Soy forofo del Atleti desde pequeño. En su propio estadio he estado cuatro o cinco veces. Mi ilusión hubiera sido ver a Julián Álvarez y a Griezmann, pero no ha podido venir», comentaba este joven. Desde que se enteró de que el Cacereño se enfrentaba al Atleti, ya se puso nervioso. «Ahora estoy más por si sale algún jugador y lo puedo ver», comentaba desde la puerta del hotel: «Me hacía ilusión que viviera un equipo de Primera División, pero si además es el Atleti, pues ya imagínate», decía.
Al que también se pudo ver fue a Manolo, el que fuera mítico jugador del Cacereño y del Atlético de Madrid, que se desplazó desde el hotel hasta el ayuntamiento por la mañana. Allí, con otros miembros de la directiva del club colchonero, se reunió con el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos. Antes de montarse en el coche se hizo fotos con algunos aficionados.
Por la tarde, quienes esperaban desde primera hora también se tuvieron que conformar con verles salir hasta montarse en el autobús.
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