El Badajoz se lleva un punto de Calamonte en el final de la racha como imbatido de Sergio Tienza

En una matinal gris y con fuertes medidas de seguridad policial en el Municipal rabúo, por la sobresaliente expectación y numerosa masa de seguidores del conjunto blanquinegro desplazados, veía la luz el choque. La principal noticia en el once del Badajoz era la presencia de Montori en la punta de lanza acompañando a Álex Alegría, en una apuesta claramente ofensiva. El Calamonte, mientras, presentó un 4-4-2, con Pablo Rodríguez como principal argumento ofensivo.

Sin apenas tiempo al aposento en la hierba, ya dio el primer aviso el Badajoz. Bermu, a los dos minutos, se sacó de la chistera un tiro desde la frontal del área que comprometió y subió la temperatura de las manoplas de Miguel López para evitar el 0-1. Con la seriedad por bandera en sus líneas y con apetito de balón, los jugadores blanquinegros, que lucían esta vez la segunda vestimenta, morada, volvieron a merodear el área del Calamonte, que aguantaba el chaparrón inaugural forastero y trataba de pescar algún balón aislado para sorprender a la contra.

A los nueve minutos, una buena conexión entre Bermu y Montori terminaba en el tercer córner en el buen inicio pacense, que terminó con el testarazo fallido de Jesús Sánchez. Bien adaptado al césped artificial, el cuadro de la capital seguía porfiando, con buenas recuperaciones en línea de tres cuartos, pero sin ir más allá. Se cumplió el primer cuarto de hora en juego y Álex Alegría remató desviado a la izquierda de Miguel López.

El equipo de Pepe Arredondo iba creciendo, perdiéndole el miedo al rival. Fruto de ello, un sutil caño de Rume en el corazón del área, sacando los colores a Jesús Sánchez, forzaba la presencia de Gurdiel para evitar la tragedia en el minuto 23. Poco después, Gus buscó sin rédito sorprender a Miguel López desde 30 metros. Un choque fortuito de Álex Alegría, que precisó intervención de los asistentes, quedó en anécdota en el minuto 34 y, seguidamente, Bermu, desde la frontal, mandó al cielo un intento de disparo. El primer tiempo concluyó con una buena galopada de Matheus, abortada de forma imperial por la presencia de Jesús Sánchez y Javi Lobato-

Ningún relevo tuvo el reencuentro con la moqueta verde y sí mejor sintonía y dominio del esférico en el Badajoz. Con todo, fue Rume el que inauguró la nueva hoja de anotaciones con un tiro bien tapado por Sergio Tienza, que dio paso a un remate alto de Santi Luque.

Mejoraba de nuevo el cuadro anfitrión, pero era el Badajoz el que, por medio del omnipresente Bermu, volvió a morder, pero sin daño real ante Miguel López. La intensidad en la circulación del esférico iba subiendo y, cuando pasaban unos segundos de la hora de juego, se cantó el bingo del gol. Un desborde precioso de Santi Luque por el costado izquierdo, en el que dejó sentados a dos defensores blancos, finalizó en un pase atrás que Jorge Barba, en el borde del área, transformó en el 0-1.

El gol motivó al preparador local a efectuar su primer cambio, con el que dio entrada al ariete Miguel Sáez. El juego se enquistó un tanto, sin que hubiese jugadas dignas de reseñar. Con 20 minutos por jugar, Oliver Sierra apostó por Jairo en detrimento de un Álex Alegría que no hizo honor a su apellido a favor de los suyos. Berna entraba en los locales sustituyendo a Álex Elena y todo podía pasar en un encuentro más que parejo.

Veía cercano el gol el cuadro calamonteño y pasó tras un saque de falta. Rume se perfiló en el vértice del área y el lobonero Juanan, atento en el segundo palo, embocó el balón en las redes de Sergio Tienza, que, tras más de 400 minutos, recogía por primera vez el balón de su portería.

Pisó el césped Cordero en sustitución de Álex Herrera para un tramo final con la emoción instalada en el Municipal. Un testarazo de Juanfe a seis minutos del final puso el susto en el cuerpo al Badajoz. Montori siguió los pasos del protagonista local, mientras luego un sutil desborde de Santi Luque lo sofocaba Matheus cuando se cumplía el tiempo reglamentario. Los cinco minutos de tiempo añadido no resolvieron nada y las tablas finales fueron inapelables, a la par que justas.