Llerena, a toda marcha con Álvaro Martín
Cientos de vecinos aclamaron al doble medallista olímpico, que reivindicó quedarse en los pueblos pequeños
Álvaro Martín corrió ayer la carrera más bonita de su vida, los 800 metros modalidad campeón. Esta es la palabra que le gritaron sus paisanos ... durante el recorrido entre un gigantesco mural que han creado con su cara y la plaza principal de Llerena donde subió al escenario para presumir una vez más de su orgullo extremeño.
«Viniendo de París en el avión nos decían que hemos hecho historia, que somos leyenda y yo pensaba: ¿De qué sirve ser leyenda si no sirve de ejemplo? No somos menos que nadie. Desde los pueblos pequeños se pueden hacer grandes cosas», dijo el doble medallista al subirse al escenario.
Martín reivindicó no marcharse de los pueblos a las grandes ciudades. «Nos ganarán en infraestructuras pero no a ganas de trabajar», declaró para desatar la ovación de sus vecinos. Finalmente dijo que ahora solo quiere «ser uno más» en el pueblo y en las fiestas patronales «que eso vale más que las medallas».
El homenaje comenzó en el mural del Paseo de San Antón que recrea al campeón olímpico mordiendo una medalla de oro. Allí Martín explicó que estaba deseando estar en Llerena, ya que por trabajo no había podido pasar tiempo en su puedo desde Navidad. «Ahora quiero estar con mi familia, con mis amigos y con mi pareja», dijo sobre sus planes de futuro.
«No somos menos que nadie, en los pueblos pequeños se pueden hacer grandes cosas»
El atleta también matizó que de París se ha traído «tres medallas» aludiendo a la concesión de la medalla de Extremadura. «Me llamó la presidenta días antes de las carreras y estoy muy orgulloso, es la máxima distinción como extremeño».
Después, el llerenense recorrió los 800 metros hacia la plaza de España arropado por sus vecinos y entre gritos de «Álvaro», «campeón» y «España». Ya bajo la torre de Nuestra Señora de la Granada dio una vuelta a la plaza haciendo marcha aunque se fue parando para recibir abrazos de sus vecinos y amigos.
El alcalde de Llerena, Daniel Lara Lex, estuvo acompañado en el homenaje por el consejero de Presidencia, Abel Bautista, y el director general de Deportes, Santiago Amaro. «Has puesto a Llerena en el mapa mundial», dijo Lara Lex que regaló al atleta la medalla de la localidad. Anunció, asimismo, que además de dar nombre a las pistas de atletismo del pueblo y tener el mural, pronto habrá una calle con su nombre.
Bautista destacó que Martín Uriol tiene la triple corona del atletismo (medalla europea, mundial y olímpica) y «lo has hecho con humildad, constancia, trabajo y muchas renuncias personales». «Gracias por llevar Extremadura por el mundo», añadió.
Dos de las primeras personas en llegar al mural para esperar a Álvaro Martín fueron Patricia Molina y Estefanía Mendoza, que viajaron desde Usagre para recibir al campeón «porque se lo merece, no podemos estar mas orgullosos en la Campiña Sur». «Llegar donde ha llegado es una demostración de trabajo y sacrificio», indicó Estefania. «Y más en un deporte minoritario», añadió su amiga.
«Ahora solo quiero ser uno más entre vosotros en las fiestas, eso vale más que las medallas»
También se desplazó para ver a Martín María José Pavo, que vive en Higuera de la Serena y es atleta, como el protagonista del día. «No quería perder la oportunidad de verlo y felicitarlo. No solo por la medalla, sino por el esfuerzo que supone conseguirlo y siempre con el 'soy extremeño' en la boca».
Muchos de los asistentes eran sus compañeros del club Capex. Jesus Nieto, el presidente, estuvo en París viendo las medallas, «fue una experiencia increíble vivirlo en primera fila», dijo ayer y confesó que lloró al ver a Martín colocarse un oro que considera muy merecido. «Por los valores que representa. Porque estaba en el club más importante de Europa y se vino a uno pequeño de su tierra. Por eso cuando ganó las medallas, las sentimos todos con él», indicó ayer emocionado.
Los llerenenses se concentraron para esperar en el paseo de San Antón de la localidad donde el pasado mes de julio el artista Alejandro Pajuelo, conocido como 'Chino', pintó un enorme mural en el lateral de un edificio en homenaje al atleta. La imagen muestra a Martín Uriol mordiendo una medalla de oro con la plaza de su pueblo de fondo. Es decir, que el graffiti fue premonitorio.
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