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Vinicius celebra su gol ante el Shakhtar con Rodrygo. Susana Vera (reuters)
Rodrygo y Vinicius tiran de un Madrid más efectista que efectivo
Grupo F | Jornada 3

Rodrygo y Vinicius tiran de un Madrid más efectista que efectivo

Los blancos arrollaron al Shakhtar en la primera media hora, pero se relajaron y dieron vida a una escuadra que luchó hasta el último aliento

Óscar Bellot

Madrid

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Miércoles, 5 de octubre 2022, 08:08

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Real Madrid y Shakhtar Donetsk cruzan sables por quinta ocasión en las tres últimas temporadas. El conjunto del Donbás, que dio la campanada en el curso 2020-21 al asaltar el Alfredo Di Stéfano y rendir igualmente a los blancos mes y medio después en el Olímpico de Kiev, pero que un año más tarde fue goleado en el mismo escenario de la Decimotercera por el cuadro de Carlo Ancelotti y sucumbió también ante su poderoso adversario en el Santiago Bernabéu con un doblete de Benzema, regresa a la casa del ahora catorce veces campeón de Europa convertido en un verdadero equipo milagro que conserva el callo competitivo pese a la guerra en Ucrania.

Con una plantilla que se ha visto fuertemente diezmada por ese conflicto que mantiene en vilo al mundo, pero enarbolando el orgullo de una patria que lucha valientemente por su supervivencia frente al despiadado agresor ruso, los mineros amenazan la impoluta trayectoria en su torneo fetiche de una escuadra que confía en regresar a la senda de la victoria, tras echar tres días atrás en la Liga, ante Osasuna, el primer borrón de la campaña.

«Es un partido importante en el grupo y para irnos a nueve puntos si ganamos. Estamos preparados para esto. El domingo no tuvimos un buen partido, queremos mejorar y mostrar otra identidad y actitud», explicó Carlo Ancelotti en la previa de un choque que podría servirle al Real Madrid para dejar prácticamente sentenciado el pase a octavos de final en caso de lograr el triunfo.

Las victorias frente al Celtic y el Leipzig permiten a los blancos afrontar la cita en una situación desahogada. Con dos puntos de ventaja sobre el bloque ucraniano, cinco respecto al conjunto escocés y seis por encima de la escuadra germana, el Real Madrid gobierna con firmeza un grupo en el que el Shakhtar está siendo la revelación.

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Cuando se realizó el sorteo, muchos analistas vaticinaban el desplome de un equipo que, tras la invasión rusa, sufrió la estampida de su legión de brasileños, tiene que disputar sus partidos europeos como local en el exilio de Varsovia y convive con el desasosiego de las alarmas antiaéreas en la competición doméstica. Pero los pupilos del croata Igor Jovicevic, un viejo conocido de la afición merengue que aterrizó hace 31 años en el Real Madrid con la vitola de futuro crack mundial y pasó cuatro temporadas en las filas del Castilla sin dar nunca el salto a la élite, han sorprendido a propios y extraños masacrando en la primera jornada al Leipzig y arrancándole un empate al Celtic en la segunda que mantiene intactas sus opciones de acceder a la primera ronda de eliminatorias.

Noche especial para Lunin

«Es un equipo que tiene muchos problemas a la hora de entrenar y viajar. Ha empezado muy bien el grupo de Champions al ganar al Leipzig. Tiene un estilo parecido al año pasado. Un equipo que quiere jugar al fútbol y que disfruta con la verticalidad. Tiene delanteros rápidos y son fuertes en el contraataque. Es un equipo completo y les respetamos», desgranó Ancelotti.

El italiano recupera a Lucas Vázquez y a Modric, pero tiene las bajas de Courtois y Ceballos. La ausencia del cancerbero belga facultará el estreno en la Champions de Lunin, que vivirá un partido muy especial ante sus compatriotas pero cuya experiencia continental se limita a los seis envites de la fase de grupos de la Europa League que disputó en la campaña 2017-18 con el Zorya Lugansk.

Aquella temporada, el Shakhtar se proclamó campeón de la liga ucraniana por undécima vez y abrochó también el título de Copa en un país hoy desgarrado por la guerra. Para entonces, el conflicto desatado en 2014 por los separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk les había forzado ya a abandonar su casa en el actualmente destruido Donbass Arena y mudarse al Olímpico de Kiev. La invasión rusa a gran escala desencadenada el pasado 24 de febrero les obligó a hacer de nuevo las maletas y su campo base está ahora en Leópolis.

Los ucranianos vienen de golear al Metalist el pasado sábado por 1-6 para mantener el liderato liguero con trece puntos de quince posibles. Sikan, por partida triple, Zubkov, Traoré y Djurasek firmaron los tantos en un encuentro en el que volvió a descollar Mudryk, el joven y polivalente atacante cuyo nombre figura en la agenda de varios grandes de Europa. Autor de dos goles y seis asistencias en los seis partidos que ha disputado en lo que va de curso, el talentoso zurdo será la principal pieza a vigilar por los hombres de Ancelotti. «Sabemos contra quién jugamos, pero en el futbol no siempre gana el mejor», avisó Jovicevic, otrora considerado como el heredero de Robert Prosinecki.

Brioso e implacable en el tercio inicial, pero víctima también de un exceso de confianza que disgustó de lo lindo a Carlo Ancelotti y le acarreó más problemas de los previstos conforme el encuentro avanzaba, el Real Madrid se embolsó un ajustado triunfo frente al Shakhtar que liquida prácticamente la clasificación del vigente campeón de Europa para octavos de final de su competición predilecta.

El conjunto ucraniano, superado de entrada, logró reponerse tras el ciclón ofensivo que propició los goles de Rodrygo y Vinicius, recortó distancias por mediación de Zubkov y comprometió a los blancos hasta el final de un partido que volvió a exponer el orgullo con que compite en condiciones draconianas una escuadra que lleva en el alma el sufrimiento de un país asolado por la guerra. Los mineros dieron una lección de arrojo, compromiso y valentía, virtudes todas ellas que adornan a un pueblo irreductible frente al déspota ruso. Pero les faltó una pizca de fortuna para rasguñar a un Real Madrid más efectista que efectivo.

La importancia que Ancelotti otorgaba a los tres puntos se reflejó en el once inicial del Real Madrid, el de gala más allá de la suplencia de Modric, recién recuperado de una sobrecarga en la cadera. Por su parte, el Shakhtar partió con solo cinco supervivientes de su última visita al Santiago Bernabéu debido a la diáspora de brasileños que desencadenó la invasión rusa de Ucrania.

Real Madrid

Lunin, Carvajal, Militao, Alaba, Mendy, Tchouaméni (Camavinga, min. 75), Valverde, Kroos, Rodrygo (Asensio, min. 80), Benzema y Vinicius.

2

-

1

Shakhtar

Trubin, Mykhaylichenko, Bondar, Matviyenko, Konoplia, Stepanenko (Traoré, min. 88), Shved (Sikan, min. 67), Bondarenko, Sudakov (Djurasek, min. 88), Mudryk y Zubkov (Petriak, min. 67).

  • Goles: 1-0: min. 13, Rodrygo. 2-0: min. 28, Vinicius. 2-1: min. 39, Zubkov.

  • Árbitro: Ivan Kruzliak (Eslovenia). Amonestó a Bondar y Mudryk.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 60.000 espectadores.

Dicha fuga ha situado como cabeza de cartel del bloque que dirige Igor Jovicevic a Mudryk, un habilidoso extremo izquierdo que ya había dejado muestras de su clase once meses atrás en el coliseo de Chamartín. La fonética de su nombre remite a Modric, pero su técnico le asemeja a Vinicius. El Shakhtar vive de su filo, pero el Real Madrid supo aislarle en el descorche del pleito protagonizando un monólogo con la pelota que le permitió encarrilar pronto el duelo. Un pase filtrado por Tchouaméni habilitó a Rodrygo, que retó a Stepanenko y aprovechó el rechace del mediocentro para superar a Trubin con un latigazo ajustado a la cepa del palo.

Concentrados y eléctricos, los locales lucían una planta estupenda. La ubicuidad de Valverde generaba continuas superioridades para un conjunto que campaba a sus anchas frente a un Shakhtar que se limitaba a achicar agua ante un tridente ofensivo del Real Madrid pletórico en sus mejores minutos. Fruto de su conexión llegaría el segundo tanto de los blancos, con Benzema acelerando la jugada en el momento preciso, Rodrygo agujereando la defensa ucraniana con un pase medido a Vinicius y el carioca rematando cruzado a la red.

El ex del Flamengo refrendaba así su condición de bestia negra del Shakhtar, al que le ha marcado cuatro goles y repartido tres asistencias en los cinco asaltos librados hasta la fecha. Dispuso de otras dos grandes ocasiones para aumentar la cuenta antes del descanso, pero Trubin contuvo la primera y la segunda no cogió puerta.

El Real Madrid indultó al Shakhtar y los ucranianos recuperaron el pulso. Un centro desde la izquierda de Mykhaylichenko lo alcanzó Zubkov, cuyo remate en escorzo pilló con el paso cambiado a Lunin. El litigio, unidireccional hasta entonces, incursionó en una peligrosa vía de doble sentido. Porque la superioridad local habría propiciado una relajación que afearon tanto Ancelotti desde la banda como la grada silbando justo antes del interludio.

El técnico de Reggiolo aleccionó a sus tropas al paso por la caseta, porque de vestuarios regresó el Real Madrid de nuevo con la sexta marcha puesta. Los blancos ordenaron zafarrancho de combate y el Shakhtar cavó de nuevo la trinchera en su área. Vinicius no pudo conectar un buen centro de Mendy y Trubin desvió un trallazo de Valverde en un nuevo tramo de padecimiento visitante. Pero el equipo del Donbás no se dio por vencido y Mudryk, un diablo con espacios, heló la sangre del Bernabéu hasta que Mendy y Lunin se las apañaron para abortar una ocasión pintiparada.

El Real Madrid reaccionó acostando de nuevo el juego hacia la banda de Vinicius, que malogró una oportunidad formidable para firmar la sentencia poco después de que Trubin cerrarse el paso a Rodrygo en otra acometida de los blancos rebosante de veneno. La falta de acierto de la tropa de Ancelotti daba aliento al Shakhtar que, con el vigente campeón de Europa volcado en ataque, tenía espacio para amenazar a la contra. Lanzaron un par de zarpazos los mineros, sin fortuna. Replicó el Real Madrid, con Benzema de nuevo desatinado en la suerte del descabello y la madera frustrando la estocada de Asensio en el descuento. Pero el marcador no sufrió más sobresaltos y los blancos amarraron el pleno con una victoria deslucida por su falta de puntería.

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