El torniquete sigue sin contener la hemorragia del Cacereño
Tras encadenar cuatro porterías a cero, recibió una manita en Soria y en el ecuador liguero ya ha encajado los mismos goles que en toda la 2022/23
El Cacereño ha mutado a un equipo ciclotímico, voluble, poco fiable y con más valles que cúspides en su rendimiento. La denominación de origen Julio ... Cobos parece adulterada y carente de su garantía de calidad en una remesa adulterada y caduca que ha perdido la vitola de un otrora aspirante al ascenso. Funciona a tirones y por rachas, con tramos de cierta fiabilidad que traen notas afrutadas y añejas al paladar, pero que terminan dejando un regusto rancio que amarga el buqué que tanto prestigiaba a los verdiblancos.
«Nos han superado en todo». No da con la tecla el técnico de Valdehornillos, al que se le vio desesperado y frustrado en la rueda de prensa posterior a la debacle en Soria, tras encajar una manita en Los Pajaritos frente al Numancia. «Veníamos de cuatro partidos dejando la portería a cero, pero hoy –por el domingo– hemos cosechado un resultado muy abultado, de los que hacen daño y hacen reflexionar», explicaba.
En varias ruedas de prensa el preparador extremeño ha confesado no entender qué le ocurre a su equipo, especialmente al referirse al bloqueo que sufre en el Príncipe Felipe, donde solo han ganado dos partidos. Y ahí reside la mayor inquietud, no atajar el origen de la hemorragia y los factores que la provocan porque, de ese modo, solo se pueden aplicar torniquetes para tratar de ir conteniendo su profusión. La secuencia que cierra la primera vuelta para los extremeños es la viva imagen de su periplo en el grupo 5 de Segunda RFEF, y así lo manifestaba Cobos con cierta desolación. «Tuvimos cuatro partidos iniciales con portería a cero, luego en ocho encuentros nos hicieron 18 goles, después estuvimos otros cuatro sin encajar y en el primero de este año nos hacen cinco. No podemos ser un equipo tan irregular si queremos cumplir los objetivos».
El Cacereño estaba mostrando dos caras, una como local y otra a domicilio, pero esa tendencia ha saltado por los aires, porque la imagen que dio en el feudo soriano se aleja mucho de su vertiente más competitiva. «Nos encontrábamos muy cómodos, creábamos muchas ocasiones, pero hoy no tiene nada que ver con lo que veníamos mostrando de aquí para atrás».
Es cierto que ofensivamente no es un vergel, aunque nunca lo ha necesitado para rentabilizar al máximo sus goles y se mueve en guarismos similares a los del curso pasado por estas fechas: 21 marcó entonces por los 18 que registra actualmente. Lo verdaderamente preocupante reside en las prestaciones defensivas. «Ha sido fácil para ellos y nos han hecho mucho daño con centros, donde nosotros creo que tenemos cierta solvencia», analizaba sobre el último choque.
No ha sido un accidente ni una situación puntual, porque el Cacereño está sufriendo mucho atrás, buena prueba de ello son los tres goles que le endosaron el Ursaria, la Gimnástica Segoviana y el Guadalajara, este último fue el único capaz de anotarle tres o más goles (1-4) en toda la campaña anterior, nadie más pudo perforar sus redes en más de dos ocasiones en el mismo choque.
Hay un dato demoledor que deja al descubierto las carencias de los extremeños, en este punto del torneo han perforado su meta las mismas veces (23) que en toda la temporada 2022/23 y en el ecuador de ese campeonato habían recibido solo 14. No es de extrañar que con estos números no hayan sido capaces de despegarse de los puestos de peligro y que se instalen de manera intermitente en el descenso y en el puesto de playout. «Toca morderse la lengua y pensar con la cabeza fría, ahora es fácil acusar o tomar decisiones que no son las correctas», concluía Julio Cobos.
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