El Badajoz se estrella contra su propia impotencia
El equipo blanquinegro no consigue finalizar su enorme capacidad para generar ocasiones y esa escasa efectividad impide su despegue hacia arriba
J. P.
Badajoz
Martes, 11 de noviembre 2025, 21:03
Al Badajoz le va a costar más de lo que parecía atrapar a la cabeza del pelotón de favoritos. No termina de encontrar esa ... cadencia de pedaleo en forma de racha y sus dos últimos pinchazos le vuelven a dejar en la misma situación de carrera. Agazapado en el grupo perseguidor transita sin las pulsaciones para lanzarse a dar un hachazo que le impulse a la caza del líder.
El equipo blanquinegro no consigue culminar sus intentos de ataque. Le falta ese golpe definitivo necesario para descolgarse y salir a tumba abierta. Esa falta de contundencia se está convirtiendo en un verdadero lastre para meterse en la escapada buena que le conecte con la cabeza de carrera. «Necesitamos más efectividad», reclamaba Juan Marrero tras firmar su segundo empate seguido en su vuelta al Nuevo Vivero.
Por empeño no será porque la escuadra pacense ha mostrado un gran repertorio ofensivo que se ha quedado en nada en estas dos últimas etapas. «Lo hemos intentado de todas las maneras y han trabajado bien, pero otra vez la efectividad. Necesitamos demasiadas ocasiones para marcar», lamentaba el técnico valenciano.
«Otra vez con muchas situaciones para marcar y el procentaje está siendo bajísimo», se lamentaba Juan Marrero
Juan Marrero
Técnico del Badajoz
La escasa pegada condena al Badajoz a convivir con una realidad que le agarrota. La presión por demarrar para asomar rápido la cabeza y ser uno de los grandes animadores del grupo le puede y causa una peligrosa ansiedad difícil de combatir. El equipo pacense se estrella contra su propia impotencia. «Los últimos metros están siendo un obstáculo muy grande para sumar de tres en tres, nos pasó en Jerez y hoy también», explicaba Marrero. En esos dos partidos solo ha conseguido un gol, que además ha sido de penalti, sin ser capaz de elaborar uno de jugada a pesar de la multitud de oportunidades generadas. «Otra vez con muchas situaciones para marcar y el porcentaje está siendo bajísimo», se reprimía el preparador blanquinegro.
Así, el empate dejó sensación a derrota tanto en la grada como en la caseta del Nuevo Vivero. «Yo creo que perdemos dos puntos. Pero esto da igual porque lo que vale es el resultado final en el 96», reconocía Marrero.
Pólvora mojada
El Badajoz cuenta con suficiente arsenal pirotécnico como para hacer saltar por los aires cada partido. Pero a pesar de los amagos la mecha no prende. Sus números le delatan y distan mucho de lo que deberían ser para un serio candidato al ascenso. Ha marcado 11 goles en 9 partidos. Solo cinco equipos se quedan por debajo de la escasa producción pacense. Impropio de un plantel que dispone de artillería pesada más que contrastada. La realización se reparte entre los dos tantos que llevan los delanteros Borja Domingo (uno de penalti) y Álex Alegría y el mediocentro Fran Miranda y el anotado por Jorge Barba, Pedro Pata y Bermúdez, de penalti.
En el apartado de los lanzamientos de penalti, ante el Llerenense se produjo una situación singular no exenta de cierta tensión entre Borja Domingo y Bermúdez al querer tirar ambos la pena máxima. Tanto que tuvo que mediar Fran Miranda como capitán. El delantero valenciano había cogido el balón desde el primer momento muy decidido y el extremo pacense le discutía la autoría. Cuestionado al respecto sobre si existe desde el vestuario un orden establecido de lanzadores, Marrero se lavaba las manos y lo dejaba a las sensaciones del momento de los jugadores. «A mí me da igual quien lo tire, lo que quiero es que lo marque», indicó. En ese sentido, . «Todo eso de antes del penalti me da igual, quien lo tire tiene que estar seguro y marcarlo».
La celebración también llamó la atención de la grada por su efusividad con el técnico blanquinegro, quien se llevó todos los golpes en la cabeza por parte de sus jugadores. «Supongo que les aprieto bastante», trató de justificar para añadir seguidamente cierta recriminación a los suyos por una relajación no entendida tras lograr soltarse de rueda. «Pero aparte de celebrar, quedaba mucho tiempo y lo que se transmite es que no podemos bajar la intensidad porque es nuestra obligación y tenemos que buscar el segundo». Una confianza que le costó el empate. «No podemos bajar porque hemos dado dos situaciones al Llerenense, que creo que han sido las únicas, y hemos sido penalizados», reprochó Marrero.
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