¿Cómo es la cocina de Moma Experience?

Un cava almendralejense fue el encargado de dar la bienvenida a las más de 200 personas que el pasado miércoles acudieron a la fiesta de inauguración de Moma Experience, el restaurante más esperado de los últimos tiempos en Badajoz. Después de seis meses de reformas, el resultado es un local con varias estancias, preparado para comidas y cenas, desayunos y hasta para el copeo, ya que tiene una carta con diversos cócteles de autor. Moma ha causado sensación y, prueba de ello es la cantidad de 'selfies' y fotos que se ven estos días en las redes sociales. Todo el mundo quiere verlo, todo el mundo quiere catarlo. Y nosotros hemos entrado hasta la cocina para analizar su propuesta gastronómica.

Moma dispone de varias cartas. La de desayunos no cuenta con ninguna innovación especial (aunque llama la atención una tostada de lomo de orza y tomate), pero, eso sí, están muy bien detallados todos los alérgenos y vienen con un regalo muy saludable: un bol de fruta cortada sobre yogurt casero.

En cuanto a las otras, tienen numerosas referencias artísticas, y en ellas aparecen platos de nombres tan rimbombantes como 'Sus finas nalgas rozando la enagua' (solomillo de cerdo con toque de lumbre y salsa de setas); 'Cubismo redondeado y texturizado' (croquetas); 'Tocando el violín' (plato de jamón), o 'Lugareño, sé perseverante, las lluvias se acercan' (verduras de temporada asadas), entre muchos otros. En definitiva, una cocina moderna y vanguardista, pero que parte de la tradición (como por ejemplo el plato de judiones con rabo de toro).

Trabajan las carnes de caza, los arroces, los woks y hasta el sushi. Los artistas que han creado esta pintoresca carta son Adrian Diaconu y Eduardo Cumbreño. Se trata de dos chefs con amplia experiencia que, junto a Roberto Sebastián López (el dueño de Moma), llevan la gerencia de VaovaGastro, en Mérida.

En Moma hay una gran vinoteca con bastantes referencias. En su carta se especifica hasta el porcentaje de cada variedad de uva. Y también tiene una sorprendente oferta de cócteles, con nombres musicales que, al igual que los de los platos, no dejarán indiferente a nadie. El servicio es eficiente y está muy compenetrado con la cocina (en la que trabajan unas diez personas), ya que hay un 60% de elaboraciones que se acaban a la vista del cliente. Por ejemplo, cuando un comensal pide una tabla de quesos, el camarero va con un carrito con más de una docena de tipos y el propio cliente elige los siete que más le gustan (o crea que le van a gustar).

En cuanto a las zonas, hay varias, pero la más versátil es la superior, apodada 'lobby bar'. Servirá para ampliar el aforo durante los fines de semana, pero también para eventos, reuniones de laboratorios o empresas (tienen un proyector para ello), o simplemente, como el tradicional reservado. Aquí caben unas 60 personas, aunque, en total, Moma tiene capacidad para 220. Su horario es de 08.00 a 01.30 horas.

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