Julio Llamazares y la ruta paterna
Honestidad. Una novela en la que el autor rehace fiel y emotivamente la travesía de la España que recorrió su padre en la Guerra Civil
Iñaki Ezkerra
Sábado, 18 de octubre 2025, 02:00
Quizá porque vivimos un tiempo de inseguridad social y de vértigo ambiental, abundante en oscuros presagios; quizá por una suerte de sensación de orfandad ante ... la caída de las grandes referencias éticas, filosóficas o ideológicas, nuestra producción novelística vuelve hoy la mirada hacia la figura del padre. Como ilustrativos ejemplos pueden citarse el de Elvira Lindo con 'A corazón abierto' (2020), el de Jesús Carrasco con 'Llévame a casa' (2021), el de Agustín Fernández Mallo con 'Madre de corazón atómico' (2024) y el de Margarita Leoz con 'Lo que permanece', publicada en el presente 2025. Es en este contexto en el que hay que situar la nueva entrega narrativa de Julio Llamazares. En 'El viaje de mi padre', el escritor leonés sigue la ruta que su progenitor recorrió durante la Guerra Civil española cuando se alistó, con dieciocho años, como voluntario al bando nacional.
Nemesio Alonso Díez viajó muy poco, según nos cuenta su hijo, el autor del libro. Lo hizo «ya jubilado, en una ocasión a Cuba, para visitar a una hija que hacía allí su especialización médica, y algo, muy poco, dentro de España». Pero la travesía que realizó a finales de 1937, dentro ya de un invierno especialmente crudo y desangelado, marcaría su existencia, pues ese viaje fue el duro preámbulo a su participación en los episodios más cruentos de la larga contienda: en la batalla de Teruel, en la de Levante y en el infierno en que se convertiría la sierra de Espadán, situada en la provincia de Castellón, en donde estuvo a punto de perecer bajo una interminable lluvia de bombas. Ya en las primeras páginas, Llamazares nos cuenta cómo su padre y un amigo que lo acompañó en su aventura, y con el que compartía la condición de estudiante de Magisterio, así como el destino de radiotelegrafista, tuvieron la 'picardía' de romper de una patada la radio a través de la cual se comunicaba con sus superiores el capitán de la compañía. La artimaña les sirvió para quedar ambos exentos de seguir internándose en aquel escenario tenebroso en que solo tres o cuatro docenas de soldados consiguieron salir con vida.
El viaje de mi padre
JULIO LLAMAZARES
Ed: Alfaguara
328 páginas
19,86 euros (ebook 9,49)
El padre del escritor había nacido en 1919, en la localidad leonesa de La Mata de la Bérdula, y su inseparable amigo era Saturnino Díez Tascón, vecino de Aviados, una aldea próxima a aquella, y a quien el autor pudo conocer unos años antes de emprender la aventura que relata en estas emotivas páginas.
De él recoge, ya avanzado el libro, una descripción testimonial y demoledora sobre las devastadoras huellas que la guerra había dejado en la ciudad de Teruel, «el gran rastro de destrucción y los muertos abandonados en las aceras», pero también «la visión en algunas casas de las camas hechas, muchas de ellas con sábanas de hilo, un verdadero sueño para unos soldados que llevaban semanas durmiendo en el suelo».
A lo largo del libro, Llamazares lamenta de una manera recurrente el hecho de no haber sabido prestar atención a las historias que solía contar su padre sobre aquella dolorosa experiencia juvenil, pero es a la vez ese desinterés propio de todas las generaciones en relación con sus mayores lo que hace que cada paisaje que recorre, cada testimonio que evoca, cada rastro que encuentra en su filial peregrinaje adquieran el valor de un impagable tesoro. Y, junto a esos pasajes de gran dramatismo, hay otros que pertenecen a la propia experiencia del autor y a un presente que se hace quizá más plácido por la constatación de la distancia que media con los lejanos días de la guerra. Es el caso de la visita a Alcañiz, la ciudad que se halla a ciento cincuenta kilómetros de Teruel. En la plaza, el viajero contempla, ya ajeno al remordimiento de la deuda que tiene contraída con la voz paterna, el ayuntamiento gótico-renacentista y la colegiata barroca en una mañana soleada.
De 'El viaje de mi padre' hay que decir que no es una novela más sobre la Guerra Civil. Carece de la lectura ideológica de segunda o de tercera mano que ha sido más que frecuente en las obras que ha generado la moda de la llamada 'memoria histórica'. Ya el mismo hecho de que el padre del escritor luchara en el bando de los vencedores es un aspecto que juega a favor de una objetividad moral que no ha sido la nota habitual en el tratamiento de ese tema. Cronológicamente el recorrido del autor se inicia en enero de 2024 y finaliza en julio de ese mismo año. La elección de esas fechas estacionales obedece a una voluntad de honestidad y fidelidad en la mirada del hijo que queda expresada en la misma dedicatoria: «A los que perdieron la guerra civil española, de uno y otro bando».
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