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Kristalina Giorgeva. Foto: Reuters | Vídeo: EP

La UE nomina a la búlgara Georgieva para sustituir a Lagarde al frente del FMI

La consejera del Banco Mundial se impuso al límite al holandés Dijsselbloem, tras la retirada de Calviño y Rehn de la competición

Salvador Arroyo

Corresponsal en Bruselas (Bélgica)

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Viernes, 2 de agosto 2019, 07:57

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Kristalina Georgieva, 65 años, se convirtió este viernes en la candidata de la Unión Europea a presidir el Fondo Monetario Internacional (FMI). La política y economista búlgara opta a coger el timón de la institución financiera como relevo de Christine Lagarde, que el próximo 1 de noviembre entrará en el despacho principal del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. Georgieva, actual directora general del Banco Mundial, consiguió más votos que su oponente, Jeroen Dijsselbloem, exministro neerlandés de Finanzas y expresidente del Eurogrupo. Pero no lo tuvo nada fácil. De hecho no concitó el apoyo unánime de los Veintiocho. Pero entre seguir en un bloqueo que llevaba implícito desunión y debilidad y el pragmatismo, se optó por lo segundo.

Los ministros de Economía y Finanzas necesitaron casi once horas de negociaciones por videoconferencia y dos rondas de votaciones vía correo electrónico. Pasadas las 21:30 horas, el rival de la búlgara asumía la derrota en Twitter y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, utilizaba el mismo canal para felicitarla. Por el camino se habían quedado otros tres aspirantes más, entre ellos la ministra de Economía, Nadia Calviño, que se retiró tras quedar relegada en el primer 'round'.

De sólida trayectoria como número dos del Banco Mundial, institución gemela del FMI, la búlgara rivalizó hasta el último momento con Jeroen Dijsselbloem. La primera tenía el aval de Francia y el segundo, el de Alemania. Una vez más, todos los caminos de la Unión Europea (UE) conducen al mismo binomio. Los países del Este y Sur de Europa se convirtieron en los principales valedores de la electa. Mientras que desde el centro y el norte del club le llovieron más votos hacia Dijsselbloem. Pero en la suma final, este salió perdiendo.

 Aunque las divergencias fueron tan acusadas, inéditas en la historia del FMI, que la UE queda tocada. La nominación no le garantiza per sé el máximo cargo del FMI, aunque desde 1945, año de su fundación, ha prevalecido una norma no escrita: el control del Banco Mundial es estadounidense y el del FMI, europeo. La elección de Georgieva obligará, en cualquier caso, a promover un cambio en las normas internas del organismo. Hoy establecen que el director gerente debe tener menos de 65 años. Y ella cumplirá el día 13 los 66.

Hasta llegar a la polarización, al 'Georgieva o Dijsselbloem', se había facilitado el camino. El procedimiento se fue comprimiendo a golpe de renuncias. Dicho de otro modo, para evitar un bloqueo se 'invitó' al repliegue de alguno de los aspirantes para guardar las formas.

Pasos atrás que, en orden inverso, dieron el finlandés Olli Rehn «para que podamos alcanzar un amplio consenso con el candidato europeo y conseguir el apoyo en todo el mundo», se justificaba a eso de las tres de la tarde.

Y antes, a las doce del mediodía, la española Nadia Calviño. Rehn estaba en la terna de favoritos que se ha venido manejando los últimos días. Mientras que Calviño y el portugués Mario Centeno, que completaban el grupo de cinco aspirantes que comenzó a tomar forma a principios de julio, habían visto reducidas sus opciones.

Centeno, de hecho, ni tan siquiera llegó al viernes de las votaciones. El presidente del Eurogrupo había anunciado la noche anterior a través de Twitter que abandonaba para «contribuir» al consenso. «Todavía estoy disponible para trabajar en una solución que sea aceptable para todos», apostilló. Ese movimiento, aparentemente, incrementaba las posibilidades de Calviño, puesto que se convertía en la única aspirante de referencia para los países del Sur. Pero no consiguió una posición solvente en la primera ronda de sufragios, que arrancó pasadas las ocho y media de la mañana. Así que Moncloa la retiró incidiendo en la misma idea del 'bien común': «El Gobierno apuesta por lograr un acuerdo europeo».

Durante su comparecencia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la responsable de Economía confirmó que «tras la primera votación hemos visto la situación y hemos decidido no seguir para tener un candidato único de la UE». Pero no precisaba si su salida (si esa 'situación') respondía a que había conseguido el menor número de apoyos de las capitales en el 'round', ni tampoco se posicionaba en favor de uno de los tres aspirantes que en ese momento continuaban en la pelea.

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