Menos protección al lobo

La mayoría de los Estados votaron a favor, salvo España, que se posicionó en contra, acompañado solo por Irlanda, mientras que Eslovenia, Chipre, Malta y Bélgica optaron por abstenerse.

Este cambio, planteado por la Comisión Europea en diciembre de 2023, busca abordar los desafíos que presenta el aumento de las poblaciones de estos cánidos. Esta decisión es la antesala de la presentación formal ante el Comité Permanente del Convenio de Berna en diciembre.

Allí se decidirá definitivamente si se efectúa la rebaja de este estatus, siempre que se obtenga la mayoría necesaria, lo que parece bastante probable. Hay que recordar que el estatuto de protección del lobo se adoptó en esta misma ciudad suiza, a través del convenio internacional sobre la conservación de la fauna y flora silvestres y los hábitats naturales de Europa.

La Comisión Europea ha enfatizado que este cambio regulatorio se aplicará exclusivamente al lobo, evitando así la controversia sobre otras especies como los osos y castores; estos últimos, por cierto, con escaso impacto en nuestros hábitats, más allá de algunas pequeñas poblaciones en la cuenca del Ebro. A partir de ahí, si la propuesta prospera, se deberá modificar la directiva europea sobre hábitats, un proceso que requerirá la aprobación tanto del Parlamento Europeo como de los gobiernos de la Unión Europea.

Las autoridades comunitarias han defendido su propuesta afirmando que se fundamenta en un análisis exhaustivo de la situación actual y en numerosos informes que documentan los crecientes conflictos entre los lobos y las actividades humanas.

Sin embargo, más de 300 organizaciones civiles, incluidas WWF, BirdLife y la Oficina Europea de Medioambiente (EEB), han manifestado su desacuerdo argumentando que, basándose en la evidencia científica actual, las poblaciones de lobos aún no son lo suficientemente grandes como para justificar una reducción en su nivel de protección. También alegan que faltan datos científicos actualizados, ya que los últimos son de 2019, y se espera un nuevo censo el próximo año.

Por otro lado, se acusa a la Comisión de un cambio de criterio a raíz del triste percance del pony de Comisaria Ursula von der Leyen, que fue atacado y muerto por lobos. Cuesta creer que la decisión se base exclusivamente en este hecho, pero qué duda cabe de que puede haber influido. Pero en todo caso ¿sería una irregularidad o incluso una ilegalidad?; por supuesto que no, más bien es aprender con la propia experiencia, en vez de solo a partir de los informes más o menos sesudos de las diferentes partes. Vivió personalmente la siempre muy triste noticia de la muerte violenta y dolorosa de un animal de compañía.

Más que comprensible, lo mismo que lo sería, y esperemos que nunca suceda, si atacaran a un ser querido; que en determinadas circunstancias puede pasar, aunque no sea lo habitual.

Es un hecho que hay que conservar las poblaciones de lobos en nuestro planeta, pero nadie nos obliga a hacerlo junto a nuestras explotaciones ganaderas, nuestros pueblos y nuestras zonas de ocio. Existen enormes superficies despoblada desde Norteamérica al cono sur en donde los lobos pueden vivir libremente, sin coexistir apenas con el ser humano ni con nuestros animales de compañía o producción.

Y para terminar, mención aparte merece la posición el gobierno español en contra de esta medida de flexibilización, donde solo se ha visto acompañado por Irlanda; pero con la diferencia de que en España el problema del lobo es ya acuciante en muchas zonas. Al final, otro triste peaje que han tenido que pagar a sus socios de gobierno de su ala izquierda, aunque en último término, en este caso impera la decisión muy mayoritaria de la Unión Europea en su conjunto.