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La década del 70 fue la del renacer del fútbol femenino en España. La dictadura franquista había apagado una llama que décadas después reviviría gracias ... a la valentía de unas pioneras que simplemente anhelaban disfrutar de su pasión y al trabajo de un extremeño que les ayudó a lograrlo.
Rafael Manuel Ruiz Muga -más conocido como Rafael Muga (Puebla de Alcocer, 1945)- organizó el 8 de diciembre de 1970 en Villaverde (Madrid) un partido al que acudieron más de 8.000 personas y que dio comienzo a toda una revolución. Este fenómeno, que en países cercanos como Portugal, Francia o Italia atesoraba años de ventaja, se expandió rápidamente por todo el país y, por supuesto, por la tierra natal de Muga, quien se encargaría de llevar a Extremadura sus primeros grandes partidos de fútbol femenino.
Los contactos que mantenía de su estancia en Badajoz (1954-1964) le facilitaron la tarea organizativa. Extremadura ya era conocedora de este fenómeno y ansiaba poder ser partícipe del mismo.
«En Cáceres, reunidos de una parte D. Tomás Rodríguez Santano, con potestad representativa del C. D. Cacereño, y de otra D. Rafael Ruiz Muga, con potestad representativa de los clubes femeninos Olímpico de Villaverde y Sizam», comenzaba el contrato al que tiene acceso este periódico y que pacta la celebración de un encuentro entre estos dos clubes madrileños en el Estadio Polideportivo de Cáceres -cabe recordar que el Príncipe Felipe aún no estaba inaugurado-.
Tal acuerdo plasmado por escrito repartía el 75 por ciento de los beneficios recaudados en taquilla para los dos clubes femeninos, que se hacían cargo de su desplazamiento y estancia en Cáceres, además de los honorarios del árbitro. Mientras, el club cacereño, que percibía el 25 por ciento, proporcionaba el campo de juego, servicios y personal sanitario, y costeaba los gastos de propaganda publicitaria.
Aunque no recuerda el precio exacto de las entradas, Rafael estima que rondarían las 25 pesetas por unidad como aquel primer partido en Boetticher, una cantidad económica que les permitía captar a nuevo público y así «expandir el fútbol femenino».
La rentabilidad, no obstante, la obtenían desde el apoyo de los patrocinadores, que muchos se anunciaban en la revista editada por el propio Rafael Muga -presume con orgullo de ser la primera dedicada íntegramente al fútbol femenino en España-.
El partido se celebró un domingo, 20 de junio de 1971, a las 6 de la tarde. La expectación fue máxima para un fenómeno sin precedentes en la región. «Lo recuerdo con cariño, fue apoteósico. No se me olvida la nube de fotógrafos que hubo cuando el Olímpico saltó al campo. Me quedé alucinado, no había visto eso nunca, me recordó al Madrid de las Copa de Europa o el de los 'Yeyé'», recuerda aún ilusionado Muga, sobre un lleno «impresionante» en el estadio. El resultado fue de 5 a 1 para su Olímpico, encabezado por Conchi 'Amancio', la primera gran futbolista que ha disfrutado este país.
Todo esto, apunta el organizador, sin el beneplácito de la Sección Femenina de la Falange, la Federación Española de Fútbol y, en consecuencia, la Federación Extremeña; contrarias a un deporte «poco estético» para la mujer según afeaban en la época.
Tres meses después, Muga volvió a acudir a Extremadura, en esta ocasión a Badajoz, para organizar en el viejo Vivero un partido entre su ya asentado Olímpico y la selección pacense. En este caso, el reparto económico fue del 70-30 en favor de los clubes para un partido donde también hubo «bastante gente».
La propia ciudad de Badajoz se encargó de buscar a jugadoras de toda la provincia para hacer frente al contrastado Olímpico. Entre ellas, emergió la figura de la emeritense Ana Pérez Mingorance 'Ani', a la que Muga convocaría con la selección española en varias ocasiones.
Un partido que le hacía «mucha ilusión» al promotor pacense por celebrarse en la que antaño fuera su casa. La crónica publicada en la revista de Muga describió un partido nocturno con temperatura agradable, donde «desde el comienzo se comprobó la superioridad técnica del Olímpico», un equipo con mayor rodaje que entrenaba dos o tres veces a la semana.
El resultado fue de 2 a 6, con dos goles de 'Ani' por la selección pacense; cuatro de Conchi 'Amancio' y dos de Victoria Hernández para el Olímpico.
En cuanto al recibimiento de la capital pacense, Muga recuerda que «por lo general, había un ambiente de ánimo a las jugadoras de Badajoz y euforia, sobre todo al principio. No vi mal ambiente, al contrario. Había grupos de chicas que a lo mejor eran amigas de las jugadoras. Se escuchaban gritos de ánimo; eran como de liberación, de libertad».
El pacense apunta además que el primer partido que organizó en Madrid recibió más público masculino, pero que a partir de este evento las gradas fueron ocupadas mayoritariamente por mujeres en las siguientes citas deportivas.
El fenómeno se hallaba en clara expansión. «Una vez se disputó el primer partido, el fútbol femenino salió a escena. Me llamaban alcaldes de municipios y presidentes de equipos para celebrar partidos», destaca Rafael Muga sobre esos primeros años donde llevó al Olímpico de Villaverde a jugar partidos de fútbol por distintos rincones del país. «Aquello fue un 'boom', pues a través de la revista se enteraban y hacían su propio equipo».
El encuentro en Badajoz fue el 4 de septiembre de 1971, y justo el día siguiente el Olímpico de Muga prosiguió en su travesía por la región para enfrentar al Zafra, «el equipo más representativo de la provincia de Badajoz», según evoca.
A pesar del cansancio por haber participado el día anterior con la selección pacense, Muga recuerda a 'Ani' de nuevo como la estrella «con diferencia» del Zafra, que a su juicio tenía «un equipazo». El resultado fue un empate a dos, con férreos marcajes hacia Conchi y Ani por parte de sendos equipos.
Localidades extremeñas como Coria y Plasencia acogerían también encuentros en 1972, aunque el plato gordo llegaría en agosto y en diciembre, con la presencia en Extremadura del Stade de Reims francés y de la selección italiana, respectivamente.
Rafael Muga ya barajó la posibilidad de jugar un partido internacional en 1971 cuando entabló contacto con el Olympique de Lyon. No obstante, lamenta que el caché que solicitaban hizo inviable llegar a un acuerdo.
Asimismo, en 1972 volvió a iniciar contactos con Francia, pero en este caso con el Stade de Reims, al que recuerda como el equipo pionero del fútbol femenino galo y europeo en la época.
Los frutos de todo el trabajo organizativo se vieron en agosto. El club francés aterrizó en España para realizar una gira de dos semanas que arrancó contra el Olímpico de Villaverde en Las Margaritas (Madrid), continuó en Zafra contra el club de la localidad, siguió en Sigüenza (Guadalajara) contra la selección de Castilla y terminó en Xàtiva (Valencia).
Un evento que no pasó inadvertido. Rafael Muga recuerda que la promoción que recibió aquello «no la tuvo nadie ni a nivel de selecciones», con el apoyo de los ayuntamientos, los medios de comunicación locales y las empresas.
El promotor recapitula que hubo lleno en todos los partidos y que, concretamente, en Zafra acudieron hasta 9.000 personas al estadio; «salió todo muy bien», agradece. En el plano deportivo, los franceses lograron ganar todos los encuentros a excepción del primero frente al Olímpico, que se saldó con empate a uno.
El Torneo Adriático ideado por la federación italiana, que enfrentaba cuatro veces a Italia y España -dos en cada país-, fue concebido para impulsar el fútbol femenino a nivel europeo, con la mira puesta en que empezara a ser considerado por las federaciones, y tuvo a Badajoz como una de sus sedes.
Italia, potencia a nivel europeo, pudo solventar sin mayores problemas los dos primeros choques disputados en el país transalpino por 5-0 y 3-0. En España, ambas selecciones se enfrentaron primero en Córdoba, aunque la localía no evitó que su rival le endosara un 1 a 5.
Lo que podría haber sido un disputado final de torneo en Badajoz aquel 10 de diciembre de 1972, no se materializó ante la evidente superioridad italiana. «Ha sido un partido muy fuerte. Ellas llevan mucho más tiempo jugando y tienen más experiencia», explicaba Conchi a los medios, como capitana, tras uno de los encuentros celebrados.
En el Viejo Vivero, España perdía de nuevo 1-4. A 'Ani' le tocó la papeleta más difícil al tener que marcar a la estrella del momento Elisabetta Vignotto, autora de un doblete. La entrada más cara era de 250 pesetas en Tribuna para público general (125 socios del Badajoz) y la más barata de 25 pesetas en Fondo para socios del Badajoz; también hubo lleno.
Hasta en seis ocasiones ha visitado la región el combinado nacional femenino. Tras esta primera visita en 1972, la Roja jugó en Plasencia el 7 de noviembre de 1999 frente a Suecia (2-5) un partido clasificatorio para el Europeo. Habría que esperar hasta 2015 para que repitiera visita el 1 de diciembre en el Nuevo Vivero ante Portugal (2-0). El 5 de abril de 2019 sería el Vicente Sanz de Don Benito el escenario de un amistoso de altos vuelos contra Brasil (2-1) con goles de Alexia Putellas y Virginia Torrecilla. En el Príncipe Felipe cacereño hubo otro partido de preparación ante Marruecos el 2 de octubre de 2021 (3-0). La sexta y última visita por el momento tuvo lugar el pasado 25 de octubre en el estadio Francisco de la Hera de Almendralejo contra Canadá (1-1), con tanto de Cristina Martín-Prieto.
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