Borrar
Directo Directo | La Soledad no procesionará por las calles de Badajoz este año
A sus 67 años, Martirio mantiene sus señas de identidad y prepara una nueva gira. Jesús UGALDE
«Tengo la intuición de que puede haber reencarnación. Mi alma está en camino»
Martirio | Cantante

«Tengo la intuición de que puede haber reencarnación. Mi alma está en camino»

Cantaba Martirio temas de amor con Compay Segundo y ardían corazones de todas las edades. Ahora, «limpia de cualquier tipo de rencores», prepara para 2022 la gira del 25 aniversario de su legendario disco 'Coplas de madrugá'

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 14 de noviembre 2021, 00:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Está feliz Martirio -Maribel Quiñones cuando se quita las gafas de sol y se pierde golosa por las pescaderías- con la buena acogida de la gira de 'A Bola de Nieve', en la que comparte escenario con el pianista Chano Domínguez. Feliz y buscando siempre letras, caricias, hermandad, «gente buena», amores, belleza. «Mi alma limpísima espera al amor», dice. ¡Qué delicia su último concierto en el Festival de Jazz de Cartagena 2021! Ahí donde la ven, ya sin esas peinetas tremendas que hicieron historia coronando su cabeza libre de espinas, de malos rollos y de prejuicios, cuenta la leyenda que las albóndigas caseras de Martirio -nacida en Huelva en 1954- solo son superadas, en sabor y en la velocidad con la que desaparecen, por la pasta celestial con salmón que prepara. Quizá su secreto consista en que canta divinamente mientras cocina: da lo mismo 'Ojos verdes' que 'Compuesta y sin novio' que 'Si te contara' que si 'Estoy mala' que si 'Qué dirías de mí' o que si 'Alma mía'. Es una suerte que exista Martirio, que te canta y te hace suyo, y que es única e irrepetible. «A mí se me ve a las claras el alma entera. Se me ve, se me escapa y tengo que ir detrás de ella para recogerla», lanza al aire.

- ¿Qué anda canturreando por la cocina?

- ¡Uy!, pues andaba tarareando eso tan bonito de Machado de «mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero». Mi madre siempre decía: 'Qué ganas tengo de tener una casa con un limonero'. Y yo, cuando me compré una casita en un pueblecito de Málaga, lo primero que hice fue plantar uno.

- ¿Qué suele cantar a solas?

- Cuando canto en la casa, siempre son cosas alegres, a no ser que esté ensayando para un concierto. Y canto un repertorio de lo más variado, porque como tengo esa cabeza en la que cabe todo; bueno, quitando el reguetón y algún que otro estilo que no me gusta.

- ¿Reguetón cero?

- Cero, cero. Hay música electrónica que sí me gusta y con la que incluso he trabajado. Me parece bien que la gente baile y se divierta, pero, puestos a elegir, prefiero el rap al reguetón; le encuentro mucho más sentido y tiene letras con más rebeldía.

- Y esas letras calificadas de «machistas» que son escuchadas por un público femenino masivo, ¿qué le parecen?

- Pienso que, quizá, muchas veces uno no se da ni cuenta de lo que está escuchando, e incluso repitiendo, hasta que llega alguien y te hace reflexionar. Prefiero pensar que todas esas mujeres no se están dando cuenta de lo que escuchan, porque lo contrario implicaría una involución que no se puede consentir después de tantos años de lucha de tantísimas de nosotras por ocupar nuestro lugar.

- ¿Lo ha tenido usted más difícil por ser mujer?

- Yo no he sacado nunca partido de ser mujer, en el sentido de compra-venta, me refiero. Y me he encontrado a veces con que tener criterio propio, tener independencia, tener absolutas ganas de libertad, siendo mujer creo que es mucho más difícil. Pero, vamos, yo no me quejo de lo que he logrado, porque he conseguido respeto y eso me parece estupendo.

- ¿Qué ha predominado en su relación con los hombres?

- Yo he sido una romántica toda la vida. Sí, sí, sí; el amor y el desamor han sido la carrera que he estudiado. Me han querido mucho, he querido mucho, me he enamorado fuerte como tres o cuatro veces, y después he tenido historias suficientes como para tener el corazón repleto; ahora hace tiempo que no estoy con nadie, pero estoy bastante bien, aunque no cierro ninguna puerta. Estoy tranquilísima. Y tengo que decirle que yo he sido maestra de muchos hombres, y las que han venido detrás se han beneficiado de esa 'educación' de los hombres que yo he llevado a cabo.

- ¿Qué les ha enseñado?

- A muchos, a mostrar sus sentimientos y a que el protagonismo en la pareja es entre iguales.

- Amazona del amor le gustaba llamarse. ¿Sigue siéndolo?

- Sigue ahí la jodía [risas]. Sigo dando mucho amor. Tenga o no tenga pareja, puedo hablar del amor con toda propiedad porque siempre me he entregado y porque creo que lo sé casi todo de él.

- ¿Qué no ha contado todavía de su relación con el gran Compay Segundo?

- [Ríe] A mí Compay me influyó muchísimo y me dio mucha alegría poder trabajar con él porque era un sabio absoluto y no tenía edad. Ya le digo yo que, ¡con sus 90 años!, me miraba y yo me ponía nerviosa [sonríe]. Se lo puedo asegurar, tenía una fuerza maravillosa, y recuerdo muy bien el día que me dijo: 'Yo te digo a ti que tú eres artista'. Me sentí como si me hubiesen puesto una corona de reina 'reinísima' [risas]. Me divertí mucho, aprendí mucho, y lo tengo en un altar, como tengo a tanta gente, porque he tenido la suerte de colaborar con muchos maestros y maestras mayores que me han querido y me han enseñado muchísimo, desde Chavela [Vargas], Omara [Portuondo], Marta Valdés, Soledad Bravo...; a todos los que he admirado y sigo admirando.

- ¿Hay un Más Allá?

- Yo tengo la intuición de que puede haber reencarnación perfectamente. De hecho, a mí me queda todavía mucho para llegar a ser el pedazo de alma pura que quiero ser. Mi alma está en camino.

Bofetada al amor

- ¿Qué propone?

- Hay que cogerse de la mano del amor, del amor en general. Le cuento mi experiencia: cuando las cosas están muy mal, saco como una especie de mano invisible y doy una bofetada de amor. ¡Y funciona!

- ¿Cómo va la gira de 'A Bola de Nieve'?

- Yo soy una enamorada de la música por encima de todo, y sigo disfrutando muchísimo en los conciertos. Estos de ahora con Chano están siendo gloria bendita, porque los dos somos unos enamorados de Bola de Nieve, al que queríamos hacerle este homenaje para que se conozca mucho más. Sin cortarse las venas, con tanta ternura como dolor, con un desgarro lleno de pudor y de profundidad, era capaz de llegar al corazón de todos. Ahora, Chano y yo estamos preparando con muchísima ilusión, para 2022, una serie de conciertos para celebrar los 25 años que cumple nuestro disco 'Coplas de madrugá', que fue muy importante en nuestras carreras y creo que dejó, por esa mezcla tan maravillosa de tradición flamenca y jazz, un recuerdo muy bonito y especial en tantísima gente.

- Qué bien la buena música para aislarse un rato de tanto ruido y tanto problema.

- Hay mucho ruido y mucho enfado, es verdad. A lo mejor tiene que ver con un momento planetario especial que favorece que no nos comprendamos, que uno esté diciendo blanco y el otro esté entendiendo negro.

- ¿Como artista atraviesa por un momento especial?

- A nivel artístico estoy muy contenta porque sigo haciendo lo que quiero, y porque eso que yo quiero lo espera y le gusta a mucha gente. Ahora mismo noto un cariño y un respeto por parte del público, que sabe ya perfectamente lo que yo hago, que después de tantos años de lucha es muy gratificante. El público sabe quién es Martirio, sabe lo que le ofrezco y sabe dónde buscarme cuando me necesita.

- ¿Para qué canta?

- Hago arte para movilizar, para ayudar, para remover, para acariciar al público. Nunca he sido una artista comercial, ni lo he pretendido, aunque he podido serlo.

- Su personaje de Martirio ha ido reduciendo cada vez más las dosis de excentricidad y apostando por una elegancia muy poderosa.

- Me he ido depurando mucho, pero siempre dejando claro que todo lo que he hecho desde que Martirio empezó ha sido decisión mía y formaba parte de mí. Nadie me decía las peinetas que me tenía que poner. Me he divertido mucho con ellas, igual que me divierto mucho con la imagen y con la estética, que cuido mucho.

- ¿Nunca se ha dejado manipular?

- No. Me decían canta esto o canta lo otro y así serás más famosa, o si te han funcionado bien las sevillanas, por qué no grabas 500 sevillanas más. No, mi vida iba por otro camino: por buscar músicas distintas, relacionarlas, sacar de los baúles canciones hermosísimas del cancionero popular latinoamericano y español. La gente ya sabe perfectamente lo que va a ver cuando viene a mis conciertos, aunque por supuesto que al público le gusta que yo me siga poniendo cosas [ríe].

- ¿Sigue buceando en su interior para ponerse a sí misma en orden?

- Sí, intento estar muy centrada, muy limpia, muy clara, saber muy bien lo que quiero hacer y dónde quiero estar. Me interesa mucho comunicar verdad y hacer lo posible para que todos podamos estar más felices. Tenemos que tener las cosas claras para saber qué decisiones tomar en nuestra vida, a quién votamos, qué es lo importante y qué no lo es.

- ¿Usted pide algún imposible?

- Yo no quiero pensar que lo que sueño sea imposible. No, no creo que sea imposible un amigo, un compañero, una pareja que pueda crecer contigo, que esté seguro de sí mismo, y que tolere y enriquezca tus propias pasiones y tu propia independencia. Creo que sí se puede encontrar ese hombre maravilloso, amistoso, sexual, divertido. Yo pido esas cosas, pero también las doy. Mi alma limpísima espera al amor. He llevado a cabo un trabajo fundamental: eliminar cualquier tipo de rencores.

- ¿Qué cree que pasará?

- Yo espero que llegue, ya de una vez, la hora de los hombres y mujeres felices, de los hombres y mujeres sabios, comprometidos, inteligentes, responsables y honestos. Yo espero, deseo y tengo fe en que sí, en que esta hora va a llegar. Van a venir tiempos más fecundos, más atentos al ser humano, más cuidadosos con la naturaleza. Esto va a mejorar, estoy segura, porque creo en la gente, sobre todo en los jóvenes.

- ¿Cómo anda ahora de ángeles de la guarda?

- Maravillosamente. Rezo mucho, y tengo mis santos, mis ceremonias y mis inciensos. Me encomiendo a los seres superiores.

- ¿Le hacen caso?

- Sí, y mira que me equivoco. Pero aquí estamos para aprender y para evolucionar. Cuando eso lo tienes claro, la vida se vuelve de otra manera y te da mucho más la mano en las penas y en las alegrías.

- ¿Qué evita?

- Tener miedo, porque como el miedo se apodere de ti estás perdido. Pero, claro, yo solo soy una mujer que canta, y tengo miedo de que las cosas me superen, me sobrepasen y me impidan ser yo. Tengo miedo de que algún día se me acaben la luz, la ilusión, las fuerzas y las ganas de seguir luchando.

«Confío mucho en la risa»

- Díganos algo para la mala hora y el mal humor.

- Confío mucho en la risa y en la sonrisa. Y si tienes muchísimo mal humor, vete a otras partes de la Tierra donde la gente lo está pasando mucho peor que nosotros -eso los que no se mueren directamente de hambre-, y desde hace ya muchísimo más tiempo. Y ya verás tú.

- ¿No piensa quitarse jamás las gafas de sol?

- No hay dinero en todo el mundo para pagar ese desnudo de ojos míos [risas]. El salir glamurosamente disfrazada al escenario me ha permitido una intimidad maravillosa, poder transitar como cualquier persona en la calle sin que nadie te reconozca, e incluso escuchar conversaciones sobre mí estando yo delante.

- Por cierto, ¿me recuerda usted a qué le llama 'alobarse'?

- Le llamo 'alobarse' a lo que le pasa a mucha gente. A tener el coco absorbido por algo o por alguien y no querer más que acurrucarse en ello.

- ¿No tiene ganas a veces de, como también dice, «coger la puerta»?

- A veces, pero procuro no dar lugar a ello tratando de evitar estar con gente que no me interesa. Cuando me siento incómoda, pues cojo la puerta. Yo le digo coger la puerta a salir corriendo como una loca dando 'chillíos', a largarse con viento fresco, a darse el piro.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios