En Salsa | La otra crítica

El bar Cádiz, un rincón gaditano en el corazón de Badajoz

Comienzo esta crónica con una declaración de principios: me gustan los buenos bares de barrio. Disfruto de sus barras y especialidades, de la cercanía y desparpajo del servicio, de la confraternización entre los clientes… El local que reseñamos hoy, cervecería bar Cádiz, es uno de ellos. Lo descubrí gracias a que me informó de él un amigo tras leerlo en la entrevista que le hicieron a Marce, de Casa Marce, en el número de primavera de 2023 de la revista En Salsa. En ella decía que era uno de sus bares de siempre, e indicaba que le gustaban sus «aperitivos y cervecitas» y, además, el estar con ellos por lo que les unía. A partir de ahora, espero que también se convierta en uno de mis bares de siempre.

Es fácil de deducir el porqué del nombre de esta cervecería: su dueño es gaditano. Existen numerosas referencias a sus orígenes en este amplio local, como una gran foto del puente de la constitución de 1812, motivos marineros, un pequeño cuadro con los tipos más característicos del carnaval o el escudo del Cádiz C.F. También se puede apreciar este aire gaditano en la carta, no muy extensa y que está dividida en dos secciones, La Mar y La Tierra. La primera es algo más amplia que la segunda y cuenta con varias elaboraciones típicas gaditanas. También suelen tener fueras de carta en función del mercado.

La cervecería Cádiz no solo es un bar de raciones. También se disfruta mucho, como comentaba Marce en la entrevista, yendo a tomar una caña o un vino acompañado de un buen aperitivo. En este caso, quizás sea la barra el sitio ideal para tomarlo. En el caso de ir a probar los platos, disponen de varias mesas en el interior, así como de una terraza. En cualquier caso, sea el lugar que sea donde se ubiquen, disfrutarán de una buena atención y servicio.

En nuestra visita nos decantamos por las raciones del apartado del mar. Muy frescas y bien cocidas una buena ración de gamba blanca, que acompañamos con una manzanilla Solear de Barbadillo. Muy cremosa una ensaladilla rusa de ingredientes clásicos, coronada con unos buenos langostinos. Las huevas aliñadas, que es uno de esos platos sencillísimos que definen a un pueblo, transportan directamente a Cádiz.

En el apartado de raciones calientes, bien unas volandeiras a la plancha, aunque habrían estado más sabrosas con un punto menos de plancha y una pizca más de sal, que potenciaría su sabor. Comimos también otro de los platos más representativos de Cádiz: las ortiguillas fritas. Esta anemona es puro sabor a mar y, por ello, es una de las frituras más sabrosas. Las dos claves fundamentales para que quede bien es que, en primer lugar, el producto sea de buena calidad y esté bien conservado. En segundo lugar, es fundamental dar el punto correcto de fritura, que no es fácil de conseguir, ya que debe ser tal que la parte exterior quede crujiente, mientras que la interior, el cuerpo de la ortiguilla, se mantenga jugosa. En este caso estaban bien fritas, sin pizca de aceite exterior, fundamental para poder disfrutar plenamente de esta elaboración, aunque ligeramente más hechas de la cuenta y, también, ligeramente sosas. Sin embargo, es un placer que haya un bar en Badajoz en el que se pueda comer, muy dignamente elaborado, un producto como este. Por último, pedimos un atún a la plancha. Fantástico corte, jugoso y en su justo punto de cocción. Hace tiempo que no disfrutaba en ningún restaurante de Badajoz de una pieza de atún tan bien hecha como esta.

En resumen, el bar Cádiz es un lugar en el que se puede gozar de una cocina sin pretensiones, bien elaborada y plena de honestidad. Además, si a través de la comida nos podemos acercar, aunque sea imaginariamente, a la maravillosa ciudad de Cádiz, poco más podemos pedir. ¡Vayan y disfruten de los bares de barrio!

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